El craqueo catalítico descompone los hidrocarburos complejos en molé culas más simples para aumentar la calidad y cantidad de otros productos má s ligeros y valiosos para este fin y reducir la cantidad de residuos. Los hidrocarburos pesados se exponen, a alta temperatura y baja presió n, a catalizadores que favorecen las reacciones químicas. Este proceso reorganiza la estructura molecular, convirtiendo las cargas de hidrocarburos pesados en frac- ciones má s ligeras, como queroseno, gasolina, GPL, gasó leo para calefacció n y cargas petroquímicas (vé anse las Figuras 78.9 y
78.10). La selecció n de un catalizador depende de una combina- ció n de la mayor reactividad posible con la má xima resistencia al desgaste. Los catalizadores utilizados en las unidades de craqueo de las refinerías son normalmente materiales só lidos (zeolita, hidrosilicato de aluminio, arcilla bentonítica tratada, tierra de batá n, bauxita y alú mina-sílice) en forma de polvos, cuentas, grá nulos o materiales perfilados denominados pastillas extruidas. En todo proceso de craqueo catalítico hay tres funciones bá sicas:
• Reacción: la carga reacciona con el catalizador y se descompone en diferentes hidrocarburos.
• Regeneració n: el catalizador se reactiva quemando el coque.
• Fraccionamiento: la corriente de hidrocarburos craqueados se separa en diversos productos.
Los procesos de craqueo catalítico son muy flexibles, por lo que los pará metros de operació n se ajustan segú n la demanda de productos. Los tres tipos bá sicos de procesos de craqueo catalítico son los siguientes:
• craqueo catalítico de líquidos (CCL);
• craqueo catalítico de lecho mó vil,
• craqueo catalítico termofor (CCT).
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