Las operaciones posteriores a la recolección varían segú n se trate de á rboles o palmeras y segú n el producto que se desee obtener. Despué s de la recolecció n, los recolectores de plá tanos, la mayoría de los cuales son mujeres y jó venes, lavan los plá tanos, los envuelven en polietileno y los introducen en cajas de cartó n ondulado para su transporte. Las hojas de sisal se secan, se atan y se transportan a la fá brica. La fruta del kapok se seca en los campos, con lo que se torna quebradiza, pudiendo romperse con un martillo o un tubo. Seguidamente, las fibras de kapok se desmotan en el campo para eliminar las semillas sacudié ndolas o agitá ndolas, se introducen en sacos de yute, se golpean dentro de los sacos para ablandar las fibras y se empacan. Despué s de la recolecció n, los dá tiles se hidratan y maduran artificialmente, se exponen a calor seco (entre 100 y 110 C) para abrillantar la
piel, se semipasteurizan y se empacan.
El endosperma carnoso seco del coco se vende como copra, y las hojas preparadas del cocotero, una vez preparadas, se venden como coir. Las hojas fibrosas del coco se desprenden golpeá n- dolas y haciendo palanca con unas estacas firmemente clavadas en el suelo. El coco, libre ya de las hojas, se divide por la mitad con un hacha y se seca al sol, en hornos o secadores de aire caliente. Una vez seco, la carne se separa de la cá scara leñ osa dura. La copra se utiliza para producir aceite de coco, un residuo de la extracció n del aceite llamado pasta de copra o poonac y alimento desecado. El coir se enría (putrefacció n parcial) sumergié ndolo en agua durante tres o cuatro semanas. Los trabajadores retiran el coir enríado de hoyos con agua que les llega hasta la cintura y lo envían para su descortezado, blan- queado y transformación.
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