El uso de aeronaves en la extinción de incendios no es nuevo (los peligros de la aviación se describen en otros puntos de esta Enciclopedia). Sin embargo, existen algunas actividades que son muy peligrosas para el personal de tierra en un incendio forestal. La primera está relacionada con el lenguaje oficial de señas empleado en las operaciones aéreas, que ha de practicarse durante la formación.
La segunda es cómo marcar todas las áreas donde el avión va a cargar de agua sus depósitos. Para que esta operación sea lo más segura posible, estas áreas deberán marcarse con boyas flotantes para que el piloto no tenga que hacer conjeturas.
La tercera cuestión importante es que el personal de tierra y el avión mantengan contacto por radio constante cuando este último se prepare para descargar el agua. La descarga de pequeños helicubos de 500 a 800 litros no es tan peligrosa. Sin embargo, los grandes helicópteros, como el MI-6, transportan 2.500 litros, mientras que el avión C-120 lleva 8.000 litros y el IL-76 puede descargar 42.000 litros en una pasada. Si, por casualidad, una de estas grandes cargas de agua cae sobre personal de tierra, el impacto podría matarles.
La segunda es cómo marcar todas las áreas donde el avión va a cargar de agua sus depósitos. Para que esta operación sea lo más segura posible, estas áreas deberán marcarse con boyas flotantes para que el piloto no tenga que hacer conjeturas.
La tercera cuestión importante es que el personal de tierra y el avión mantengan contacto por radio constante cuando este último se prepare para descargar el agua. La descarga de pequeños helicubos de 500 a 800 litros no es tan peligrosa. Sin embargo, los grandes helicópteros, como el MI-6, transportan 2.500 litros, mientras que el avión C-120 lleva 8.000 litros y el IL-76 puede descargar 42.000 litros en una pasada. Si, por casualidad, una de estas grandes cargas de agua cae sobre personal de tierra, el impacto podría matarles.
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