domingo, 31 de julio de 2011

Reducción de accidentes

La OSHA ha estimado que en Estados Unidos los trabajadores de las compañías de generación, transmisión y distribución de electricidad sufren anualmente una media de 12.976 lesiones con baja, ascendiendo el número de fallecidos a 86. Asimismo, ha calculado que podrían evitarse 1.633 lesiones con baja y 61 accidentes mortales anuales si se cumplieran las disposiciones de la norma y de otras normas mencionadas en la disposición final. La OSHA desglosa dicha reducción en dos categorías. Se espera que las más beneficiadas sean las compañías eléctricas, que representan aproximadamente el 80 % de los accidentes mortales. Los contratistas —incluidos contratistas eléctricos y operarios desramadores— y los establecimientos no relacio- nados con las compañías eléctricas absorben el 20 % restante. La OSHA también espera que sean las compañías eléctricas quienes experimenten una mayor reducción en la incidencia de las lesiones con baja. La segunda categoría de reducción se rela- ciona con las referencias que hace la norma 190.269 a otras normas existentes. Por ejemplo, la OSHA espera que los emplea- dores proporcionen servicios médicos y primeros auxilios con arreglo a la norma 1910.151.
Las operaciones de excavación deben ajustarse a la subsección P de la norma 1926; los equipos de protección personal, a los requisitos de la subsección I de la norma 1910; los equipos anti- caídas, a los requisitos de la subsección E de la norma 1926; y las escaleras, a la subsección D de la norma 1910. Son algunos ejemplos del gran número de referencias a otras normas OSHA que se incluyen en la norma de generación, transmisión y distri- bución de energía eléctrica. La OSHA cree que estas referencias fomentarán un mayor reconocimiento de las distintas normas de seguridad aplicables y, junto con la formación de los empleados y el reconocimiento de los riesgos por medio de sesiones informativas sobre tareas, se evitarán cada año otros 2 accidentes mortales y 1.310 lesiones con baja.

sábado, 30 de julio de 2011

Riesgos para la seguridad en los procesos de generación, transmisión y distribución

La norma de generación, transmisión y distribución de energía eléctrica, también conocida como norma de mantenimiento eléc- trico, codificada como 29 CFR 1910.269, fue promulgada por la Administración para la Salud y la Seguridad en el Trabajo de Estados Unidos (OSHA, US Occupational Safety and Health Administration) el 31 de Enero de 1994. La norma es aplicable a todos los trabajadores de compañías eléctricas que se ocupan del funcionamiento y el mantenimiento de equipos de generación, transmisión y distribución de energía eléctrica y equipos afines. Además, las disposiciones de la norma 1910.269 también se aplican a los operarios de líneas contratadas, los trabajadores encargados del desramaje de árboles para despejar el paso a las líneas contratadas y los productores de energía independientes. Otros países y regiones tienen normas similares.
Los riesgos que contempla directamente la norma de la OSHA son los de naturaleza eléctrica que pueden provocar electrocución y lesiones por choque eléctrico. Entrar inadvertida- mente en contacto con electricidad de alta tensión suele tener como consecuencia la muerte o lesiones graves, como quema- duras de segundo y tercer grado, amputación de miembros, daños en órganos internos y daños neurológicos.
La norma también contempla los fallecimientos y lesiones debidos a otros cuatro tipos de accidentes: golpes; caídas desde escaleras, andamios, postes u otras alturas; aplastamiento por activación accidental de maquinaria durante las tareas rutinarias de mantenimiento; y contacto con temperaturas extremas debido a la liberación inadvertida de vapor a alta presión durante el mantenimiento de las calderas. El Eastern Research Group (ERG), que preparó el estudio de impacto econó- mico para la propuesta de norma de la OSHA, informó que se producen más accidentes asociados a las líneas de transmi- sión y distribución que a las subestaciones o instalaciones de generación de electricidad”. El ERG comunicó que en la cate- goría de líneas de transmisión y distribución, los operarios, aprendices y supervisores son quienes sufren la mayoría de los accidentes mortales o graves con baja laboral. En la categoría de subestaciones y generación de potencia, los electricistas de las subestaciones y los mecánicos de las compañías eléctricas son quienes sufren la mayoría de los accidentes.

