martes, 30 de septiembre de 2008

Transporte acuático


El uso de vías fluviales para el transporte de madera ha ido dismi- nuyendo a medida que ha aumentaba el transporte por carretera, pero sigue siendo importante en Canadá, Estados Unidos, Finlandia y Rusia en el hemisferio norte, en las divisorias de los ríos Amazonas, Paraguay y Paraná en América Latina, en muchos ríos y lagos de Africa occidental y en la mayoría de los países del sureste asiático.

En los manglares y bosques estacionales, el transporte acuático suele empezar directamente desde el tocón; en los demás casos, los troncos han de transportarse hasta el muelle, por lo común en camión. Los troncos sueltos o atados pueden bajarse por el río a la deriva; o atarse formando balsas que se remolcan o se empujan por ríos, lagos y a lo largo de las costas; o cargarse en barcos y barcazas de diversos tamaños. Los barcos oceánicos desempeñan un importante papel en el comercio internacional de madera.

domingo, 28 de septiembre de 2008

Transporte por carretera


El transporte de madera por carretera se realiza en vehículos cuyo tamaño depende de las dimensiones de los maderos, de las condiciones de la carretera y de las normas de tráfico, así como de la disponibilidad de capital para comprar o alquilar los equipos. En los países tropicales se utilizan camiones de dos o tres ejes, con una capacidad de carga de 5 a 6 toneladas. En Escandinavia, por ejemplo, el camión de saca forestal típico es un camión de 4 ejes con un remolque de 3 ejes o viceversa, con una capacidad de carga de 20 a 22 toneladas. En carreteras privadas de Norteamérica pueden encontrarse camiones con un peso total de 100 a 130 toneladas o más.

viernes, 26 de septiembre de 2008

Cuestiones relativas a la salud de los consumidores

La separación cada vez mayor entre el consumidor y el sector de la producción alimentaria, que ha acompañado a la urbanización en todo el mundo, ha dado lugar a una pérdida de los medios tradicionales utilizados por el consumidor para garantizar la calidad y la seguridad de los alimentosya la dependencia de éste respecto a una industria alimentaria funcional y responsable. Tal aumento de la dependencia ha posibilitado la exposición a alimentos contaminados por patógenos procedentes de centros productivos. Para garantizar la protección frente a esta amenaza, se han establecido normativas exhaustivas, sobre todo en los países industrializados, con el fin de velar por la salud pública y regular la utilización de aditivos y otros productos químicos. La armonización de reglamentos y normas a escala internacional se considera cada vez más como una cuestión que debe abordarse para asegurar el libre flujo de alimentos entre todos los países del mundo.

miércoles, 24 de septiembre de 2008

Conservación de la energía

Las necesidades energéticas han crecido a medida que la industria alimentaria ha ido ganando en complejidad. Son muchos los equipos a los que ha de suministrarse energía: hornos a gas; secadoras; calderas de vapor; motores eléctricos; unidades de refrigeración, y sistemas de calefacción, ventilación y aire acondicionado. Con la elevación del coste de la energía se ha tendido a instalar equipos de recuperación del calor para conservarla y a investigar la viabilidad de fuentes energéticas alternativas en diversas áreas de la elaboración de alimentos, como la produc- ción de queso, la deshidratación de alimentos y el calentamiento de agua. La conservación de la energía, la minimización de los residuos y la conservación del agua son estrategias que se apoyan entre sí.

lunes, 22 de septiembre de 2008

EFECTOS SOCIALES DE LA DEPENDENCIA DE UNA SOLA INDUSTRIA PESQUERA (III)

