lunes, 5 de mayo de 2008

Métodos, equipos y riesgos comunes: Extracción (V)

La extracción implica el traslado de los troncos o trozas desde el tocón hasta un cargadero o camino donde pueden elaborarse o apilarse por surtidos. La extracción es una faena que puede resultar muy pesada y peligrosa, además de infligir notables daños ecológicos al bosque y a su regeneración, a los suelos y a las vías fluviales. Los principales tipos de sistemas de extracción comúnmente reconocidos son:

• sistemas de arrastre: los troncos o trozas se arrastran por el suelo por medio de máquinas, animales o personas;
• recogedores: los troncos o trozas se transportan con una máquina
(en el caso de la leña, también por personas);
• sistemas de cables: las trozas se trasladan desde el tocón hasta el cargadero por medio de uno o más cables colgantes,
• sistemas aéreos: se utilizan helicópteros o globos para transportar las trozas.
El arrastre, con diferencia el sistema de extracción más importante tanto de madera industrial como de leña, suele realizarse



por medio de arrastradores con ruedas especialmente diseñados para operaciones forestales. Los tractores de orugas y, sobre todo, los tractores agrícolas pueden ser rentables en pequeños bosques privados o para la extracción de pequeños árboles de plantaciones silvícolas, pero es necesario incorporarles adapta- ciones que protejan tanto a los operarios como a las propias máquinas. Los tractores adolecen de la solidez, el equilibrio y la protección que ofrecen las máquinas construidas específica- mente para estos fines. Al igual que con toda la maquinaria utilizada en la industria forestal, entre sus peligros se cuentan el de vuelco, caída y penetración de objetos, incendio, vibración de todo el cuerpo y ruido. Es preferible disponer de tracción a las cuatro ruedas y, durante el funcionamiento, como mínimo el 20 % del peso de la máquina debe mantenerse como carga en el eje conducido, lo cual puede requerir la fijación de un peso adicional en la parte delantera de la máquina. Es posible que el motor y la transmisión necesiten protección mecánica adicional. El motor debe tener una potencia mínima de 35 kW para maderos de pequeñas dimensiones; 50 kW suelen ser sufi- cientes para las trozas de tamaño normal.

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