viernes, 29 de julio de 2011

SEGURIDAD EN LA GENERACION, TRANSMISION Y DISTRIBUCION DE ENERGIA ELECTRICA: UN EJEMPLO DE ESTADOS UNIDOS

El suministro de energía eléctrica consta de tres fases: generación, transmisión y distribución. Cada una de ellas conlleva distintos procesos productivos, actividades laborales y riesgos.
La mayor parte de la electricidad se genera a niveles de 13.200 a 24.000 voltios. Entre los riesgos presentes en el proceso de generación de energía eléctrica se incluyen las explosiones y quemaduras derivadas de averías inesperadas de los equipos. También pueden producirse accidentes por no seguir unos procedimientos apropiados de bloqueo e identificación, que se implantan con el fin de controlar las fuentes de energía. Antes de realizar tareas de mantenimiento en equipos que puedan recibir excitación eléctrica, ponerse en funcionamiento o liberar energía almacenada de forma inesperada y provocar lesiones, deberá procederse a su aislamiento de la fuente de energía y dejarse inoperativos. Si no se aíslan correctamente las fuentes de energía (bloqueo/identificación) pueden producirse graves lesiones o fallecimientos.
Una vez generada, la energía eléctrica se envía a distancia a través de líneas de transmisión tendidas entre subestaciones de transmisión ubicadas en centrales generadoras. La instalación de las líneas puede ir elevada, por medio de torres de sustentación,

o subterránea. Las líneas de alta tensión transmiten grandes cantidades de energía eléctrica y se despliegan a lo largo de distancias considerables. Cuando la electricidad sale de una central generadora, la subestación de transmisión allí ubicada aumenta la tensión hasta niveles de 138.000 a 765.000 voltios. Dentro del área operativa, las subestaciones de transmi- sión reducen la tensión transmitida a niveles de 34.500 a
138.000 voltios. Esta energía se transporta después a través de líneas a los sistemas de distribución situados en el territorio de servicio local. Los principales riesgos presentes durante el proceso de transmisión son eléctricos. Si no se mantienen las distancias de seguridad apropiadas o no se utilizan equipos de protección adecuados (guantes y manguitos de goma) pueden producirse graves lesiones o fallecimientos. Las caídas también dan lugar a accidentes graves durante la realización de trabajos de mantenimiento en líneas elevadas y mientras se trabaja desde postes o camiones de cangilón.
El sistema de distribución conecta el sistema de transmisión al equipo del cliente. La subestación distribuidora reduce la tensión eléctrica transmitida a niveles de 2.400 a 19.920 voltios. Un transformador distribuidor reduce todavía más la tensión. Los riesgos relacionados con el trabajo de distribución también son de naturaleza eléctrica. Sin embargo, existe el riesgo adicional de trabajar en espacios cerrados (registros y bóvedas) cuando se trata de sistemas de distribución subterráneos.
En las subestaciones de transmisión y distribución se cambia la tensión, la fase u otras características de la energía eléctrica como parte del proceso de distribución final. La electrocución representa el principal riesgo para la seguridad. Este tipo de accidentes suelen producirse por no mantener las distancias de seguridad con los equipos eléctricos activos o no utilizar equipos de protección personal adecuados, incluidos guantes y manguitos aislantes de goma.

jueves, 28 de julio de 2011

Tratamiento de sólidos

La composició n de los só lidos (lodos) separados por los sistemas de tratamiento del residuo líquido varían con la fuente. Los sólidos del tratamiento primario constan principalmente de fibras de celulosa. El principal componente de los só lidos del tratamiento secundario son cé lulas microbianas. Si la fá brica emplea agentes blanqueantes clorados, los só lidos tanto primarios como secundarios pueden contener tambié n compuestos orgá nicos clorados, un factor importante al determinar la amplitud del tratamiento requerido.
Antes de la eliminació n, los lodos se espesan en unidades de sedimentació n por gravedad y se secan en centrifugadoras, filtros de vacío o prensas de banda o de tornillo. Los lodos del tratamiento primario son relativamente fá ciles de secar. Los del tratamiento secundario contienen una gran cantidad de agua
intracelular y en la sustancia intercelular del lé gamo; por consi- guiente, requieren la adició n de floculantes químicos. Una vez suficientemente secado, el lodo se prepara para aplicaciones basadas en la tierra (p. ej., esparcido en tierra de labor o forestal, como compost o como acondicionador del suelo) o se incinera. Aunque la incineració n es má s costosa, y puede contribuir a los problemas de contaminació n del aire, puede ser ventajosa porque destruye o reduce materiales tó xicos (p. ej., organoclorados) que podrían crear serios problemas ambientales si se filtraran en las aguas subterrá neas como consecuencia de aplicaciones en la tierra.
En otras operaciones fabriles se pueden tambié n generar residuos só lidos. Las cenizas de las calderas de vapor se pueden utilizar como lecho en la construcció n de carreteras, como material de construcció n y para eliminar el polvo. Residuos de los hornos de cal se utilizan para modificar la acidez del suelo y para mejorar su composició n química.

