La exposición a condiciones climáticas desfavorables es más fácil de resolver cuando las máquinas disponen de cabinas. La cabina puede disponer de aislamiento térmico, aire acondicionado, filtros antipolvo y demás. Estas mejoras cuestan dinero, de modo que en la mayoría de las máquinas antiguas y en muchas de las nuevas el operario sigue expuesto al frío, al calor, a la lluvia y al polvo en una cabina más o menos abierta.
Los problemas de ruido se resuelven de manera similar. Las máquinas utilizadas en climas fríos, como los países nórdicos, necesitan un aislamiento térmico eficiente. También es muy frecuente que dispongan de una buena protección acústica, con niveles de ruido de sólo 70 o 75 dBA. Pero las máquinas con cabinas abiertas suelen tener muy altos niveles de ruido (más de 100 dBA). El polvo es un problema especial en climas calientes y secos. Una cabina bien aislada contra el frío, el calor o el ruido también contribuye a evitar la entrada de polvo. Utilizando una ligera sobrepresión en la cabina, la situación puede mejorarse aún más.
En las máquinas forestales, todo el cuerpo puede sufrir vibra- ciones inducidas por el terreno por el que se desplaza la máquina, por el movimiento de la grúa y otras partes móviles de la máquina y por las vibraciones de la transmisión. Un problema concreto es el impacto para el operario cuando la máquina baja de un obstáculo como puede ser una roca. Los operarios de vehículos para transitar a campo traviesa, como arrastradores y recogedores, suelen tener molestias lumbares. Las vibraciones también aumentan el riesgo de sufrir lesiones por esfuerzos repe- titivos (LER) en cuello, hombros, brazos o manos. Las vibra- ciones aumentan notablemente con la velocidad a la que el operario conduce la máquina.
A fin de reducir las vibraciones, la máquinas de los países nórdicos utilizan asientos con amortiguación de vibraciones. También se intenta reducir los impactos ocasionados por la grúa haciendo que funcione de manera más suave técnicamente y aplicando mejores técnicas de trabajo. De este modo también se consigue la máquina y la grúa duren más tiempo. Un nuevo e interesante concepto es la “cabina Pendo”. Esta cabina va suspendida de sus “orejetas” y unida al resto de la máquina tan sólo por una plataforma. La cabina está aislada de las fuentes de ruido y es más fácil de proteger contra las vibraciones. Da buenos resultados.
Otros métodos intentan reducir las repercusiones derivadas de la conducción sobre el terreno, mediante la utilización de una transmisión y ruedas “inteligentes”. El objetivo es reducir el efecto ambiental, aunque también resulta positivo para el operario. Las máquinas menos costosas suelen reducir poco el ruido, el polvo y la vibración. La vibración también puede ser un problema en tiradores y mandos.
Si no se utilizan métodos técnicos para controlar los riesgos, la única solución disponible es reducirlos disminuyendo el tiempo de exposición, p. ej., por rotación del trabajo.
Existen listas de control ergonómico que han sido preparadas y utilizadas con éxito para evaluar maquinaria forestal, orientar al comprador y mejorar el diseño de las máquinas (véase Apud y Valdés 1995).
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