Las disposiciones en materia de seguridad son papel mojado hasta que todos los participantes del sector forestal desempeñan su papel en la implantación. Jokulioma y Tapola (1993) dan una descripción de esta cooperación en Finlandia, que ha obtenido excelentes resultados. En la información, enseñanza y formación en materia de seguridad, incluidos los grupos a los que resulta difícil llegar, como los contratistas y los granjeros forestales, las asociaciones de contratistas y propietarios de bosques desem- peñan un papel crucial.
Las disposiciones en materia de seguridad tienen que ponerse a disposición de los usuarios en una forma accesible. Una buena práctica es la publicación en formato de bolsillo de concisos extractos ilustrados pertinentes para determinados trabajos, como el manejo de motosierras o cables-grúa. En muchos países, un porcentaje importante de los trabajadores forestales son inmi- grantes. Es necesario que las disposiciones y guías estén tradu- cidas a sus idiomas respectivos. Los fabricantes de equipos forestales también deben estar obligados a incluir en el manual del propietario información e instrucciones completas sobre todos los aspectos de mantenimiento y la seguridad de uso del equipo.
La cooperación de trabajadores y empresa es fundamental, a escala sectorial y, sobre todo, empresarial. La OIT (1991) ha ofrecido algunos ejemplos de cooperación que fueron un éxito y resultaron muy rentables. La situación, por lo común insatisfac- toria, de la seguridad en la industria forestal suele agravarse aun más cuando el trabajo es realizado por contratistas. En estos casos, los contratos ofrecidos por la parte contratante, el propie- tario del bosque o la industria deben siempre incluir una cláusula que exija el cumplimiento de los requisitos sobre seguridad, así como sanciones en caso de incumplimiento. Las disposi- ciones deben ser un anexo al contrato.
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