miércoles, 27 de julio de 2011

Industria del papel Cuestiones sobre la contaminación del agua (III)

Una estrategia relativamente reciente para la eliminación completa de la contaminación del agua es la conocida como “fábrica cerrada”. Tales fábricas son una alternativa atractiva en localidades con falta de grandes fuentes de agua que actú en como suministradoras en el proceso o como caudal receptor de residuos. Se han aplicado con é xito sistemas cerrados en fábricas de pasta termomecano-química y al sulfito con base sódica. Lo que diferencia a las fá bricas cerradas es que el líquido residual se evapora y el condensado se trata, filtra, y entonces se reutiliza. Otras características son las salas de cribado cerradas, el lavado en contracorriente en la planta de blanqueo, y los sistemas de control salino. Aunque este avance es eficaz para reducir al mínimo la contaminación del agua, no está claro có mo las exposiciones de los trabajadores se verá n afectadas por la concentració n de todas las corrientes contaminantes dentro de la fá brica. La corrosió n, un aspecto fundamental a tener en cuenta en las fá bricas que usan sistemas cerrados, y las concen traciones de bacterias y de endotoxinas aumentan en los procesos de reciclaje del agua.

martes, 26 de julio de 2011

Riesgos para la seguridad

Los riesgos para la seguridad que se asocian con la producción de aves de corral y de huevos proceden de las cadenas, engranajes, cigüeñales, correas de transmisión y poleas desatendidos de los ventiladores, los equipos de alimentación y otros aparatos. Los arañazos, picotazos e incluso mordiscos producidos por los animales más grandes son también peligros. Un avestruz macho es especialmente protector de su nido durante la estación de apareamiento, y cuando se siente amenazado, intentará patear al intruso. El hecho de tener dedos largos con uñas afiladas añaden peligro a la potente coz del avestruz.
Los riesgos eléctricos creados por equipos mal situados o no resistentes a la corrosión, o por cables mal aislados en los corrales pueden dar lugar a electrocuciones, shocks eléctricos no mortales o incendios. El polvo de las aves arderá y los trabajadores cuentan historias sobre explosiones de polvo acumulado en calefacciones de gas al diseminarse el polvo durante las faenas de limpieza. Los investigadores del US Bureau of Mines han provocado explosiones de polvo agrícola. Tras diseminarlo en una cámara de prueba de 20 litros de capacidad y prenderlo, se determinó que la concentración explosiva mínima del polvo recogido en las partes más altas de la cabina de la calefacción y en los alféizares de las ventanas de los corrales es de 170 g/m3. No fue posible hacer explotar las muestras de basura avícola filtradas. Por el contrario, la concentración explosiva mínima del polvo de grano medido en las mismas condiciones de seguridad fue de 100 g/m3.

lunes, 25 de julio de 2011

Medidas de protección de la salud respiratoria (II)