Un acceso limitado a unos servicios sanitarios adecuados constituye una fuente adicional de estrés. En las ciudades de empresa, los profesionales de la salud pueden ser empleados de la compañ ía y, al igual que en la industria minera y otras, ello puede limitar el acceso de los trabajadores a un asesoramiento medico independiente. En todas las poblaciones dependientes, las diferencias culturales, de clase y de otro tipo entre el personal mé dico y los pescadores y la elevada rotació n de dichos profesionales sanitarios puede limitar la calidad de los servicios mé dicos de la localidad. El personal mé dico raramente procede de comu- nidades pesqueras y, además, no suele estar familiarizado con los riesgos profesionales que deben afrontar los pescadores y con el estrés derivado de la vida en una población dependiente. La rotación puede ser muy elevada, por los ingresos profesionales relativamente bajos y la incomodidad inherente al estilo de vida rural y el desconocimiento de la cultura pesquera. Ademá s, el personal mé dico tiende a asociarse má s con las é lites locales, como la direcció n de la planta, que con los trabajadores y sus familias. Estos patrones de conducta pueden interferir en las relaciones entre mé dico y paciente, en la continuidad de la aten- ció n y en la competencia mé dica adecuada para el trabajo en la pesca. En estas comunidades, puede haber un acceso muy limitado a unos servicios de diagnó stico adecuado para enfermedades relacionadas con la pesca como las lesiones por esfuerzo repetitivo o el asma profesional. Además, la pé rdida del trabajo puede repercutir en el acceso a los servicios mé dicos, al eliminar el acceso a los programas de medicación y otros servi- cios mé dicos asegurados.
Un apoyo social só lido puede contribuir a mitigar los efectos sobre la salud del desempleo, el desplazamiento y la incertidumbre económica. Las poblaciones dependientes pueden estimular el desarrollo de unos estrechos lazos sociales y de parentesco entre los trabajadores y, cuando las plantas sean propiedad de personas de la localidad, entre trabajadores y empresa. El apoyo social puede atenuar los efectos de la vulnerabilidad social, de unas condiciones de trabajo difíciles y de la incertidumbre ecoló gica. Los miembros de una misma familia pueden cuidar uno del otro en el lugar de trabajo y, en ocasiones, echar una mano cuando algú n trabajador tiene problemas econó micos. En los lugares en que los pescadores mantienen cierta independencia econó mica mediante actividades de subsistencia, pueden mantener un control sobre sus vidas y su trabajo mayor que cuando pierden el acceso a dichas actividades. Una mayor incertidumbre laboral, los cierres de plantas, la competencia local en la búsqueda de trabajo y los programas gubernamentales de ajuste pueden erosionar la fuerza de las redes locales, contribuyendo así a los conflictos y el aislamiento dentro de estas comunidades.
Si el cierre de plantas provoca un traslado, los trabajadores desplazados pueden perder el acceso a estas redes sociales de apoyo y a las fuentes de una subsistencia independiente.

sábado, 20 de septiembre de 2008

EFECTOS SOCIALES DE LA DEPENDENCIA DE UNA SOLA INDUSTRIA PESQUERA (II)

