miércoles, 1 de abril de 2009

INDUSTRIA AVICOLA: Empaquetado y refrigeración

Una vez que el producto se ha situado en bandejas trinchado o deshuesado, éstas se trasladan a otra fase del proceso denominada empaquetado. Los trabajadores recogen los productos específicos en bandejas y las introducen en máquinas que aplican y extienden envueltas transparentes impresas alrededor de las mismas selladas en caliente. A continuación la bandeja pasa por un dispositivo de lavado, donde se recoge y se coloca en una cesta. La que contiene un determinado tipo de producto se sitúa en un transportador que la traslada al área de refrigeración. Allí las bandejas son clasificadas y apiladas de modo manual o automático.
Los trabajadores del área de empaquetado deben permanecer de pie durante períodos prolongados y sus puestos son objeto de rotación, con el fin de que las manos que utilizan para recoger el producto cambien de forma alternativa. Se trata de una zona que suele ser relativamente seca. Las esteras amortiguadoras pueden reducir la fatiga de piernas y espalda.
La demanda de los consumidores, las ventas y el marketing pueden crear riesgos ergonómicos especiales. En ciertas épocas del año, se empaquetan grandes bandejas con varios kilos de producto para “comodidad y ahorro de costes”. Es un peso añadido que ha contribuido al aumento de las lesiones de la mano relacionadas con movimientos repetitivos debido, sencillamente, a que el proceso y el sistema de transporte están diseñados para la recogida con una sola mano. Un trabajador carece de la fuerza necesaria para realizar levantamientos de bandejas sobrecargadas con una sola mano.
El envoltorio de plástico transparente utilizado en el empa- quetado puede liberar cantidades moderadas de monómeros y otros productos de descomposición al calentarse para su sellado. Si se plantean quejas respecto a los humos, el fabricante o el

proveedor de la película plástica debe ser convocado para ayudar a evaluar el problema. Puede ser necesario aplicar sistemas de extracción localizada. El equipo de sellado por calor debe mantenerse adecuadamente y los interruptores de emergencia deben comprobarse para controlar su correcto funcionamiento al comienzo de cada turno.
El área o las cámaras de refrigeración plantean otro tipo de riesgos de incendio, de salud y de seguridad. En cuanto a la prevención de incendios, el envoltorio del producto constituye un peligro, ya que suele fabricarse con poliestireno altamente combustible. El aislamiento de las paredes suele tener un núcleo de goma esponjosa de este material. Las cámaras frigoríficas deben protegerse adecuadamente con sistemas de pulveriza- dores en seco de acción preliminar diseñados para abordar riesgos extraordinarios. (En los sistemas de acción preliminar se emplean pulverizadores automáticos acoplados a los sistemas de conducción que contienen aire seco o nitrógeno, así como un sistema de detección complementario instalado en la misma área que los pulverizadores).
Una vez que las cestas de bandejas entran en la cámara frigorífica, los trabajadores deben recogerlas y levantarlas hasta la altura del hombro o superior para apilarlas en una plataforma móvil. Cuando las pilas de cestas ganan en altura, los trabaja- dores tienen que ayudarse entre sí para amontonarlas en niveles superiores.
Las temperaturas en estas cámaras pueden alcanzar los –2 °C. Los trabajadores deben recibir ropas de múltiples capas o “trajes anticongelación”, además de calzado aislante con dispositivos de seguridad, y formación para utilizar estos equipos. Las plata- formas móviles y las pilas de cestas deben ubicarse en diversas áreas de las cámaras frigoríficas hasta que sean reclamadas. A menudo, los trabajadores intentan ahorrar tiempo empujando varias pilas de bandejas al mismo tiempo, lo que puede dar lugar a lesiones musculares y de la parte inferior de la espalda.
La integridad de las cestas es un aspecto importante, tanto del control de la calidad del producto, como de la seguridad de los trabajadores. Si se acumulan rotas con otras completas apiladas en la parte superior, el conjunto de la carga se vuelve inestable y puede volcarse con facilidad. Los paquetes de producto caen sobre el suelo y se ensucian o deterioran, lo que obliga a repetir tareas y a realizar una manipulación extraordinaria a los trabajadores. Asimismo, las pilas pueden caer sobre otros miembros del personal.
Cuando se solicita una combinación de producto específica, las cestas pueden retirarse de la pila a mano. Las bandejas se cargan en un transportador con una balanza que las pesa y las marca con etiquetas en las que figuran el peso y los códigos de seguimiento. Las bandejas se embalan manualmente en cajas de cartón o de otros materiales, en ocasiones forradas con cubiertas impermeables. A menudo, los trabajadores deben coger las bandejas. Como en el caso del proceso de empaque- tado, los paquetes de producto más grandes y pesados pueden provocar estrés en las manos, los brazos y los hombros. Los trabajadores se mantienen de pie durante mucho tiempo en una única ubicación. Las esteras antifatiga pueden reducir la tensión en las piernas y la parte inferior de la espalda.
A medida que las cajas de cartón con los paquetes se depositan en las cintas transportadoras, los envoltorios pueden sellarse con calor mientras se inyecta CO2. Tales operaciones, unidas a una refrigeración continua, prolonga la vida útil de almacenamiento del producto. Asimismo, según avanzan las cajas, se añade una paleta de cápsulas de CO2 (hielo seco) para prolongar la vida útil del producto en su camino hacia el consumidor en un camión refrigerado. No obstante, el CO2 plantea riesgos inherentes en las áreas cerradas. Las cápsulas pueden dejarse caer desde una rampa o extraerse de un gran recipiente parcialmente cubierto. Aunque el límite de exposición (TLV) correspondiente al CO2 es relativamente alto y se dispone de controles continuos, los trabajadores también deben recibir formación sobre sus riesgos y síntomas y utilizar guantes y protectores oculares. Asimismo, deben colocarse en la zona signos de advertencia adecuados.
Las cajas con el producto dispuesto en bandejas suelen sellarse con material adhesivo termoimpregnado inyectado en el cartón. Pueden producirse quemaduras dolorosas por contacto si los ajustes, los sensores y las presiones no son adecuadas. Los trabajadores deben utilizar protectores oculares con dispositivos laterales de defensa. Antes de realizar ajustes o reparaciones, los equipos de aplicación y sellado deben estar completamente desactivados y carentes de presión.
Después del sellado de las cajas, éstas pueden ser levantadas manualmente del transportador o ser trasladadas por una embandejadora automática u otro equipo accionado por control remoto. Debido a la elevada tasa productiva, existe la posibilidad de que se produzcan lesiones de espalda. Es un trabajo que suele desempeñarse en un medio ambiente frío, que tiende a provocar lesiones por tensión.
Desde un punto de vista ergonómico, la recuperación de cajas de cartón y el apilado puede automatizarse con facilidad, pero los costes de inversión y de mantenimiento son elevados.

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