El metano es altamente deflagrante en concentraciones del 5 al 15 % y ha sido la causa de muchos accidentes graves en las minas. La mejor forma de controlarlo es introduciendo un flujo de aire que diluya el gas a un nivel por debajo de su punto de deflagració n y aspirarlo rá pidamente fuera de la zona de trabajo.
En cualquier caso, hay que supervisar continuamente los niveles de metano y establecer una normativa para interrumpir el trabajo cuando la concentració n alcance niveles entre 1 y 1,5 % y evacuar la mina rá pidamente cuando los niveles se encuentren entre 2 y 2,5 %.
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