lunes, 30 de abril de 2007

Enfoques experimentales

Resulta llamativo el escaso número de investigaciones realizadas para evaluar el efecto de los programas o estrategias para reducir riesgos de cáncer profesional conocidos en los trabajadores. Con la posible excepción del amianto, son escasas las evaluaciones de este tipo realizadas. La mejora de los métodos para el control del cáncer profesional debería incluir una evaluación del uso real que se hace de los conocimientos existentes.
La mejora del control de los cancerígenos profesionales en el lugar de trabajo exige el desarrollo de diferentes áreas de salud y seguridad en el trabajo. En primer lugar, el proceso de identificación de los riesgos es un requisito previo fundamental para reducir la exposición a los cancerígenos en el lugar de trabajo.


La identificación del riesgo en el futuro deberá resolver ciertos problemas metodológicos. Si se desea detectar riesgos más pequeños, habrá que adoptar métodos epidemiológicos más refinados.
Se necesitarán datos más precisos sobre la exposición tanto para la sustancia estudiada como para posibles exposiciones generadoras de confusión. La mejora de los métodos para la descripción de la dosis exacta del cancerígeno que llega al órgano diana aumentará también la potencia de los cálculos de la relación exposición-respuesta. En la actualidad no es infrecuente la utilización de sustitutivos muy toscos para la determinación real de la dosis, como el número de años trabajados en la industria. Es muy evidente que tales estimaciones de la dosis se clasifican muy erróneamente cuando se utilizan como sustitutivo de la dosis. Habitualmente, la presencia de una relación exposición- respuesta se considera una prueba firme de una relación etiológica. Sin embargo, lo contrario, la no demostración de una relación exposición-respuesta, no demuestra necesariamente la ausencia de riesgo, sobre todo cuando se utilizan determinaciones toscas de la dosis soportada por órganos diana. Si se pudiese determinar la dosis recibida por el órgano diana, las tendencias dosis-respuesta reales tendrían todavía más peso como pruebas de causalidad.
La epidemiología molecular es un área de la investigación en rápido crecimiento. Cabe esperar que se logren nuevos conocimientos de los mecanismos de desarrollo del cáncer, y la posibilidad de la detección precoz de efectos cancerígenos llevará a un tratamiento más precoz. Además, los indicadores de exposición a cancerígenos permitirán mejorar la identificación de nuevos riesgos.
El desarrollo de métodos para la supervisión y el control mediante la adopción de medidas legales del ambiente de trabajo son tan necesarios como los métodos para la identificación de riesgos. Los métodos para el control mediante medidas legales presentan importantes diferencias, incluso entre los países occidentales. Los sistemas de regulación utilizados en cada país dependen en gran medida de factores sociopolíticos y de la situación de los derechos del trabajador. La regulación de las exposiciones tóxicas implica, evidentemente, decisiones políticas.
Sin embargo, la investigación objetiva de los efectos de diferentes tipos de sistemas normativos puede servir como guía a los políticos y a los responsables de la toma de decisiones.
También es necesario aclarar algunas cuestiones concretas de la investigación. Deben desarrollarse métodos para describir el efecto esperado de la supresión o disminución de la exposición a una determinada sustancia cancerígena (es decir, hay que valorar el efecto de las intervenciones). El cálculo del efecto preventivo de esta reducción del riesgo plantea ciertos problemas cuando se estudian sustancias que interactúan, como en el caso del amianto y el humo del tabaco. El efecto preventivo de la eliminación de una de dos sustancias que interactúan es comparativamente mayor que cuando una y otra presentan sólo un simple efecto añadido.
Las consecuencias de la teoría multifásica de la carcinogénesis en el efecto esperado de la supresión de un cancerígeno suponen una complicación añadida. Dicha teoría afirma que el desarrollo de cáncer es un proceso en el que participan varios acontecimientos celulares (etapas). Las sustancias cancerígenas pueden actuar en etapas precoces o tardías, o en ambas. Por ejemplo, se cree que la radiación ionizante afecta principalmente a las etapas precoces en la inducción de determinados tipos de cáncer, mientras que el arsénico actúa principalmente en etapas tardías del desarrollo de cáncer de pulmón. El humo del tabaco afecta tanto a las etapas precoces como a las tardías del proceso cancerígeno. El efecto de la supresión de una sustancia que participa en una etapa precoz no se reflejaría en una disminución de la tasa de cáncer en la población durante un tiempo prolongado, mientras que la eliminación de un cancerígeno “de acción tardía” se reflejaría en una disminución de la tasa de cáncer al cabo de algunos años. Se trata de un aspecto muy importante que se ha de tener en cuenta cuando se evalúan los efectos de los programas de intervención de reducción del riesgo.