Cuando las concentraciones de amoníaco son elevadas, existen filtros combinados para llevar puestos que filtran el amoníaco y las partículas. También puede resultar conveniente un respirador purificador de aire a motor con mascarilla que cubra toda la cara y filtros de alto rendimiento, que son más caros. Estos dispositivos tienen la ventaja de que aportan aire filtrado constantemente a la mascarilla, con lo que la resistencia a la respiración es menor. Hay asimismo purificadores de aire en casco para trabajadores con barba. En ciertas situaciones labo- rales puede ser apropiado utilizar mascarillas que no cubran toda la cara o que no lleven purificadores de aire. Pero sólo se recomienda bajar el nivel de protección (como el empleo de mascarillas de media cara desechables) cuando mediante medi- ciones ambientales y monitorización médica se demuestre que el empleo de mascarillas menos protectoras reducirá la exposición a niveles seguros. La repetida exposición de los ojos al polvo de las aves aumenta el riesgo de lesiones y enfermedades oculares. Las mascarillas que cubren toda la cara y los cascos tienen la ventaja de que protegen asimismo los ojos. Los trabajadores avícolas que decidan llevar mascarillas de media cara deben llevar también gafas protectoras.
Para que una mascarilla proteja a quien la lleva debe usarse junto con una programa completo de protección respiratoria. Sin embargo, aunque los avicultores sufren exposiciones por inhalación que podrían reducirse con el empleo de mascarillas, la mayor parte no están preparados para poner en práctica una programa de protección respiratoria por su cuenta. Esto ha de ser organizado mediante programas de protección regionales o locales, en los que pueden participar las granjas avícolas.
Los depósitos de estiércol deben considerarse como espacios confinados. Si es obligatorio entrar en un depósito debe anali- zarse su atmósfera, y deben estar ventilados si tienen oxígeno insuficiente o si contienen niveles tóxicos de gases o de vapores. Para poder entrar con tranquilidad hay que llevar mascarilla. Además, debe haber una persona de vigilancia que mantenga contacto visual o conversación con los trabajadores que estén en el interior de un depósito de estiércol.

domingo, 24 de julio de 2011

Medidas de protección de la salud respiratoria (I)

La mejor forma de proteger a un trabajador de la exposición a contaminantes aéreos es por medio de eficaces controles diseñados al efecto que capturan los posibles contaminantes allí donde se producen, antes de que puedan pasar al aire. En la mayor parte de los entornos industriales, es posible reducir los contaminantes del aire a niveles seguros en origen mediante la instalación de medidas de control adecuadas. Llevar mascari- llas es el método menos deseable para reducir la exposición de los trabajadores a los contaminantes del aire, y su empleo sólo se recomienda cuando no es posible realizar controles más sofisti- cados, o mientras se instalan o reparan estos. No obstante, en la actualidad, llevar una mascarilla es probablemente el método más factible para reducir la exposición de los trabajadores avícolas a los contaminantes del aire. El principal objetivo de los sistemas de ventilación general de los corrales no es reducir la exposición de los trabajadores avícolas. Se está investigando para crear sistemas de ventilación adecuados capaces de reducir la contaminación del aire.
No todas las mascarillas proporcionan el mismo nivel de protección, y el tipo elegido para un corral de confinamiento puede variar según la edad de las aves, la antigüedad y el estado de las camas, el tipo de bebedero y la posición de las cortinas laterales (abiertas o cerradas). Todos estos factores afectan a las concentraciones aéreas de polvo agrícola y de amoníaco. Los niveles de polvo en el aire son máximos durante las operaciones de atrapamiento de pollos, a veces hasta el punto de que no se alcanza a ver un extremo del corral desde el otro. Como protección mínima para los trabajadores avícolas se recomienda llevar mascarillas que cubran toda la cara con filtros de alto rendi- miento, dado el nivel de endotoxinas bacterianas medidas durante el atrapamiento.

sábado, 23 de julio de 2011

RIESGOS BIOLOGICOS ENTRE LOS TRABAJADORES FORESTALES

Las personas que trabajan al aire libre, sobre todo en la agricultura y el aprovechamiento forestal, están expuestas a peligros para la salud procedentes de animales, plantas, bacterias, virus, etcétera, en mayor medida que el resto de la población.

viernes, 22 de julio de 2011

Otros productos químicos utilizados en el trabajo forestal

Otros productos químicos utilizados en el trabajo forestal son los fertilizantes y los colorantes empleados para marcar los pies maderables. Estas marcas se realizan con un martillo marcador o con un bote pulverizador. Los colorantes contienen éteres de glicol, alcoholes y otros disolventes orgánicos, pero el nivel de exposición durante el trabajo es probablemente bajo. Los fertilizantes utilizados en la industria forestal son de baja toxicidad
y su uso raramente constituye un problema con respecto a la higiene laboral.