La incertidumbre econó mica, el desempleo, la marginación de los procesos de toma de decisiones, una renta baja y un acceso y control limitados a los servicios son factores determinantes del estado de salud. Y estas son, en mayor o menor medida, las características de las aldeas dependientes de una sola industria pesquera. Las fluctuaciones en los mercados pesqueros
y las fluctuaciones en la disponibilidad de recursos pesqueros, tanto naturales como derivadas de la pesca, constituyen una característica fundamental de las comunidades pesqueras. Estas fluctuaciones generan incertidumbres sociales y econó micas. Los hogares y comunidades pesqueras a menudo han desarrollado instituciones que les ayudan a sobrevivir en los períodos de incertidumbre. Ahora bien, esas fluctuaciones parecen má s frecuentes en los ú ltimos añ os. En el actual contexto de pesca excesiva global de las poblaciones comerciales de peces, con el desplazamiento consiguiente del esfuerzo hacia nuevas especies y regiones, la globalización de los mercados y el desarrollo de productos de la acuicultura que compiten con los productos de la pesca silvestre aumentan la incertidumbre del empleo y han hecho frecuentes los cierres de plantas y las rentas bajas. Ademá s, cuando se producen cierres, es má s probable que sean permanentes al haber desaparecido el recurso y haberse marchado el trabajo a otros lugares.
La incertidumbre laboral y el desempleo son importantes fuentes de estré s psicoló gico que afectan de un modo diferente a hombres y mujeres. El trabajador/pescador desplazado debe afrontar una pé rdida de autoestima, una pé rdida de ingresos, estré s y, en casos extremos, una pé rdida de patrimonio familiar. Los demá s miembros de la familia se enfrentan a los efectos que el desplazamiento del trabajador tiene sobre su vida familiar y laboral. Por ejemplo, las estrategias familiares para paliar una ausencia masculina prolongada pueden convertirse en un problema cuando los trabajadores de un arrastrero se encuen- tran desempleados y sus mujeres descubren que la autonomía y las rutinas que les habían permitido sobrellevar la ausencia masculina se ven amenazadas por la presencia prolongada de los maridos desplazados. En familias dedicadas a la pesca a pequeña escala, las esposas deben adaptarse a prolongadas ausencias y al aislamiento social a medida que los miembros de la familia tienen que alejarse má s y má s en busca de peces y empleo. En los lugares en que las madres de familia tambié n dependen de la pesca para obtener un empleo asalariado, es posible que tengan que luchar ademá s con los efectos que el propio desempleo puede tener sobre su salud.
El estré s del desempleo puede ser mayor en las comunidades dependientes de una sola industria, en las que los cierres de plantas amenazan el futuro de comunidades enteras y el coste econó mico de la pérdida del empleo se ve incrementado por la caída en picado del valor de patrimonios personales como casas
y chozas. Como sucede a menudo, si para encontrar empleo es necesario trasladarse a otro sitio, se produce un estré s adicional entre los trabajadores, sus có nyuges e hijos en relació n con dicho desplazamiento. Cuando el cierre de plantas va acompañado de la transferencia de las cuotas de pesca a otras comunidades y la erosió n de los servicios educativos, sanitarios y de otro tipo como respuesta a la migración y el colapso de la economía local, todavía son mayores las amenazas para la salud.
La dependencia de un sólo empleador puede hacer má s difícil la participació n de los trabajadores en los procesos de toma de decisiones. En la pesca, al igual que en otras industrias, algunas sociedades han utilizado esta estructura de dependencia para controlar a los trabajadores, oponerse a su sindicalización y manipular los consensos pú blicos dentro del lugar de trabajo y fuera de él. En el sector indio de procesamiento del camarón, las trabajadoras migrantes sufren unas condiciones de vida terribles, unos horarios extremadamente prolongados,horas extraordinarias obligatorias y la violació n rutinaria de sus contratos laborales. En los países occidentales, las empresas suelen utilizar su papel de controladores de la elegibilidad de los trabajadores estacionales para programas como el seguro de desempleo en las negociaciones con los trabajadores sobre sindicalización y condiciones de trabajo. Los trabajadores de algunas poblaciones dependientes de una sola industria están sindicalizados, pero aún así su papel en los procesos de toma de decisiones se ve disminuido por la falta de alternativas de empleo, por un deseo de encontrar empleo en la localidad para sus esposas e hijos y por la incertidumbre ecológica y econó mica. Los trabajadores pueden sentirse indefensos y obligados a seguir trabajando a pesar de estar enfermos si sus posibilidades de acceder a un empleo, vivienda y programas sociales están controladas por un solo empleador.

jueves, 18 de septiembre de 2008

EFECTOS SOCIALES DE LA DEPENDENCIA DE UNA SOLA INDUSTRIA PESQUERA (I)