Por último, recientemente se ha intensificado el interés por los efectos de nuevos factores preventivos. En los últimos cinco años se han publicado un gran número de informes sobre el efecto preventivo de la ingesta de frutas y hortalizas sobre el cáncer de pulmón. El efecto parece ser muy constante y potente. Por ejemplo, se ha notificado que el riesgo de cáncer de pulmón es doble en las personas que consumen pocas frutas y hortalizas que entre las que presentan un consumo elevado. Por tanto, futuros estudios sobre el cáncer de pulmón profesional tendrían una mayor precisión y validez si se incluyeran en el análisis datos sobre el consumo de frutas y hortalizas.En conclusión, las mejoras en la prevención del cáncer profesional comprenden tanto un perfeccionamiento de los métodos de identificación del riesgo como la realización de nuevas investigaciones sobre los efectos del control mediante la adopción de medidas legales. Para la identificación del riesgo, los avances de la epidemiología deben ir dirigidos principalmente a una mejor información sobre la exposición, mientras que en el campo experimental es necesaria la validación de los resultados de los métodos epidemiológicos moleculares relacionados con el riesgo de cáncer

domingo, 29 de abril de 2007

AGENTES O CONDICIONES DE TRABAJO QUE AFECTAN A LA SANGRE


Bernard D. Goldstein

Eritrocitos circulantes
Interferencia en el suministro de oxígeno hemoglobínico por alteraciones del grupo heme
La principal función de los eritrocitos es suministrar oxígeno a los tejidos y eliminar el anhídrido carbónico. La fijación del oxígeno en el pulmón y su liberación en los tejidos en función de las necesidades dependen de una serie de reacciones fisicoquímicas cuidadosamente equilibradas. El resultado es una compleja curva de disociación que en el individuo sano sirve para saturar al máximo el eritrocito con oxígeno en condiciones atmosféricas normales, y para liberar ese oxígeno a los tejidos dependiendo del nivel de oxígeno, del pH y de otros indicadores de la actividad metabólica. El aporte de oxígeno depende también de la velocidad de flujo de los eritrocitos oxigenados, que está en función de la viscosidad y de la integridad vascular.

Dentro de los límites normales del hematócrito (volumen de eritrocitos condensados), el equilibrio es tal que cualquier descenso del recuento sanguíneo se compensa con una disminución de la viscosidad, que mejora el flujo. Si el aporte de oxígeno disminuye, no suele producir síntomas hasta que el hematócrito disminuye al 30 % o menos; por el contrario, si el hematócrito aumenta por encima de los valores normales, como ocurre en la policitemia, puede disminuir el aporte de oxígeno debido a los efectos del aumento de la viscosidad sobre el flujo sanguíneo. La excepción es la ferropenia, que produce síntomas de debilidad y lasitud, debido fundamentalmente a la falta de hierro, más que a la anemia asociada (Beutler, Larsh y Gurney 1960).El monóxido de carbono es un gas ubicuo que puede tener efectos graves, posiblemente letales, sobre la capacidad de transporte de oxígeno de la hemoglobina. Del monóxido de carbono se habla más detalladamente en la sección de sustancias químicas de esta Enciclopedia.