En todos estos sistemas la demanda de agua potable puede ser extremadamente elevada, calculándose en 40.000 litros por cada 0,5 kg de pez teleósteo criado hasta la madurez (Crowley 1995). La recirculación y la filtración pueden reducir mucho la demanda, pero requieren la aplicación intensiva de nuevas tecno- logías (p. ej., zeolitos para atraer el amoníaco).
Los vertidos de las piscifactorías pueden llevar tantos residuos fecales como los de las ciudades pequeñas, y están proliferando con rapidez las regulaciones para controlarlos (Crowley 1995).
El consumo de plancton y de krill, y los efectos secundarios de la acuicultura, como las plagas de algas, pueden producir grandes desequilibrios entre las especies de los ecosistemas locales que rodean a las instalaciones.
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