jueves, 31 de marzo de 2011

Industrial del Papel Cuestiones sobre la contaminación del aire (II)

Se producen partículas principalmente en las operaciones de combustión, aunque los tanques de disolución del fundido también pueden ser una fuente menor. Más del 50 % de las partículas de una fá brica de pasta son muy finas (menos de 1 m de diá metro). Este fino material consta de sulfato sódico (Na2SO4) y carbonato só dico (Na2CO3) de los hornos de recuperación, hornos de cal y tanques de disolució n del fundido, y NaCl de la combustió n de subproductos de los troncos que han estado almacenados en agua salada. Las emisiones del horno de cal incluyen una cantidad significativa de partículas gruesas debido al arrastre de sales de calcio y a la sublimació n de compuestos de sodio. Las partículas gruesas pueden incluir cenizas en suspensió n y productos de la combustión de sustancias orgánicas, sobre todo de las calderas de vapor. La reducción de las concentraciones de partículas puede lograrse haciendo pasar un flujo de gases a travé s de precipitadores electrostá ticos o de lavadores de gases. Recientes innovaciones en la tecnología de las calderas de vapor incluyen un incinerador de lecho fluido que quema a muy alta temperatura, permitiendo una má s eficaz conversió n de la energía y la combustió n de la madera residual menos uniforme.

miércoles, 30 de marzo de 2011

Industrial del Papel Cuestiones sobre la contaminación del aire (I)

Las emisiones al aire de compuestos de azufre oxidado por las fá bricas de pasta y de papel han causado dañ os a la vegetació n, y las de compuestos de azufre reducido suscitan quejas por el olor a “huevos podridos”. Estudios entre habitantes de comunidades cercanas a estas fá bricas, en particular niñ os, han mostrado problemas respiratorios relacionados con emisiones concretas, e irritación de la mucosa y cefaleas, se cree que vinculados a los compuestos de azufre reducido. De los procesos de producción de pasta, los que potencialmente má s contaminació n pueden producir son los mé todos químicos, en particular los de producción de pasta kraft.
Las má ximas tasas de emisió n de ó xidos de azufre provienen de las operaciones al sulfito, especialmente las que emplean bases de calcio o de magnesio. Las mayores fuentes son los vapores de los digestores, evaporadores y la preparació n del licor; las operaciones de lavado, cribado y recuperación contribuyen en menor medida. Los hornos de recuperació n kraft tambié n son una fuente de dió xido de azufre, al igual que las calderas de vapor que utilizan como combustible carbó n con alto contenido de azufre o petró leo.
Los compuestos de azufre reducido, como el sulfuro de hidró - geno, el metil mercaptano, el dimetil sulfuro y el dimetil disul- furo, está n relacionados casi exclusivamente con la producció n de pasta kraft, y confieren a estas fá bricas su característico olor. Las fuentes principales son el horno de recuperación, los vapores del digestor, las vá lvulas de seguridad del digestor y los respiraderos de los lavaderos, aunque también contribuyen los evaporadores, tanques de fundido, apagadores de cal, el horno de cal y el agua residual. Algunas operaciones al sulfitoemplean ambientes reductores en sus hornos de recuperación y pueden generar problemas con el olor del azufre reducido.
La mejor manera de controlar los gases sulfurosos emitidos por la caldera de recuperación es reducir las emisiones en su origen. Los controles implican la oxidación del licor negro, la reducción del licor sulfuroso y el empleo de calderas de recuperación de bajo olor y de operaciones adecuadas del horno de recuperación. Los gases sulfurosos del vapor del digestor, de las vá lvulas de seguridad del digestor y de la evaporación del licor se pueden recoger e incinerar, por ejemplo, en el horno de cal. Los gases de combustió n del carburante se pueden recoger utilizando lavadores de gases.
Se producen ó xidos de nitró geno como consecuencia de la combustió n a altas temperaturas, y pueden producirse en cualquier fábrica con caldera de recuperación, caldera de vapor u horno de cal, dependiendo de las condiciones de la operació n. La formación de óxidos de nitró geno puede controlarse regu- lando la temperatura, la relació n aire/combustible y el tiempo de permanencia en la zona de combustió n. Otros compuestos gaseosos contribuyen menos a la contaminació n de la atmó sfera de la fá brica (p. ej., el monóxido de carbono de la combustió n incompleta, el cloroformo de las operaciones de blanqueo, y los compuestos orgá nicos volá tiles de la descompresió n del digestor y de la evaporación del licor).

martes, 29 de marzo de 2011

Riesgos para la salud

La salud y la seguridad de los avicultores, sus familiares (incluidos los niños) y otros trabajadores en explotaciones avícolas han mejorado al crecer la industria avícola. La cría de aves obliga al granjero a trabajar 7 días a la semana. En consecuencia, al contrario que la mayor parte de los trabajos, la exposición a los contaminantes se produce durante varios días consecutivos, siendo el periodo entre camadas (de sólo 2 días) el único en el que se libran de la exposición a los contaminantes del corral. El aire del corral puede contener agentes gaseosos como amoníaco de la basura, monóxido de carbono procedente de la calefacciones de gas mal ventiladas, y ácido sulfhídrico procedente del estiércol líquido. Además, el corral produce partículas de polvo orgánico o agrícola, que pasan al aire como aerosoles. La basura de los corrales contiene una selección de contaminantes como los excre- mentos de las aves, las plumas y la caspa; insectos (escarabajos y moscas), ácaros y partes de estos; microorganismos (virales, bacte- rianos y fúngicos); endotoxinas bacterianas; e histamina. El aire del corral puede tener mucho polvo, y para un visitante ocasional el olor del estiércol y del amoníaco puede llegar a ser insopor- table. Sin embargo, aparentemente los granjeros desarrollan una tolerancia a los olores.
Debido a la inhalación, los trabajadores avícolas que no lleven protección corren el riesgo de padecer enfermedades respirato- rias como rinitis alérgica, bronquitis, asma, neumonitis por hipersensibilidad o alveolitis alérgicas y síndrome tóxico por polvo orgánico. Los síntomas respiratorios agudos y crónicos que experimentan los trabajadores avícolas son tos, sibilancias, excesiva secreción de moco, disnea y dolor y sensación de opresión en el pecho. Las pruebas de función pulmonar realizadas a trabajadores avícolas han dado pruebas que sugieren no sólo el riesgo de padecer enfermedades obstructivas crónicas y asma, sino también enfermedades restrictivas como neumonitis crónicas por hipersensiblidad. Los síntomas no respiratorios más habituales son irritación ocular, náuseas, cefalea y fiebre. De las aproximadamente 40 zoonosis de importancia agrícola, seis
(infección por Mycobacterium avium, erisipeloide, listeriosis, infec- ción conjuntival de Newcastle, psitacosis y dermatofitosis) son importantes para los trabajadores avícolas, aunque sólo se producen raramente. Las enfermedades infecciosas no zoonó- sicas importantes son candidiasis, estafilococosis, salmonelosis, aspergilosis, histoplasmosis y criptococosis.
También hay cuestiones sanitarias que afectan a los trabaja- dores avícolas y que aún no han sido estudiadas o lo han sido poco. Por ejemplo, los granjeros avícolas y quienes se encargan de atrapar a los pollos padecen una afección cutánea a la que llaman galding. Esta afección tiene el aspecto de un exantema o de una dermatitis y afecta fundamentalmente a las manos, los antebrazos y la cara interna de los muslos de las personas. Tampoco se ha estudiado la ergonomía de los atrapadores. Para inclinarse para atrapar a varios miles de aves en cada turno de trabajo y transportar entre ocho y quince pollos de 1,8 a 2,3 de peso casa uno hace falta buena preparación física, pero se ignora cómo afecta esta tarea a la espalda y las extremidades superiores de los que la practican. También se ignora hasta qué grado afectan a la vida de los trabajadores avícolas y a la de sus familias los muchos factores psicosociales que se asocian con el trabajo de granja, pero muchos de ellos perciben que se produce un estrés problemático. Otro aspecto importante pero que no se ha estudiado es cómo afecta a los salud de los hijos de los traba- jadores el hecho de trabajar en corrales.

