Levantar materias primas, arrastrar cajas de producto y empaquetar son actividades asociadas a problemas ergonómicos. Entre las soluciones figura la mecanización y la automatización de las operaciones manuales.
En la industria láctea puede producirse una amplia gama de
exposiciones a sustancias químicas, como el contacto con:
• vapores de amoníaco debidos a fugas en los sistemas de refrigeración;
• productos químicos corrosivos (p. ej., el ácido fosfórico, utili- zado en la fabricación de requesón, los compuestos de limpieza, los ácidos de bacterias, etc.);
• el gas cloro generado por la combinación involuntaria de productos higiénicos clorados con ácidos;
• el peróxido de hidrógeno generado en las operaciones de empaquetado realizadas a temperaturas muy altas;
• el ozono (y la radiación ultravioleta) derivados de la luz ultra- violeta utilizada en las actividades de higienización;
• el monóxido de carbono producido por la acción de sustancias cáusticas que reaccionan con el azúcar lácteo en las opera- ciones de limpieza in situ en los vaporizadores de leche;
• el monóxido de carbono generado por los carros elevadores que funcionan con propano o gasolina, los calentadores a gas y los dispositivos a gas de sellado por calor,
• el cromo, el níquel y otros humos y gases de soldeo.
Los trabajadores deben recibir formación y conocer las prác- ticas de manipulación de productos químicos peligrosos, que han de etiquetarse convenientemente. Deben establecerse proce- dimientos operativos normalizados, que serán observados en la limpieza de vertidos. En caso necesario, se dispondrá de sistemas de extracción localizada. Se suministrarán ropas protectoras, gafas de seguridad, máscaras faciales, guantes, etc. y se velará por su mantenimiento. Cuando se trabaje con materiales corro- sivos, podrá accederse a instalaciones para el lavado de ojos y duchas rápidas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario