Antes, muchas gasolinas contenían los aditivos antidetonantes a base de plomo alquídico tetraetílico o tetrametílico, que son tó xicos y presentan graves riesgos de absorció n de plomo por contacto con la piel o por inhalació n. Los depó sitos o recipientes que han contenido gasolina con plomo en algú n momento durante su utilizació n, deben ventilarse, limpiarse a fondo, comprobarse con un dispositivo de ensayo especial de “plomo en aire” y certificar que carecen de plomo para garantizar que los trabajadores puedan entrar en ellos sin utilizar respiradores autó nomos ni equipos con admisió n de aire puro, aunque los niveles de oxígeno sean normales y los depó sitos contengan ahora gasolina sin plomo u otros productos.
Las fracciones de petró leo gaseosas y los productos combustibles, má s volá tiles, tienen un ligero efecto anesté sico, por lo general inversamente proporcional al peso molecular. La inhalación de combustibles de bajo punto de ebullició n, como la gaso- lina y el queroseno, causa una grave neumonía química, y debe evitarse su aspiración por efecto sifó n con la boca así como su ingestió n accidental. Es posible que las concentraciones de gases y vapores sean lo bastante elevadas para desplazar el oxígeno (del aire) hasta reducirlo por debajo de los niveles normales para la respiración. Por lo comú n, se consigue mantener las concentraciones de vapor por debajo de los límites de exposición y los niveles de oxígeno dentro de los rangos respiratorios normales, mediante purga o ventilació n.
Los destilados de craqueo contienen pequeñ as cantidades de hidrocarburos aromá ticos policíclicos (HAP) cancerígenos; así pues, deberá limitarse la exposición. En ocasiones originan tambié n dermatitis por exposició n a gasolina, queroseno y combustibles de destilación, ya que tienen tendencia a desgrasar la piel, cuya prevenció n se consigue utilizando equipos de protección personal y cremas barrera; reduciendo el contacto
y observando buenas prá cticas higié nicas, como lavarse con agua tibia y jabó n en lugar de limpiarse las manos con gasolina, queroseno o disolventes. Algunas personas tienen sensibilidad cutá nea a los tintes utilizados para colorear la gasolina y otros productos de la destilación.
Los fueles residuales contienen trazas de metales y a veces retienen á cido sulfhídrico, que es extremadamente tó xico. Los combustibles residuales, cuyos componentes de craqueo tienen puntos de ebullició n superiores a 370 C contienen hidrocar- buros aromá ticos policíclicos (HAP) cancerígenos. Debe evitarse la exposició n repetida a combustibles residuales sin la debida protecció n personal, sobre todo al abrir depó sitos y recipientes,
ya que puede desprenderse á cido sulfhídrico gaseoso.
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