El aceite puede llegar al medio ambiente forestal a través de vertidos de aceite y filtros de máquinas, por el uso de aceites para controlar el polvo en caminos sin pavimentar y por el uso las motosierras. Debido a la inquietud por la contaminación del suelo y el agua por aceites minerales, el vertido de aceite y su aplicación en carreteras se están convirtiendo en prácticas inaceptables.
Sin embargo, el uso de aceite mineral para lubricar los sables de las motosierras todavía es una práctica común en gran parte del mundo. Una motosierra utiliza aproximadamente 2 litros de aceite diarios, que suman cantidades de aceite considerables a lo largo de un año. Por ejemplo, se ha calculado que el consumo de aceite en motosierras fue de unos 8 a 11,5 millones de litros anuales en Alemania, de unos 4 millones de litros anuales en Suecia y de unos 2 millones de litros anuales en Nueva Zelanda. El aceite mineral se ha vinculado con trastornos cutáneos
(Lejhancova 1968) y problemas respiratorios (Skyber y cols.
1992) en trabajadores que están en contacto con el mismo. Además, la descarga de aceite al medio ambiente puede provocar contaminación del suelo y el agua. Skoupy y Ulrich
(1994) cuantificaron el destino del lubricante de los sables de las motosierras y hallaron que entre un 50 y un 85 % se incorpo- raba al serrín, entre un 3 y un 15 % permanecía en los árboles, menos del 33 % se descargaba al suelo del bosque y el 0,5 % se pulverizaba sobre el operario.
Como respuesta a las preocupaciones de índole ecológica se ha hecho obligatorio el uso de aceites biodegradables en los bosques suecos y alemanes. Basados en la colza o en aceites sintéticos, estos aceites respetan más al medio ambiente y al trabajador, y también pueden rendir mejor que los lubricantes minerales, ya que ofrecen una mayor duración de la cabina y menor consumo de aceite y combustible.
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