retirada en 1949, provocó casos de cá ncer de vejiga hasta 30 añ os má s tarde en quienes habían estado expuestos con anterioridad a la fecha de retirada, pero ninguno en los empleados só lo con posterioridad a 1949. Sin embargo, en la industria del cable no se ha experimentado la mayor incidencia de otros cá nceres —en especial, los de pulmó n y estó mago— aparecidos en la industria del neumá tico. La razó n es, casi con toda seguridad, que en la fabricació n de cables, las má quinas de extrusió n
y vulcanizació n está n aisladas, y la exposició n de los trabajadores a los humos y al polvo de caucho era por lo comú n mucho menor que en la industria del neumá tico. El empleo de talco puede ser peligroso en las fá bricas de cables de caucho. Es importante asegurarse de que se utilice solamente la forma no fibrosa del talco (es decir, la que no contiene tremolita fibrosa) y de que el talco se aplique en una cabina cerrada con ventilació n aspirante local.
En muchos cables se estampan marcas de identificació n. Si se utilizan las modernas videoimpresoras a chorro, el riesgo para la salud es casi con toda seguridad despreciable, debido a las pequeñ ísimas cantidades de disolvente que se utilizan. Sin embargo, otras té cnicas de impresió n pueden dar lugar a exposi- ciones importantes a disolventes, ya sea durante la producció n normal o, lo que es má s habitual, durante las operaciones de limpieza. Por consiguiente, es preciso emplear sistemas de extracció n adecuados para controlar tales exposiciones.
Los principales riesgos de la fabricació n de cables AM son la exposició n al polvo, al ruido y a las vibraciones. Los dos primeros se controlan por medio de té cnicas está ndar de las que se trata en otros artículos. La exposició n a la vibració n solía
ocurrir en el pasado durante la conificación, por la que se formaba
una punta al final del tubo montado por inserció n manual en una má quina con martillos giratorios, de modo que la punta pudiera introducirse en la má quina trefiladora. Má s reciente- mente, este tipo de conificadora ha sido reemplazada por má quinas neumá ticas, lo que ha eliminado tanto la vibració n como el ruido generado por el mé todo antiguo.
La exposició n al plomo durante el envainado debe controlarse por medio de sistemas de VAL adecuados y prohibiendo comer, beber y fumar en á reas susceptibles de contaminació n por plomo. Es preciso realizar controles bioló gicos perió dicos anali- zando el contenido de plomo en muestras de sangre en un labo- ratorio cualificado.
El cresol utilizado en la fabricació n de hilos esmaltados es corrosivo y tiene un olor distintivo a concentraciones muy bajas. Parte del poliuretano se degrada té rmicamente en los hornos de esmaltado y libera tolueno diisocianato (TDI), un potente sensibilizador respiratorio. Es preciso instalar un buen sistema de VAL alrededor de los hornos provistos de dispositivos catalí- ticos de poscombustió n para asegurarse de que el TDI no conta- mine el á rea circundante.
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