Los cascos protegen contra la caída de ramas y árboles, así como contra el retroceso de una motosierra. El casco debe ser lo más ligero posible para minimizar la tensión del cuello. El ceñidor debe ajustarse de manera correcta para que el casco quede firme- mente asentado sobre la cabeza. Los ceñidores de la mayoría de los cascos permiten también ajuste vertical. Es importante que el casco quede bajo sobre la frente para que su peso no cause excesiva incomodidad al trabajar cara abajo. En climas fríos, es necesario utilizar un gorro de tela o piel bajo el casco. Deberán utilizarse gorros especialmente diseñados para emplear con el casco. El gorro puede disminuir la eficacia de protección del casco al posibilitar su incorrecta colocación. La eficacia de los protectores auditivos puede aproximarse a cero si las orejeras quedan fuera del gorro. Los cascos forestales llevan dispositivos incorporados para montar una visera y orejeras de protección auditiva. Las orejeras de los protectores auditivos deben colocarse directamente en contacto con la cabeza insertándolas a través de ranuras practicadas en el gorro.
En climas calurosos, los cascos deberán llevar orificios de ventilación, que han de formar parte del diseño del casco. Bajo ninguna circunstancia deberán taladrarse en el casco, ya que ello podría reducir mucho su resistencia.
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