lunes, 28 de marzo de 2011

Captura, enjaulado y sacrificio de las aves de corral

La posibilidad de padecer lesiones de espalda y trastornos respiratorios es elevada para los operarios encargados de la captura de las aves de corral. Muchas empresas que se dedican a ello en Estados Unidos subcontratan la captura. Debido al carácter provisional de la relación de trabajo del personal dedicado a estas tareas, no hay datos sobre lesiones o pérdidas. Habitual- mente se selecciona al personal y se le transporta al criadero en camiones de la empresa. Los trabajadores reciben o han de adquirir mascarillas individuales de un solo uso y guantes de algodón desechables para protegerse las manos. Las empresas deben asegurarse de que la protección respiratoria es llevada adecuadamente y de que el personal ha recibido la formación y la evaluación médica correspondientes.
Cada trabajador debe agacharse y agarrar varias aves combativas una tras otra, y quizá tenga que ocuparse de varias a la vez. Los pollos se colocan en una bandeja o cajón de un módulo de varios pisos. El módulo aloja varias bandejas, que se cargan mediante una excavadora en un camión de la empresa. El operador de la excavadora puede ser el mismo conductor de este camión o el jefe de la peonada contratada. En cualquier caso, deben garantizarse la adecuada formación y el desarrollo adecuado del trabajo. La velocidad y la coordinación son esen- ciales para el personal atrapador.
En Estados Unidos se han experimentado nuevos métodos de atrapamiento y carga. Uno de ellos se basa en la utilización de un recolector guiado con brazos que barren hacia adentro, guiando a los pollos hacia un sistema de vacío. Los intentos de automatización para reducir el estrés físico y la posibilidad de exposición respiratoria distan de alcanzar el éxito. Sólo los grandes empresas dedicadas a la cría de aves de corral, que son más eficaces, pueden permitirse los capitales necesarios para adquirir y mantener tales equipos.
La temperatura corporal normal de un pollo es de 42,2 °C. En consecuencia, la tasa de mortalidad aumenta en invierno y en zonas en las que los veranos son cálidos y húmedos. Tanto en verano como en invierno, las aves deben ser transportadas cuanto antes al matadero. En verano, antes del sacrificio, los camiones con los módulos en los que van las aves deben ser apartados del sol y enfriados con grandes ventiladores. El resultado es que se levantan polvo, materia fecal seca y plumas de pollo.
En todas las fases del trabajo de un matadero, han de satisfacerse elevadas exigencias sanitarias. Esto significa que se deben fregar periódicamente y a menudo los suelos, y retirar las basuras, despojos y grasa. Las cintas sin fin y los equipos utili- zados deben estar accesibles, y también deben ser lavados y sometidos a medidas sanitarias. No se debe permitir que la condensación se acumule en los techos y en el equipo situado por encima de los pollos. Deben ser limpiados con fregonas de mango largo.
En la mayor parte de la zonas de producción del matadero, la exposición al ruido es elevada. Hay ventiladores radiales en el techo que no se vigilan y que hacen circular el aire. Debido a las medidas sanitarias, no es posible silenciar el equipo de ventila- ción rotatoria para reducir el ruido. Es necesario implantar un programa apropiado de conservación de la audición, y ponerlo en práctica convenientemente. Para documentar la exposición deben practicarse audiometrías iniciales y anuales, así como sonometrías periódicas. Los equipos industriales adquiridos deben tener el más bajo nivel de ruido posible cuando están en funcionamiento.
Hay que prestar particular atención a las necesidades de la formación y educación de los trabajadores. Estos deben entender todas las implicaciones de la exposición al ruido y cómo llevar correctamente las protecciones auditivas.

domingo, 27 de marzo de 2011

Corrales de confinamiento para aves de corral (II)

Cuando las aves alcanzan la edad de ser procesadas los sistemas de alimentación y de bebida se suben a 2,5 a 3 metros del suelo para que sea más cómodo para el personal encargado de tomar a las aves para transportarlas a una planta de proce- sado avícola. Esta recogida suele hacerse a mano. Cada trabajador debe agacharse o encorvarse para tomar varias aves de una vez y ponerlas en canastas, jaulas o banastas. Cada trabajador repetirá este proceso varios cientos de veces por turno de trabajo (véase la Figura 70.8). Para otros tipos de aves (p. ej., patos y pavos), los trabajadores conducen a los rebaños a una zona de recolección. El personal que separa a los pavos lleva palos con bolsas rojas atadas al extremo para separar a varios de ellos a la vez, y conducirlos a un depósito a la entrada del corral (véase la Figura 70.9).
Los corrales de confinamiento varían con respecto a esta descripción general dependiendo sobre todo del tipo de aves alojadas. Por ejemplo, en la producción comercial de huevos, tradicionalmente se guarda a las gallinas adultas o ponedoras en jaulas dispuestas en estantes paralelos. Los sistemas de enjaulado de gallinas serán prohibidos en Suecia en 1999, serán sustituidos por sistemas en los que las gallinas vaguen en libertad. (En la Figura 70.10 puede verse uno de estos sistemas). Otra diferencia entre los corrales de confinamiento es que algunos no tienen el suelo cubierto por un lecho, sino que son acanalados o de plástico con sistemas de recogida del estiércol o de los excrementos líquidos situados bajo ellos. En Europa occidental, los corrales de confinamiento suelen ser más pequeños que en Estados Unidos, y se hacen con bloques de cemento para limpiar mejor la basura. Además, en Europa occidental se descontaminan y se limpian de basura los corrales después de cada camada.

sábado, 26 de marzo de 2011

Corrales de confinamiento para aves de corral (I)

