Las condiciones de los trabajadores varían segú n la zona geográfica. Los trabajadores temporeros viven en condiciones muy poco atractivas. Los riesgos para la salud varían en funció n de los factores ambientales, las condiciones de trabajo, las condiciones de vida y la situació n socioeconó mica del trabajador.
Debido a las altas temperaturas en las zonas donde se cultiva la cañ a de azú car, los trabajadores tienen que consumir grandes cantidades de líquidos.
En diversas fases del proceso de refinado se desprenden humos y gases de dió xido de carbono, dió xido de azufre, monóxido de carbono y á cido clorhídrico. Las altas temperaturas durante la transformación pueden hacer también que se desprendan humos y vapor molestos y en ocasiones tó xicos.
En algunas zonas de la fá brica, los niveles de ruido son excesivos.
La bagazosis es una enfermedad pulmonar de origen profesional del tipo alveolitis alé rgica extrínseca, causada por la respiración de polvo que contiene esporas de actinomicetos termofílicos que crecen en el bagazo hú medo almacenado. La exposició n a esta sustancia puede causar tambié n neumonitis por hipersensibilidad.
En los países en desarrollo, muchos trabajadores son inexpertos y no tienen conocimientos sobre seguridad. Puede existir tambié n una elevada tasa de rotació n, lo que constituye un problema para mantener el nivel de formació n y cualificació n de los trabajadores. Aunque los datos estadísticos no indican una elevada incidencia de enfermedades profesionales, esto puede explicarse por el hecho de que el trabajo en la refinería só lo les ocupa de cinco a seis meses al añ o. Por eso las tasas de acci- dentes parecen bajas. Durante el resto del añ o, estos trabajadores temporeros se ocupan en las labores má s diversas, mientras que los que tienen empleo permanente se dedican a labores de mantenimiento de la maquinaria y los equipos.
Los accidentes de trabajo en la industria azucarera (caídas, distensiones, dislocaciones, etc.) difieren poco de los habituales en otras actividades industriales y agrícolas. Con el aumento de la mecanización, los accidentes de trabajo han disminuido en nú mero, pero han aumentado en gravedad. Las lesiones más frecuentes son insolació n o estré s por calor, dermatitis, conjuntivitis, quemaduras y caídas.
Con el fin de planear y poner en prá ctica un programa de seguridad e higiene en la industria del azú car, el primer paso esencial es realizar una valoració n cualitativa y cuantitativa de los riesgos y peligros implicados en cada refinería, identificando las medidas correctoras, como el uso de extractores de polvo, gases y humos. El control del polvo es una medida eficaz para controlar el polvo de bagazo. Los locales deben estar debidamente aireados y ventilados para reducir el excesivo calor y debe disponerse de una iluminació n adecuada. Debe existir un adecuado apantallamiento o protecció n de la maquinaria. Los trabajadores deben tener fá cil acceso a prendas protectoras. En toda fá brica debe establecerse un programa de seguridad adecuado, del cual se encargue personal adiestrado.
El ruido es un riesgo generalizado. Las máquinas ruidosas deben estar insonorizadas y, en zonas donde el nivel de ruido no pueda reducirse lo suficiente, los trabajadores deben utilizar protectores auditivos y conviene instituir un programa de conservación de la audición que incluya pruebas audiomé tricas
y educació n de los trabajadores.
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