La quema de los residuos de saca ha sido en el pasado el medio preferido para favorecer la regeneración o preparar una estación para plantar. Sin embargo, las investigaciones reali- zadas han demostrado que las quemas intensamente calientes pueden provocar la pérdida de nutrientes del suelo (carbón, nitrógeno, azufre y algo de fósforo, potasio y calcio). Las conse- cuencias del agotamiento de la reserva de nutrientes del suelo pueden ser la reducción del crecimiento de árboles y cambios en la composición de especies. La práctica de reemplazar los nutrientes perdidos por medio de fertilizantes inorgánicos puede resolver parte del problema. Sin embargo, esto no mitiga los efectos de la pérdida de materia orgánica, que es un medio importante para la fauna del suelo.
El uso de maquinaria pesada para el aprovechamiento y los preparativos de plantación puede provocar la compactación del suelo. La compactación puede reducir la circulación de aire y agua en el suelo y aumentar la resistencia del mismo hasta el punto de que ya no puedan penetrarlo las raíces de los árboles. En consecuencia, la compactación de los suelos forestales puede reducir el crecimiento y la supervivencia de los árboles y aumentar las escorrentías pluviales y la erosión del suelo. Es importante observar que, sin cultivos, la compactación de los subsuelos puede persistir durante 20 o 30 años después de la saca forestal. Cada vez se utilizan más los métodos de saca que reducen las áreas y el grado de compactación para reducir la disminución de la calidad del suelo. Los repertorios de reco- mendaciones prácticas en materia forestal adoptados en un número cada vez mayor de países y comentados en el artículo titulado “Normas, legislación, disposiciones y recomendaciones en la práctica forestal” en este mismo capítulo ofrecen orienta- ción sobre tales métodos.
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