En cualquier proceso de metal caliente, como el refinado de cobre al fuego o el moldeo de barras de cobre, debe impedirse que el agua entre en contacto con el metal fundido para evitar una explosió n. Al cargar el horno es posible que se produzcan escapes de humos de óxido metá lico en el lugar de trabajo, por lo que es preciso contar con un sistema de ventilació n aspirante local eficaz sobre la puerta de carga. De manera similar, conviene controlar adecuadamente los canales por los que pasa el metal fundido desde el horno hasta la má quina de colada, así como la propia má quina de colada.
El principal riesgo existente en la refinería electrolítica es la niebla de á cido sulfú rico que emanan las pilas. Las concentra- ciones atmosfé ricas deben mantenerse por debajo de 1 mg/m3 por medio de una ventilació n adecuada, a fin de evitar irritaciones.
El moldeo de barras de cobre entrañ a un riesgo adicional por el uso de mantas o planchas aislantes para conservar el calor alrededor de la rueda de colada. Los materiales cerá micos pueden haber reemplazado al asbesto en estas aplicaciones, pero las propias fibras cerá micas deben manipularse con gran cuidado para evitar la exposició n a ellas. Estos materiales resultan má s friables (es decir, se rompen con má s facilidad) tras su uso, cuando han sido afectados por el calor, y su manipulación ha provocado exposició n a fibras respirables en suspensión.
Un riesgo inusual es el que presenta la fabricació n de cables eléctricos de aluminio. Se aplica al é mbolo de la prensa de extrusió n una suspensión de grafito en un aceite pesado para evitar que la palanquilla de aluminio se quede pegada al é mbolo. Cuando é ste está caliente, parte del material se quema y se eleva hasta el techo. Siempre que no haya operarios de puentes-grú a en las proximidades y que haya ventiladores en funcio- namiento en el techo, no ha de constituir un riesgo para la salud de los trabajadores.
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