Con el desarrollo del procesamiento industrial del pescado en los siglos XIX y XX, las esposas y las familias fueron quedá ndose desplazadas del procesamiento y la venta familiares y acabaron desempleadas o trabajando para empresas pesqueras. La introducción de arrastreros propiedad de empresas y, má s recientemente, de cuotas de pesca propiedad de empresas (en forma de asignaciones a empresas y cuotas individuales negociables) ha desplazado a los pescadores masculinos. Cambios de esta naturaleza han transformado a muchas comunidades pesqueras en localidades dependientes de una sola industria. Hay varios tipos de localidades dependientes de la industria pesquera, pero todas ellas se caracterizan por una elevada dependencia de un solo empleador para obtener trabajo y una significativa influencia de la empresa en la comunidad y, en ocasiones, en la vida familiar de los trabajadores. En el caso má s extremo, las poblaciones depen- dientes de la industria pesquera son en realidad aldeas de empresa, en las que una sola sociedad posee no sólo la planta y algunos buques, sino tambié n las viviendas, las tiendas, los servicios sanitarios, etc. y ejerce un control importante sobre los representantes del gobierno local, los medios de comunicació n y otras instituciones sociales.
Algo má s frecuentes son las poblaciones en que el empleo local está en manos de una empresa, generalmente integrada en un grupo, que utiliza su control sobre el empleo y el mercado para influir indirectamente en la política local y en otras institu- ciones sociales relacionadas con la vida familiar y comunitaria de los trabajadores. La definició n de aldea dependiente de una sola industria pesquera puede extenderse a las sociedades de procesamiento de pescado que, aun estando situadas en comunidades más amplias que no dependen de la pesca, operan con una considerable autonomía respecto de dichas comunidades. Esta estructura es frecuente en la industria de procesamiento del camaró n en la India, que hace un uso extensivo de jóvenes trabajadoras migrantes, a menudo contratadas por agencias de Estados vecinos. Las trabajadoras suelen vivir en complejos propiedad de la empresa y se ven segregadas de la comunidad local por sus prolongados horarios laborales, la ausencia de lazos de parentesco y las barreras de lingü ísticas. Estos lugares de trabajo son una especie de aldeas de empresa en las que las sociedades ejercen una influencia considerable sobre la vida extralaboral de sus trabajadores y é stos no pueden acudir con facilidad a las autoridades locales u otros miembros de la comunidad en busca de ayuda.

martes, 16 de septiembre de 2008

Embotellado del vino

El vino se vende habitualmente en botellas de vidrio (de 1,0, 0,8,0,75 ó 0,30 l de capacidad); ocasionalmente, se utilizan envases de vidrio de 5 l. Los envases de plá stico no son tan comunes. En las plantas de llenado, lo primero es limpiar las botellas y a continuación, llenarlas, cerrarlas y etiquetarlas.
Los riesgos del embotellado se derivan de la manipulació n de objetos de vidrio y varían dependiendo de que las botellas que se van a lavar sean nuevas o recuperadas y de los productos utilizados (agua y detergentes) y las técnicas aplicadas (lavado a mano o mecá nico o ambos). Los riesgos vienen determinados por: la forma de las botellas; el modo en que se han de llenar (desde métodos manuales hasta sofisticadas má quinas de llenado capaces de introducir también dió xido de carbono); el proceso de encorchado; el sistema má s o menos complejo de apilamiento o la colocación en cajas o en portabotellas tras el etiquetado y otros retoques finales.
Se trata de los riesgos habituales del llenado de recipientes con líquidos. Las manos está n constantemente hú medas; si las botellas se rompen, las partículas de vidrio y líquido despedidas pueden causar lesiones. El esfuerzo necesario para su transporte una vez empaquetadas en cajas (normalmente por docenas) se podría suprimir al menos parcialmente mediante la mecanización. Vé ase tambié n el artículo “Embotellado y envasado de bebidas refrescantes”.

Agradecimientos: El autor quiere agradecer a la Junta Nacional dos Vinhos
(Lisboa) su asesoramiento en aspectos té cnicos.

domingo, 14 de septiembre de 2008

Conservación del vino

El almacenamiento no sólo consiste en guardar grandes volú menes de líquido, sino que comprende también numerosas actividades como la limpieza y desinfecció n de los tanques o cubas; su mantenimiento y conservació n; la aplicación de dió xido de azufre, á cido ascó rbico, á cido tartá rico, gases inertes, taninos y albú minas; y otros procesos adicionales, como mezcla, aglutinación, filtrado, centrifugación, etc. Algunos tratamientos del vino requieren la utilizació n del calor y el frío para destruir levaduras y bacterias, el empleo de carbono y otros desodorizantes, la aplicación de CO2, etc. Como ejemplo de este tipo de instalación, puede citarse el sistema de refrigeración instantánea para estabilizar los vinos a una temperatura pró xima al punto de congelación, lo que facilita la eliminació n de coloides, microbios y otros productos como el bitartrato potá sico, que provoca precipitación en las botellas. Es obvio que estas instalaciones entrañ an riesgos que antiguamente no se planteaban en la fase del almacenamiento. La prevención se basa esencialmente en la planificación ergonómica y el buen mantenimiento.

