Los compuestos de azufre reducido (como el sulfuro de hidró geno, dimetil bisulfuros y mercaptanos) son fuertes irritantes oculares y pueden producir dolores de cabeza y ná useas en algunos trabajadores. Estos compuestos presentan muy bajo umbral olfativo (a niveles de parte por mil millones) para quienes no han estado expuestos previamente; en cambio, entre los rabajadores más antiguos, los umbrales olfativos son considerablemente más altos. Concentraciones del orden de 50 a 200 ppm producen fatiga olfativa e impiden percibir el característico olor
a “huevos podridos”. La exposició n a concentraciones má s altas puede producir pé rdida del conocimiento, pará lisis respiratoria y muerte. En las fá bricas de pasta se han producido accidentes mortales relacionados con la exposició n a compuestos de azufre reducido.
Se informa que la mortalidad cardiovascular ha aumentado entre los trabajadores de esta industria con indicios de una posible relació n con la exposició n a compuestos de azufre redu- cido (Jä ppinen, 1987; Jä ppinen y Tola, 1990). Sin embargo, otras causas de tal incremento de la mortalidad pueden ser la exposición al ruido y el trabajo por turnos, habié ndose relacionado
ambos con el aumento del riesgo de cardiopatía isqué mica en otras industrias.
Entre las alteraciones cutá neas observadas en los trabajadores de las fá bricas de pasta y papel figuran las quemaduras graves, químicas y té rmicas, y la dermatitis de contacto (ambas irri- tantes y alé rgicas). Los trabajadores de las fá bricas de pasta kraft sufren frecuentemente quemaduras con á lcalis como conse- cuencia del contacto con los licores calientes de la producció n y con las lechadas de hidró xido cá lcico del proceso de recuperación. La dermatitis de contacto es má s frecuente entre los traba- jadores de las fá bricas de transformados de papel, porque muchos de los aditivos, desespumantes, biocidas, tintas y colas utilizados en la fabricació n del papel y productos de papel son irritantes y sensibilizantes cutá neos. La dermatitis puede produ- cirse por el contacto directo con los propios aditivos o por el manejo del papel o productos del papel recién tratados.
El ruido es un peligro significativo en la totalidad de la industria de pasta y papel. El Departamento de Trabajo de Estados Unidos estima que hay niveles de ruido superiores a 85 dBA en má s del 75 % de las fá bricas de papel e industrias de productos afines, en comparació n con el 49 % del sector manufacturero en general, y que má s del 40 % de los trabajadores está n regularmente expuestos a niveles de ruido superiores a 85 dBA (Depar- tamento de Comercio 1993). Los niveles de ruido en las inmediaciones de las má quinas de papel, astilladoras y calderas de recuperació n tienden a superar sobradamente los 90 dBA. Las operaciones de transformació n tambié n tienden a generar niveles altos de ruido. El empleo de cabinas de control cerradas permite reducir la exposició n cerca de las má quinas de papel. En la transformació n, donde el operador ha de situarse habitualmente cerca de la má quina, se utiliza rara vez este tipo de medidas. Sin embargo, donde se han aislado las má quinas transformadoras, ha decrecido la exposició n tanto al polvo del papel como al ruido.
Se observa una excesiva exposició n al calor en los trabajadores adscritos a las zonas de las má quinas de papel, donde se registran temperaturas de 60 C, aunque en la literatura científica publicada no hay estudios sobre los efectos de esta exposición al calor.
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