El principal riesgo asociado a las lesiones musculosquelé ticas en estos cultivos es el ritmo del trabajo. Si el propietario trabaja en los campos, lo suele hacer rá pidamente para terminar una tarea y pasar a la siguiente. Los trabajadores contratados suelen ser retribuidos a destajo, es decir, en funció n del trabajo realizado (por ejemplo, kilogramos de bayas cosechadas o nú mero de vides podadas). Este tipo de retribució n suele imponer un ritmo tan rá pido que el trabajador no dispone de tiempo para asegurarse de que sus dedos está n fuera de las tijeras antes de cortar, o para caminar con cuidado desde o hacia el borde del campo para dejar las cestas llenas y recoger otras vacías durante la vendimia. Un elevado ritmo de trabajo puede favorecer que se adopten posturas forzadas, se corran riesgos innecesarios y no se respeten unas prá cticas y procedimientos seguros.
La poda manual de bayas o vides exige una presió n frecuente de la mano para agarrar las tijeras, o el uso frecuente de un cuchillo. Los riesgos que entrañ an los cuchillos son evidentes, puesto que no existe ninguna superficie só lida en la que apoyar la vid, el retoño o el tallo y se producen cortes frecuentes en dedos, manos, brazos, piernas y pies. La poda con cuchillo só lo debe utilizarse como ú ltimo recurso.
Aunque la mejor herramienta para la poda son las tijeras de podar, ya sea durante la estació n inactiva o cuando las plantas o vides todavía tienen hojas, conlleva tambié n ciertos riesgos. El principal de ellos es el peligro de corte por contacto con la cuchilla abierta cuando se coloca una vid o tallo entre las dos hojas, o por cortes inadvertidos de un dedo tambié n al cortar una vid o tallo. El uso de gruesos guantes de cuero o tejido confiere una buena protecció n contra ambos riesgos y puede tambié n proporcionar protecció n contra dermatitis por contacto, alergias, picaduras de insectos o abejas y cortes produ- cidos con las espalderas.
La frecuencia y el grado del esfuerzo que tiene que realizarse para cortar determinan la probabilidad de que aparezcan lesiones traumá ticas acumulativas. Aunque los casos notificados de lesiones no indican en la actualidad que estas lesiones se produzcan con frecuencia, segú n parece eso se debe a la frecuente rotació n en el trabajo que se produce en la producció n de estos cultivos. La fuerza necesaria para utilizar unas tijeras de podar normales supera los valores recomendados y la frecuencia del esfuerzo hace probable que se produzcan trastornos traumá - ticos acumulativos, segú n las directrices aceptadas (Miles 1996). Para reducir la probabilidad de lesiones, las tijeras de podar deben mantenerse bien lubricadas y afiladas con frecuencia. Cuando se trata de vides de gran tamañ o, como es el caso de las parras, el tamañ o de las tijeras debe aumentar en consecuencia para no sobrecargar la muñ eca ni dañ ar las propias tijeras. Con frecuencia tiene que recurrirse a cizallas o sierras de podar para cortar con seguridad grandes vides o plantas.
El levantamiento y transporte de cargas está típicamente asociado a la recolecció n de estos cultivos. Las bayas o frutos suelen recolectarse manualmente y se transportan en algú n tipo de cesta o recipiente hasta el borde del campo, donde se depo- sitan. Las cargas no suelen ser muy pesadas (10 kg o menos), pero en muchos casos tienen que transportarse a una distancia resbaladizo. Los trabajadores no deben correr por terreno desigual y han de pisar siempre en suelo firme.
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