El empaquetamiento de las chapas de tuberías flotantes está en contacto con la atmó sfera y puede ser una fuente de fugas y expo- sició n. Otros intercambiadores a veces tienen tambié n fuentes de fugas, y por lo tanto deben ser examinados atentamente. Debido a sus características de transferencia de calor, los intercambia- dores de placa y cuadro son frecuentes en la industria química. Las placas tienen distintas ondulaciones y configuraciones; está n separadas por juntas que previenen la mezcla de los flujos y proporcionan un sellado externo. No obstante, los precintos limitan las aplicaciones de temperatura a unos 180 C, aunque las mejoras en el sellado pueden superar esta limitación. Dado
que existen distintas placas, é stas se deben comprimir adecuadamente para asegurar un sellado correcto entre ellas. En consecuencia, es necesaria una instalació n mecá nica cuidadosa para prevenir las fugas y los posibles riesgos. La abundancia de precintos exige un control cuidadoso para minimizar las posibili- dades de exposició n.
Los intercambiadores refrigerados por aire resultan rentables económicamente, por lo que se encuentran en numerosas aplica- ciones de procesos y en diversas partes de las unidades de proceso. Para ahorrar espacio, estos intercambiadores suelen instalarse apilados y sobre tuberías. La selecció n del material es importante, por lo que existe una gran variedad en la industria química. Estos tubos se conectan a la chapa del tubo, lo que requiere el uso de materiales compatibles. Las fugas a travé s de una fractura del tubo o en la chapa del tubo son un motivo de preocupació n, ya que si el ventilador hace circular los vapores de la fuga, su dispersió n entrañ a riesgo de exposició n. La dilució n del aire puede reducir significativamente el riesgo. Ahora bien, en ciertas condiciones atmosfé ricas los ventila- dores se detienen, por lo que las concentraciones de las fugas aumentan, incrementando así las posibilidades de exposició n. Asimismo, si no se reparan los tubos con fugas, la rotura puede agrandarse. Con líquidos tó xicos que no se evaporan rá pida- mente cabe la posibilidad de que se produzca un goteo y, en consecuencia, una exposició n cutá nea.
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