viernes, 12 de septiembre de 2008

Factores ergonómicos

Los trabajadores que mantienen una postura corporal está tica durante largos períodos de tiempo (véase la Figura 64.10) pueden sufrir contracturas musculares está ticas y alteraciones de los sistemas perifé rico, vascular y nervioso. Los movimientos repetitivos son má s habituales en las tareas que requieren destreza manual. Por ejemplo, la acción de cortar con tijeras requiere una gran fuerza y exige un movimiento repetitivo. Los efectos observados con más frecuencia son trastornos musculosquelé ticos, como tendinitis del codo y la muñeca, síndrome del tú nel carpiano y restricción de la movilidad de los hombros.
La rotación en el puesto de trabajo y un diseño ergonó mico adecuado de herramientas como las tijeras de podar son precauciones necesarias. La adaptació n del lugar de trabajo para que los trabajadores no tengan que agacharse tanto es otra posible solución.

miércoles, 10 de septiembre de 2008

Radiación no ionizante


Los principales tipos de radiación no ionizante a la que están expuestos los trabajadores de la floricultura son la radiación ultravioleta (UV), la luz visible y la radiación infrarroja. Los efectos má s graves de la radiación UV son eritema solar, dermatitis actínica, conjuntivitis irritativa y fotoqueratitis.

La radiación del espectro visible de la luz puede causar degeneración de la retina y la má cula. Un síntoma de la exposición a radiación infrarroja es la aparición de quemaduras superficiales en la có rnea, y la exposició n prolongada puede causar la aparición prematura de cataratas.
Las precauciones que deben adoptarse consisten en cubrir la piel, utilizar gafas oscuras e intensificar la vigilancia mé dica.

miércoles, 3 de septiembre de 2008

Gases tóxicos y asfixiantes

Diversos gases tóxicos y asfixiantes que resultan de la degradación microbiana de los excrementos de los animales (orina y heces) pueden asociarse con el confinamiento del ganado. Los excrementos suelen almacenarse en forma líquida debajo del edificio, sobre un suelo de listones o en un tanque o estanque en el exterior del edificio. Este sistema de almacenamiento suele ser anaerobio, lo que da lugar a la formación de algunos gases tóxicos (véase la Tabla 70.9) (Donham, Yeggy y Dauge 1988). Véase también el artículo “Gestión del estiércol y de los excrementos” en este capítulo.
En casi todas la actividades en las que tiene lugar la digestión anaerobia de excrementos se producen sobre todo cuatro gases tóxicos o asfixiantes: dióxido de carbono (CO2), amoníaco
(NH3), ácido sulfhídrico (H2S) y metano (CH4). En la descompo- sición de excrementos de animales también puede producirse una pequeña cantidad de monóxido de carbono (CO), pero la principal fuente de éste último son los hornos donde se queman los combustibles fósiles. Los niveles habituales de estos gases
(también en forma de partículas) en el aire de los edificios desti- nados al confinamiento de porcino se muestran en la Tabla 70.10. También se incluye una lista de las exposiciones máximas recomendadas en explotaciones porcinas, según recientes investigaciones (Donham y Reynolds 1995; Reynolds
y cols. 1996) y los valores umbrales límite (threshold limit values, TLV) fijados por la Conferencia Americana de Higienistas Industriales del Gobierno (ACGIH 1994). Estos TLV han sido adoptados por muchos países como límites legales. Puede verse cómo en muchas de las instalaciones hay al menos un gas, y a menudo varios, que sobrepasan los límites de exposición. Hay que destacar que la exposición simultánea a estas sustancias tóxicas puede ser aditiva o sinérgica, sobrepasándose el TLV de la mezcla aunque no se superen los TLV individuales. Las concentraciones suelen ser más altas en invierno que en verano, porque se reduce la ventilación para conservar el calor.
Estos gases han sido implicados en diversas afecciones agudas de los trabajadores. El H2S ha sido implicado en muchas muertes súbitas de animales y en el fallecimiento de algunos seres humanos (Donham y Knapp 1982). La mayor parte de los tenerse en cuenta asimismo los posibles efectos sobre los fetos humanos. La principal fuente de CO son las unidades de cale- facción que queman hidrocarburos y que están en mal estado. La gran acumulación de polvo que se produce en las instala- ciones de confinamiento de cerdos dificulta la conservación de las calefacciones en buenas condiciones de funcionamiento. Los sistemas de calor radiante a base de propano también son causa habitual de que disminuyan los niveles de CO (p. ej., de 100 a 300 ppm). Otra fuente son las limpiadoras de alta presión con motor de combustión interna funcionando en el interior de la instalación; hay que instalar alarmas de CO.
Cuando el sistema de ventilación falla, se producen otras situaciones causantes de un peligro agudo. En esas circuns- tancias, los niveles de gases pueden aumentar rápidamente hasta niveles críticos. En este caso, el principal problema es la sustitución del oxígeno por otros gases, fundamentalmente CO2 produ- cido en el depósito o procedente de la actividad respiratoria de los animales que se encuentran en la instalación. Se pueden alcanzar condiciones letales en sólo 7 horas. Con respecto a la salud de los cerdos, el fallo de la ventilación en climas templados puede hacer que la temperatura y la humedad alcancen niveles letales en 3 horas. Hay que vigilar los sistemas de ventilación.
Un cuarto peligro potencial agudo procede de la acumulación de CH4, que es más ligero que el aire y que, cuando es emitido por el depósito de estiércol, tiende a acumularse en las partes altas de la instalación. Ha habido varios casos de explosiones ocurridas cuando la acumulación de CH4 entraba en ignición por una luz de alarma o por la llama de soldadura de un trabajador.

