No hay duda de que el trabajo forestal es física y mentalmente exigente. El nivel de cualificación requerido aumenta de manera constante, a consecuencia de los avances tecnológicos y de la cada vez mayor complejidad de las máquinas. Por lo tanto, es muy importante que los trabajadores reciban formación previa y sobre el terreno. Los programas de formación deben basarse en objetivos claramente definidos y reflejar el trabajo que se va a realizar. Cuanto más se corresponda el contenido de los programas de formación con las condiciones reales de trabajo y cuanto mayor sea la integración de las cuestiones de seguridad y de producción, más útiles serán los programas, tanto individual como colectivamente. Los programas de formación eficaces no sólo reducen las pérdidas de materiales y los retrasos en la producción, sino que además evitan riesgos adicionales para la seguridad. Como orientación en materia de formación, véase el artículo titulado “Cualificación y formación” en este mismo capítulo.
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