jueves, 21 de julio de 2011

Plaguicidas y herbicidas

Los plaguicidas se utilizan en bosques y en viveros silvícolas para controlar hongos, insectos y roedores. Las cantidades totales utilizadas son por lo común pequeñas en comparación con las empleadas en agricultura. En los bosques, los herbicidas se utilizan para controlar los arbustos de madera dura, la hierba y las malas hierbas en jóvenes rodales de brinzales de madera dulce. Para este fin se emplean herbicidas de fenóxidos, glifosatos o triazinas. Para necesidades ocasionales, también pueden utilizarse insecticidas, sobre todo compuestos organofosforados, compuestos organoclorados o piredroides sintéticos. En los viveros silvícolas se utilizan ditiocarbamatos regularmente para proteger los plantones de coníferas contra los hongos de los pinos. La Tabla 68.7 enumera algunos productos químicos utilizados en Europa y Norteamérica en el decenio de 1980. Muchos países han tomado medidas para encontrar alternativas a los plaguicidas o restringir su uso. La sección de esta Enciclopedia dedicada a los productos químicos contiene más detalles sobre la química, los síntomas químicos de intoxicación y su tratamiento.
Para aplicar los plaguicidas al objetivo previsto en bosques
y viveros silvícolas se utilizan muy diversas técnicas. Algunos métodos comunes son el rociado aéreo, la aplicación desde equipos tractoreados, rociado desde alforjas, rociado ULV y pulverizadores conectados a sierras trochadoras.
El riesgo de exposición es parecido al de otras aplicaciones de plaguicidas. Para evitar la exposición a los plaguicidas, los trabajadores forestales deben utilizar equipos protectores personales (EPP) (p. ej., gorras, monos, botas y guantes). Si se aplican plaguicidas tóxicos, también deberá utilizarse un aparato respiratorio durante las aplicaciones. Un EPP eficaz suele comportar la acumulación de calor y un sudor excesivo. Es conveniente programar las aplicaciones para las horas más frescas del día y cuando no haya demasiado viento. También es importante lavar todos los derrames inmediatamente con agua y evitar fumar y comer durante las operaciones de rociado.

Los síntomas provocados por una exposición excesiva a los plaguicidas varían mucho en función del compuesto aplicado, pero muy a menudo la exposición laboral a los plaguicidas provoca trastornos cutáneos (véase un comentario más detallado de los plaguicidas utilizados en la industria forestal en Europa y Norteamérica en FAO/CEPE/OIT 1991.)

miércoles, 20 de julio de 2011

ACEITES Y GRASAS

El término “aceites y grasas” se aplica en general a los triglicéridos de los ácidos grasos presentes en las semillas vegetales y los tejidos animales. Los aceites y las grasas constituyen uno de los tres tipos fundamentales de materias orgánicas consideradas como los elementos que componen los organismos vivos; los otros dos son las proteínas y los hidratos de carbono.
Más de 100 variedades de plantas y animales productores de aceite se aprovechan como fuentes para su obtención. Las fuentes vegetales más importantes son la aceituna, el coco, el cacahuete, la semilla de algodón, la soja, la colza, la semilla de mostaza, la semilla de lino, la palma, el sésamo, el girasol, el ricino, la semilla de cáñamo, la aleurita, el cacao, el mowrah, el maíz y el babassu.
Las principales fuentes animales son el ganado vacuno, porcino y ovino, las ballenas, el bacalao y el halibut.
Los aceites y grasas comestibles ofrecen una fuente concen- trada de energía alimentaria, transportan las vitaminas solubles en grasa y suministran los ácidos grasos esenciales, de vital importancia para el metabolismo. Constituyen la materia prima principal de jabones y detergentes, pinturas, lacas y barnices, lubricantes, y dispositivos de iluminación como velas. Asimismo, se utilizan en la fabricación de linóleo y tejidos aceitados, así como de fijadores y mordientes para el curtido de pieles, y se emplean como productos iniciales para síntesis químicas.

martes, 19 de julio de 2011

Riesgos y su prevención

En el proceso de elaboración de la remolacha azucarera no se producen gases tóxicos ni polvos en suspensión en el aire, ni debe trabajarse con ellos. Algunos componentes de las instalaciones productivas puede ser extremadamente ruidosos. En las áreas en que no pueden reducirse los niveles de ruido hasta alcanzar los valores umbral, es necesario suministrar protectores auditivos y formular un programa de conservación de la audición. No obstante, en general, las enfermedades profesionales son poco frecuentes en los centros de elaboración de la remolacha azucarera. Se debe en parte a que la duración de la temporada se limita a unos3o4 meses al año.

