Una desalinizació n inadecuada origina incrustaciones en los tubos de los calentadores y de los intercambiadores de calor de todas las unidades de proceso de la refinería, lo que restringe el flujo de producto y la transferencia té rmica, y origina averías debido al aumento de presiones y temperaturas. La presuriza- ció n excesiva de la unidad de desalinizació n provocará averías. Tambié n causa averías la corrosió n, que se produce debido a la presencia de á cido sulfhídrico, cloruro de hidró geno, á cidos nafté nicos (orgá nicos) y otros contaminantes del petró leo crudo. La corrosió n tiene lugar cuando las sales neutralizadas (cloruros y sulfuros de amonio) se mojan por el agua condensada. Al ser la desalinizació n un proceso cerrado, existe poco riesgo potencial de exposició n al petró leo crudo o las sustancias químicas de proceso, a menos que se produzca una fuga o emanació n. Es posible que se origine un incendio a causa de una fuga en los calentadores, lo que permitiría la liberació n de componentes del crudo con bajo punto de ebullició n.
Durante la desalinizació n hay posibilidad de exposició n a amoníaco, desemulsificantes químicos secos, sustancias cá usticas y/o á cidos. Cuando se utilizan temperaturas elevadas en las operaciones de desalinizació n de crudos de petró leo agrios (sulfurosos), hay á cido sulfhídrico. Dependiendo del crudo utilizado como carga y de los productos químicos de tratamiento empleados, el agua residual contendrá cantidades variables de cloruros, sulfuros, bicarbonatos, amoníaco, hidrocarburos, fenol
y só lidos en suspensió n. Si se utiliza tierra de diatomeas en la filtració n, deberá n minimizarse o controlarse las exposiciones, ya que la tierra de diatomeas puede contener sílice con partí- culas de granulometría muy fina, por lo que presenta un riesgo respiratorio potencial.
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