En la industria avícola moderna no se desperdicia ninguna parte del pollo. Sus muslos se empaquetan a granel, se almacenan congelados o cuasicongelados y se elaboran o deshuesan, con tijeras u otros instrumentos de mano accionados por aire comprimido. Al igual que en la operación de deshuesado de pechugas, los trabajadores dedicados a esta tarea deben eliminar el exceso de grasa y la piel con tijeras. Las temperaturas en el área de trabajo puede oscilar entre los 4 y los 7 °C. A pesar de que los recortadores pueden utilizar guantes forrados, el enfriamiento de las manos restringe la circulación sanguínea, aumentando así la acción de los agentes de estrés ergonómico.
Una vez refrigerada, la elaboración de la carne de los muslos puede continuar mediante el añadido de sazonadores y la trituración bajo una capa de CO2. Se comercializa como preparados de pollo o a granel.
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