En un principio, la explotació n de las minas de carbón subterráneas se realizaba excavando túneles de acceso, o bocaminas, en las vetas de carbó n a partir de su afloramiento superficial. Si embargo, los problemas derivados de unos medios de transporte inadecuados para llevar el carbó n a la superficie y el riesgo creciente de combustió n de las bolsas de metano por velas y otras llamas abiertas limitaron la profundidad a que podían trabajarse las primeras minas subterrá neas.
El aumento de la demanda de carbó n durante la Revolució n Industrial propició la excavació n de pozos para poder acceder a reservas de carbó n má s profundas. Así, a mediados del siglo XX, la mayor parte de la producció n de carbó n del mundo procedía de minas subterrá neas. Durante los decenios de 1970 y 1980 se produjo un amplio desarrollo de la capacidad de las minas de carbó n a cielo abierto , especialmente en países como Estados Unidos, Sudá frica, Australia e India. En el decenio de 1990, sin embargo, un renovado interé s por las minas subterrá neas hizo que se abrieran algunas nuevas (p. ej., en Queensland, Australia)
a partir de la má xima profundidad anteriormente alcanzada por las minas a cielo abierto . A mediados del decenio de 1990, casi el 45 % del total de carbó n extraído en el mundo procedía de minas subterrá neas. La proporció n actual varía ampliamente, siendo, por ejemplo, del 30 % en Australia e India y del 95 % en China. Por razones econó micas, no se suele explotar en minas subterrá neas el lignito y el carbó n bituminoso.
Una mina subterrá nea de carbó n está formada bá sicamente por tres elementos: á rea de explotació n, acarreo del carbó n a pie de pozo o rampa y transporte del carbó n a la superficie. La explotació n comprende asimismo el trabajo previo necesario para permitir el acceso a futuras á reas de explotació n de la mina, que presenta el má ximo nivel de riesgo personal.
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