En la coquizació n, la temperatura debe mantenerse controlada dentro de un estrecho margen, ya que las temperaturas altas producen un coque demasiado duro para cortarlo y extraerlo del tambor y las temperaturas demasiado bajas provocan la formación de lodos de alto contenido asfá ltico. Si se descontrolasen las temperaturas de coquizació n, podría producirse una reacció n exoté rmica.
En el craqueo té rmico, cuando se procesan crudos sulfurosos, se produce corrosió n a temperaturas del metal comprendidas entre 232 C y 482 C. Al parecer, por encima de 482 C el coque forma una capa protectora sobre el metal. En cambio, cuando las temperaturas no está n debidamente controladas por encima de los 482 C se produce corrosió n por á cido sulfhídrico.
La parte inferior de la torre, los intercambiadores de alta temperatura, el horno y los tambores de reacción está n sujetos a corrosión. Los continuos cambios té rmicos hacen que las carcasas de los tambores de coque se hinchen y agrieten.
Para evitar la acumulació n de coque en los tubos de los hornos de coquizació n retardada, se inyecta agua o vapor. Debe drenarse completamente el agua del coquificador para no provocar una explosió n al recargarlo con coque caliente. En caso de urgencia, se requieren medios alternativos de escape de la plataforma de trabajo situada en la parte superior de los tambores de coque.
Pueden producirse quemaduras al manipular coque caliente, por vapor en caso de fuga de una tubería de vapor, o por expul- sió n violenta de agua, coque o lodo calientes al abrir los coquifi- cadores. Existe riesgo potencial de exposición a naftas aromá ticas que contienen benceno, á cido sulfhídrico y monó - xido de carbono, y a trazas de HAP cancerígenos asociados a las operaciones de coquizació n. El agua amarga residual puede ser altamente alcalina y contener petró leo, sulfuros, amoníaco y fenol. Cuando se mueve coque en forma de lodo en espacios confinados, como los silos de almacenamiento, cabe la posibi- lidad de que se agote el oxígeno, puesto que es absorbido por el carbono hú medo.
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