jueves, 17 de marzo de 2011

Recolección

En los cultivos de arroz y de cereal, la recolección requiere del 8 al 10 % de las personas-hora utilizadas en la producción del cultivo. A pesar de la rápida mecanización en este ámbito, en los pró ximos años continuará la gran dependencia de los mé todos manuales (vé ase la Figura 64.18). En la recolección manual se utilizan herramientas manuales (hoz, guadañ a, etc.). La guadañ a se utiliza habitualmente en muchas partes del mundo debido a que cubre un á rea amplia. No obstante, requiere más energía que la hoz.
La popularidad de la hoz se debe a la simplicidad de su construcció n y manejo. Se trata de una hoja curva, con filo liso o dentado, unido a un mango de madera. El diseñ o varía de una regió n a otra, de forma que la carga cardiorrespiratoria es diferente segú n el tipo hoz. El rendimiento varía de 110 a 165 m2/hora, valores que corresponden a 90 y
60 personas-hora por hectá rea de tierra. Las posturas incómodas durante este trabajo pueden provocar complicaciones clínicas a largo plazo relacionadas con la espalda y las articulaciones de las extremidades. La recolecció n en posició n incli- nada tiene la ventaja de la movilidad tanto en regadío como en terreno de secano, y es aproximadamente un 16 % má s rá pida que en posició n agachada; no obstante, Los accidentes, laceraciones y heridas incisas durante la recolección son comunes en arrozales, trigales y campos de cañ a de azú car. Las herramientas manuales está n diseñ adas principalmente para personas diestras, pero a menudo son utili- zadas por personas zurdas, que no son conscientes de las posi- bles repercusiones sobre su seguridad. Los factores importantes del diseñ o de una hoz son la geometría de la hoja, su dentado, la forma y el tamañ o del mango. Sobre la base de un estudio ergonómico, las dimensiones sugeridas para el diseñ o de una hoz son: peso, 200 g; longitud total, 33 cm; longitud del mango, 11 cm; diá metro del mango, 3 cm; radio de la curvatura de la hoja, 15 cm; concavidad de la hoja, 5 cm. Para una hoz dentada: paso dental, 0,2 cm; á ngulo dental, 60, y relación de la longitud de la superficie cortante con la longitud de la cuerda, 1,2. Debido a que los trabajadores realizan estas actividades en condiciones climá ticas extremas, los aspectos de salud y seguridad son muy importantes en los cultivos tropicales. Durante las largas horas de trabajo se acumula una gran carga respiratoria. Las condiciones climá ticas extremas y las alteraciones por calor añ aden tensió n y disminuyen la capacidad de trabajo.

miércoles, 16 de marzo de 2011

Escarda y labores de entretenimiento

Las plantas y malezas indeseables provocan pé rdidas al disminuir los rendimientos y la calidad de las cosechas, albergando plagas vegetales y aumentando el coste del regadío. La reducción del rendimiento varía del 10 al 60 % en funció n del crecimiento y del tipo de malezas. En la eliminación de malezas durante la estación de cultivo se gasta aproximadamente un 15 % del trabajo humano. Una gran parte de la mano de obra dedicada a la escarda está formada por mujeres. En una situació n típica, un trabajador emplea cerca de 190 a 220 horas escardando una hectá rea de tierra con la azada. Tambié n se utilizan layas para la escarda y las labores de entretenimiento.
De los distintos mé todos (mecá nicos, químicos, biológicos, de cultivo), la escarda mecá nica, bien arrancando la maleza a mano o con herramientas manuales como la azada y desherbadores sencillos, es ú til tanto en tierras de regadío como de secano (Nag y Dutt 1979; Gite y Yadav 1990). En terrenos de secano, los trabajadores se agachan sobre el suelo con una o las dos piernas flexionadas por la rodilla y eliminan la maleza con una hoz o una azadilla. En tierras de regadío, adoptan una postura inclinada e inmó vil para retirar las malezas manualmente o con la ayuda de desherbadoras.
La demanda fisioló gica para el uso de desherbadoras (por ejemplo, pala y rastrillo, dedo de proyección, desherbadoras de doble barrido) es relativamente mayor que en la escarda manual. No obstante, la eficacia del trabajo en términos de área cubierta es significativamente mayor. La demanda de energía en los trabajos de escarda manual supone só lo un 27 % de la capacidad de trabajo de una persona, mientras que con las distintas desherbadoras la demanda de energía llega hasta el 56 %. No obstante, el esfuerzo es relativamente menor en el caso de desherbadoras de rueda de tipo azada, con las que son necesarias unas 110 a 140 personas-hora para cubrir una hectá rea. Una desherbadora de este tipo consta de una o dos ruedas, una pala, un bastidor y un mango. Se requiere una fuerza (empuje/tracció n) de aproximadamente 5 a 20 kilogramos de fuerza (1 kgf = 9,81 Newtons), con una frecuencia de aproximadamente 20 a 40 golpes por minuto. No obstante, es necesario normalizar las especificaciones té cnicas de las desherbadoras de rueda de tipo azada para un mejor funcionamiento.