Como en la mayoría de las industrias alimentarias, las derma- titis de contacto y las alergias de la piel producidas por agentes empleados en la limpieza de cubas y otros equipos pueden constituir un problema que exige la utilización de guantes. Al acceder a las cubas para su limpieza o por otros motivos, deben observarse los procedimientos relativos a la actuación en espa- cios restringidos.
Deben tomarse precauciones al entrar en silos donde se alma- cene azúcar granulado, debido al riesgo de hundimiento, similar al planteado por los silos de cereales. (Para consultar recomendaciones más exhaustivas, véase el artículo “Cereales, elaboración de cereales y productos de consumo basados en cereales” en el presente capítulo.)
Las quemaduras producidas por los conductos de vapor y el agua caliente constituyen un motivo de preocupación. Un mantenimiento adecuado, la dotación de EPP y la formación de los trabajadores pueden ayudar a prevenir este tipo de lesión.
La mecanización y la automatización en la industria de la remolacha azucarera reduce al mínimo el riesgo de padecer tras- tornos ergonómicos.
La maquinaria debe someterse a controles regulares y a operaciones de mantenimiento rutinario y de reparación cuando sea necesaria. Deben instalarse protectores y mecanismos de seguridad. Los trabajadores deben disponer de acceso a equipos y dispositivos de protección. Asimismo, debe exigírseles la parti- cipación en la formación sobre seguridad.

lunes, 18 de julio de 2011

Condiciones de trabajo

En la industria de la remolacha azucarera, altamente mecanizada, ésta se transforma en azúcar durante la denominada
“temporada”. En este período, que dura de tres a cuatro meses, las fábricas funcionan de manera continua. El personal trabaja en turnos rotatorios durante las 24 horas del día. Puede incorporarse trabajadores temporales en los períodos de mayor actividad. Al finalizar la elaboración de la remolacha, se llevan a cabo las tareas de reparación, mantenimiento y actualización en las instalaciones.

domingo, 17 de julio de 2011

Aventado

El aventado es el proceso de separació n del grano de la gluma mediante soplado de aire, utilizando un ventilador manual o un ventilador a pedales o a motor. En los mé todos manuales (vé ase la Figura 64.22), se arroja al aire todo el contenido, y el grano y la gluma se separan debido al momento diferencial. Una aventa- dora mecá nica puede funcionar mediante pedales o manualmente, con un trabajo humano considerable.
Otras operaciones posteriores a la recolección son la limpieza y clasificació n de los granos, el desgranado, el descortezado, el descascarillado, el pelado, el corte, la extracció n de fibra, etc. En estas operaciones se utilizan distintos tipos de equipos manuales (p. ej. peladoras y cortadoras de patatas, descascarilladoras de cocos). El descortezado consiste en romper las cubiertas y sacar las semillas (p. ej. cacahuetes, semillas de ricino). Las descortezadoras de cacahuetes separan las pepitas de las vainas. El descortezado manual tiene un rendimiento muy bajo (aproximadamente 2 kg de vainas por persona-hora). Los trabajadores se quejan de la incomodidad de estar continuamente sentados o agachados. Las descortezadoras oscilantes o rotativas tienen un rendimiento de unos 40 a 60 kg de vainas por hora. El desgranado y descascarillado se refieren a la separacin de la cubierta o cá scara de la semilla de la parte interna del grano (p. ej. arroz, soja). Las descascarilladoras de arroz tradicionales son manuales (con mano o pie) y se utilizan habi- tualmente en el Asia rural. La fuerza má xima que se puede ejercer con la mano o el pie determina el tamañ o y otras carac- terísticas del dispositivo. Hoy en día, para el descascarillado se está fuertemente unida. En estos casos la eliminación de la cáscara se denomina descascarillado.
Para las diferentes herramientas manuales y los accesorios accionados a mano, el tamañ o de la empuñ adura y la fuerza ejercida con los mangos son aspectos importantes. En el caso de tijeras es importante la fuerza que se pueda aplicar con las dos manos. Aunque la mayor parte de las lesiones relacionadas con las herramientas manuales se clasifican como leves, sus consecuencias son a menudo dolorosas e incapacitantes debido al retraso en el tratamiento. Los cambios de diseñ o de las herramientas manuales deberá n limitarse a aquellas que pueden ser fabricadas con facilidad por los artesanos rurales. En equipos a motor se deben considerar aspectos de seguridad. Actualmente los zapatos y guantes de seguridad son demasiado caros e inadecuados para los agricultores de los tró picos.