martes, 2 de septiembre de 2008

CONFINAMIENTO DEL GANADO

Las fuerzas económicas globales han contribuido a la industrialización de la agricultura (Donham y Thu 1995). En los países desarrollados hay una tendencia al aumento de la especialización, la intensidad y la mecanización. El resultado de estas tendencias es el aumento de la producción de ganado en confinamiento. Muchos países en desarrollo han reconocido la necesidad de adoptar este tipo de producción, en un intento de transformar su agricultura de subsistencia en una actividad competitiva a nivel global. Al ir aumentando el número de organizaciones que obtienen la propiedad y el control de la industria, las explotaciones familiares son sustituidas por un menor número de explo- taciones más grandes.
Desde el punto de vista conceptual, el sistema de confina- miento aplica los mismos principios de la producción industrial masiva a la producción de ganado. En general, este sistema implica la cría de animales en elevadas densidades aisladas del medio exterior y equipadas con sistemas mecánicos o automá- ticos de ventilación, control de residuos, alimentación y sumi- nistro de agua (Donham, Rubino y cols. 1977).
Varios países europeos utilizan sistemas de confinamiento desde principios del decenio de 1950. En Estados Unidos empe- zaron a utilizarse a finales de ese mismo decenio. Los produc- tores de aves de corral fueron los primeros en adoptarlo. A principios del decenio siguiente, la industria porcina también empezó a adoptar esta técnica, seguida más recientemente por los productores de leche y de carne de ternera.
Acompañando a esta industrialización han surgido diversas cuestiones sanitarias y sociales para los trabajadores. En la mayor parte de los países occidentales, cada vez hay menos explotaciones, pero cada vez más grandes. Hay menos explota- ciones familiares (combinación de trabajo y gestión) y más estructuras empresariales (sobre todo en América del Norte). El resultado es que hay más trabajadores contratados y relativa- mente menos miembros de una misma familia trabajando. Además, en América del Norte, cada vez son más los trabajadores procedentes de minorías y de grupos de inmigrantes. Por consiguiente, existe el riesgo de crear una nueva clase de trabaja- dores de segunda en algunos segmentos del sector.
Para el agricultor ha aparecido todo un nuevo grupo de exposiciones profesionales peligrosas, que se pueden clasificar en cuatro epígrafes principales:

1. gases tóxicos y asfixiantes
2. aerosoles bioactivos de partículas
3. enfermedades infecciosas
4. ruido.