martes, 15 de marzo de 2011

Las bombas de vaivén

Las bombas de vaivén (bombas manuales de tipo pistó n-cilindro) se manejan bien manualmente en modo de vaivé n o mediante pedales en modo rotativo.

lunes, 14 de marzo de 2011

El elevador hidráulico compensado

El elevador hidrá ulico compensado consta de un recipiente unido al extremo de un elevador horizontal apoyado sobre un poste vertical. El trabajador ejerce fuerza sobre el contrapeso para hacer funcionar el dispositivo.

jueves, 3 de marzo de 2011

Importancia económica de este sector

La industria de aparatos y equipos elé ctricos beneficia a unos países má s que otros: es importante desde el punto de vista econó mico para los países donde se obtienen las materias primas y para aquellos en los que se montan y/o fabrican los productos finales. Estas dos operaciones tienen lugar en países muy diferentes.
Las materias primas no son infinitas. Los equipos desechados deben reutilizarse siempre que sea posible. Ahora bien, los costes que ocasiona la recuperació n de la piezas reutilizables de los equipos desechados pueden resultar prohibitivos.

miércoles, 2 de marzo de 2011

Características de los trabajadores

La cualificació n y los conocimientos prá cticos que poseen quienes trabajan en este sector en la actualidad son diferentes de los que poseían los trabajadores hace añ os. Los equipos utilizados en la producció n y fabricació n de baterías, pilas, cables, lá mparas y aparatos electrodomé sticos está n muy automatizados.
En muchos casos, pues, estos trabajadores requieren formación especializada para poder realizar su labor. El trabajo en equipo es un factor importante en este sector, ya que muchas operaciones responden a un sistema de producción en cadena, donde el trabajo de cada persona depende del trabajo de las demás.
Cada vez son má s los procesos de fabricació n de aparatos consiguiente, es necesario que el trabajador esté familiarizado con las té cnicas informá ticas, lo cual tal vez no plantee problema alguno a los má s jóvenes, pero es posible que los de má s edad no hayan trabajado nunca con ordenadores y requieran un reciclaje.

martes, 1 de marzo de 2011

Evolución de la industria

El innovador descubrimiento de la inducció n electromagné tica contribuyó al desarrollo de la vasta industria elé ctrica actual. El descubrimiento del efecto electroquímico dio lugar al desarrollo de las baterías como fuentes portá tiles de alimentació n de equipos elé ctricos utilizando sistemas de corriente continua. Cuando se inventaron aparatos que recibían la alimentación eléctrica de una red, se hizo necesario un sistema de transmisió n y distribució n de electricidad, lo que dio lugar a la introducció n de los conductores elé ctricos flexibles (cables).
Las primeras formas de iluminació n artificial (es decir, la iluminació n de gas y de arco con electrodos de carbono) fueron sustituidas por la lá mpara de filamento (en la lá mpara exhibida en Inglaterra por Joseph Swan en enero de 1879, el filamento era de carbono). La lá mpara de filamento había de disfrutar de un monopolio sin precedentes en aplicaciones domé sticas, comerciales e industriales hasta el estallido de la Segunda Guerra Mundial, momento en el que se introdujo la lá mpara fluorescente. Con posterioridad se han desarrollado otras formas de iluminación por descarga (basadas todas ellas en el paso de una corriente elé ctrica a travé s de un gas o un vapor), con muy diversas aplicaciones comerciales e industriales.
El abanico de aparatos elé ctricos que se desarrollan en muchos campos (p. ej., en aplicaciones audiovisuales, de calefacción, cocina y refrigeració n) aumenta de manera constante. Basta citar como ejemplo la introducció n de la televisió n por saté lite y el horno de microondas.
Aunque la disponibilidad y accesibilidad de las materias primas ha tenido un efecto importante en la evolució n de las industrias, la ubicació n de é stas no ha estado necesariamente determinada por la situació n de aqué llas. Las materias primas suelen ser transformadas por terceros antes de su utilizació n en el montaje de aparatos y equipos elé ctricos.