sábado, 16 de julio de 2011

Trillado

Algunos mé todos manuales antiguos para trillar el grano de la Algunos mé todos manuales antiguos para trillar el grano de la cima del arroz son: frotamiento de las espigas con el pie, batido el cereal recogido sobre una tabla, pisado por animales, etc. El trillado está clasificado como una tarea moderadamente pesada (Nag y Dutt 1980). En el trillado manual mediante batido (vé ase la Figura 64.20) se separan aproximadamente de 1,6 a
1,8 kg de grano y de 1,8 a 2,1 kg de paja por minuto de plantas de arroz/trigo de tamañ o medio.
Las trilladoras mecá nicas realizan las operaciones de trillado y aventado simultá neamente. La trilladora a pedales (modo osci- lante o rotativo) aumenta el rendimiento de 2,3 a 2,6 kg de grano (arroz/trigo) y de 3,1 a 3,6 kg de paja por minuto. El trillado a pedales (vé ase la Figura 64.21) es una actividad má s extenuante que el trillado manual por batido. El pedaleo y suje- ció n de las plantas de arroz en el tambor rodante produce una elevada tensió n muscular. Las mejoras ergonó micas en la trilla- dora a pedales pueden permitir un patró n rítmico de trabajo de piernas en posturas alternas de pie o sentada y minimizan las tensiones posturales. El momento ó ptimo de la trilladora puede alcanzarse a aproximadamente 8 kg de peso del tambor rodante.
Las trilladoras a motor se está n introduciendo gradualmente en á reas de la revolució n verde. En esencia constan de un motor primario, una unidad de trillado, una unidad de avenlimpio. Las cosechadoras combinadas autopropulsadas son una combinación de una cosechadora y una unidad trilladora para cereales.
Se han comunicado accidentes mortales en el trillado de grano utilizando trilladoras a motor y cortadoras de pienso. La incidencia de las lesiones de moderadas a graves por trilladoras fue de 13,1 por cada cien trilladores (Mohan y Patel, 1992). El rotor puede herir las manos y los pies. La posición del canal de alimentació n puede provocar posturas incómodas cuando se introduce el cultivo en la trilladora. El accionamiento por correa de la trilladora es tambié n una causa frecuente de lesiones. Con las cortadoras de forraje, los opera- rios pueden herirse al introducir el pienso en las paletas en movimiento. Los niñ os pueden lesionarse al jugar con las má quinas.
A menudo los trabajadores se encuentran sobre plataformas inestables. En el caso de una sacudida o pé rdida de equilibrio, el peso del tronco empuja las manos hacia el tambor de la trilla- dora/cortadora de pienso. La trilladora debe estar diseñ ada de forma que el canal de alimentació n se encuentre a la altura del codo y los operarios esté n sobre una plataforma estable. El diseñ o de la cortadora de forraje debe mejorarse con vistas a una mayor seguridad de la forma siguiente (Mohan y
Patel, 1992):
• un cilindro de advertencia colocado en el canal antes de los cilindros de alimentació n
• una clavija de cierre para fijar el volante cuando no se utiliza la cortadora
En el caso de los cacahuetes, el trillado tradicional consiste en sostener las plantas con una mano y golpearlas contra una barra o reja. Para trillar el maíz se utilizan desgranadores de maíz tubulares. El trabajador sostiene el equipo en su palma e inserta y rota copos en el aparato para separar los granos de maíz de los copos. El rendimiento con este equipo es de aproximadamente 25 kg/hora. Las desgranadoras de maíz rotativas manuales tienen un rendimiento mayor, aproximadamente 50 a 120 kg/hora. La longitud del mango, la fuerza necesaria para importantes a tener en cuenta en las desgranadoras de maíz rotativas manuales.

viernes, 15 de julio de 2011

Recolección (II)

Las má quinas cosechadoras pueden ser segadoras, picadoras, empacadoras, etc. En la recolecció n de cultivos de campo se utilizan tambié n segadoras de cereales a motor o tiradas por animales. Las cosechadoras combinadas (autopropulsadas o accionadas por tractor) son ú tiles para el cultivo intensivo cuando la mano de obra es escasa.
La recolecció n de sorgo se realiza cortando la cabeza de la espiga y despué s la planta, o viceversa. El algodó n se recoge en 3 a 5 arrancamientos cuando la bola está madura. El arranque de patatas y de remolacha se realiza manualmente (vé ase la Figura 64.19) o con un rastrillo o arrancadora, tirados por animales o un tractor. En el caso de los cacahuetes, las cepas se arrancan manualmente o se eliminan con arrancadoras, y las vainas se separan.