Las fugas en los sistemas de conducción de amoníaco (el límite explosivo inferior del amoníaco es del 16 %, y el superior, del 25 %), la leche en polvo y otros materiales inflamables y combustibles, las operaciones de soldeo y los escapes de los equipos hidráulicos de alta presión pueden dar lugar a incendios y explosiones. Es necesario instalar un detector de fugas de amoníaco en las áreas en que existen sistemas de refrigeración basados en esta sustancia. Los materiales inflama- bles y combustibles deben almacenarse en recipientes de metal cerrados. La pulverización de leche en polvo debe satisfacer los requisitos pertinentes en materia de prevención de explosiones. Las operaciones de soldadura sólo serán llevadas a cabo por personal autorizado. Las botellas de gas comprimido deben examinarse regularmente. Deben tomarse precauciones para evitar la mezcla de oxígeno con gases inflamables. Las botellas se mantendrán alejadas de las fuentes de calor.
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