Una típica instalación estéril de insectos tiene un sistema de aire estanco para impedir que entren insectos no deseados y que escapen los fértiles. Las tareas de cría consisten en fregar y barrer, apilar los huevos, lavar las bandejas, preparar la dieta, inocular (colocar los huevos en agar), teñir las crisálidas, asistir a la salida del capullo, empaquetar, poner en cuarentena, irradiar, hacer la selección y pesar. En la sala de crisálidas se mezcla la vermiculita con agua, y se pone en las bandejas. Se apilan las bandejas y se barre el polvo de vermiculita con una escoba. Se separan las crisálidas de la vermiculita mediante un cedazo. Las crisálidas elegidas para la técnica de esterilización de insectos son transportadas en bandejas apiladas sobre enrejados hasta la cámara de irradiación, que se encuentra en una zona o depen- dencia diferente, donde son irradiadas y quedan esterilizadas
(Froehlich 1995; Kiefer 1996).
Quienes trabajan con insectos, incluidos los criadores de gusanos de seda, pueden presentar una reacción alérgica a aler- genos de los artrópodos (escamas, pelos u otras partes del cuerpo). Los síntomas iniciales son picor de ojos e irritación nasal, seguidos por episodios intermitentes de estornudos, tos y disnea. En adelante, la exposición al alergeno desencadenará crisis de asma. Los entomólogos y quienes trabajan en dependencias de moscas estériles están expuestos a diversos agentes potencialmente peligrosos e inflamables. Son los siguientes: en los laboratorios de entomología, alcohol isopropilo, etil alcohol y xileno; en la sala de preparación de la dieta se usa el alcohol isopropilo disuelto en agua para esterilizar las paredes y los techos mediante un pulverizador. El polvo de vermiculita comporta problemas respiratorios. Algunas vermiculitas están contaminadas por asbesto. Las unidades de manipulación en estas instalaciones emiten ruido que puede ser nocivo para la audición de los empleados. En las dependencias puede utilizarse una adecuada ventilación y protección respiratoria personal para controlar la exposición a alergenos y polvos del aire. Deben usarse materiales de trabajo que no produzcan polvo. El aire acondicionado y el recambio frecuente de los filtros puede ayudar a reducir las concentraciones atmosféricas de púas y pelos. Los rayos X o gamma (radiación ionizante) pueden dañar al material genético. En las dependencias de irradiación es nece- sario usar protección frente a los rayos X y gamma y sus fuentes (Froehlich 1995; Kiefer 1996).
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