Las actividades de construcción de carreteras, sobre todo en terrenos abruptos donde se utilizan terraplenes, producen super- ficies importantes de tierras sueltas sin consolidar que se ven expuestas a las lluvias y las escorrentías. Si no se mantiene el control del drenaje de carreteras y caminos, pueden canalizar las escorrentías pluviales, aumentando la posibilidad de que se erosione el suelo en la parte baja de las pendientes y en los bordes de las carreteras.
El aprovechamiento forestal aumenta la erosión del suelo de cuatro maneras:
• exponiendo la superficie del suelo a la lluvia;
• reduciendo el consumo de agua por parte de los rodales, aumentando así el contenido de agua del suelo y los niveles de las aguas freáticas;
• provocando el declive gradual de la estabilidad de las pendientes a medida que se descomponen los raigales,
• perturbando los suelos durante la extracción de madera.
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