En los Estados Unidos, un confinamiento típico es un corral largo (60 a 150 m), estrecho (9 a 15 m) de una sola planta con el suelo cubierto por un lecho (a base de una capa de viruta de madera, turba de musgo o serrín). Los dos extremos de la instalación tienen grandes puertas, y a los dos lados corren cortinas hasta media pared, cubriendo toda la longitud de la estructura. Los sistemas de aporte de agua (llamados bebederos) y los sistemas automáticos de alimentación se sitúan cerca del suelo y ocupan toda la longitud del corral. También hay grandes ventiladores de 1,2 m de diámetro para que las aves estén cómodas. Una de las faenas cotidianas del avicultor consiste en mantener condiciones ambientales aceptables para las aves, garantizando el continuo flujo de alimento y agua, y recogiendo y eliminando los animales muertos.

viernes, 25 de marzo de 2011

Gases de escape

El principal componente de los gases de escape de las motosierras es gasolina sin quemar. Por lo común, alrededor de un 30 % de la gasolina consumida por el motor de una motosierra se emite sin quemar. Los principales componentes de las emisiones de escape son hidrocarburos, que son componentes típicos de la gasolina. Entre ellos suelen identificarse hidrocarburos aromáticos, en espe- cial el tolueno, pero se encuentra hasta benceno. Algunos de los gases de escape se forman durante la combustión y el principal producto tóxico de entre ellos es el monóxido de carbono. A consecuencia de la combustión también hay aldehídos, principalmente formaldehído, y óxidos de nitrógeno.

En Suecia se ha estudiado la exposición de los trabajadores a los gases de escape de las motosierras. Se evaluó la exposición del operario a los escapes de la motosierra en varias situaciones de saca. Las mediciones no revelaron diferencias en los niveles medios de exposición en operaciones de saca con o sin nieve. Con todo, la operación de apeo produce altos niveles de exposi- ción de corta duración, sobre todo si se realiza con una gruesa capa de nieve en el suelo. Se cree que ésta es la principal causa de la incomodidad experimentada por los leñadores. Los niveles medios de exposición de los leñadores que sólo realizaban operaciones de apeo eran el doble de altos que los de quienes también realizaban operaciones de desramaje, tronzado y arrastre manual de troncos. Estas últimas operaciones comportaban una exposición bastante menor. Los niveles medios típicos de exposición son los siguientes: hidrocarburos, 20 mg/m3; benceno, 0,6 mg/m3; formaldehído, 0,1 mg/m3; monóxido de carbono, 20 mg/m3.
Son valores muy inferiores a los límites de exposición profesional de 8 horas en los países industrializados. En cambio, los leñadores suelen quejarse de irritación de los ojos y de las vías respiratorias superiores, dolor de cabeza, náuseas y fatiga, lo cual puede explicarse al menos en parte por estos niveles de exposición.

jueves, 24 de marzo de 2011

RIESGOS QUIMICOS - Combustibles y aceites para máquinas portátiles

Las máquinas forestales portátiles, como las motosierras, las sierras trochadoras y las máquinas móviles, emiten gases de escape derivados de la gasolina utilizada en las operaciones de saca. La gasolina contiene principalmente hidrocarburos aromáticos (hasta un 5 % de benceno en algunos países) y alifá- ticos, aditivos y algunas impurezas. Durante la estación fría, la gasolina contiene hidrocarburos más ligeros y evaporables que durante la estación cálida. Los aditivos son compuestos de plomo orgánicos, alcoholes y éteres que se utilizan para aumentar el octanaje de la gasolina. En muchos casos, el plomo ha sido totalmente reemplazado por éteres y alcoholes.
Las máquinas portátiles utilizadas en la industria forestal son impulsadas por motores de dos tiempos, en los que se mezcla aceite lubricante con la gasolina. Los aceites lubricantes, así como los aceites para cadenas, son aceites minerales, sintéticos o vegetales. La exposición a la gasolina y a los aceites de lubricación puede producirse durante la mezcla de combustible y durante el repostaje, así como durante las operaciones de saca. Por supuesto, los combustibles también comportan un riesgo de incendio y tienen que ser almacenados y manipulados con cuidado.
Los aerosoles de aceite pueden crear riesgos para la salud, como la irritación de los ojos y de las vías respiratorias supe- riores, así como problemas cutáneos. Se realizó un estudio sobre la exposición de los leñadores a los aerosoles de aceite durante la saca manual. Se investigaron aceites minerales y vegetales. La exposición media de los trabajadores forestales a los aerosoles de aceite era de 0,3 mg/m3 en el caso del aceite mineral y aun menor en el caso del aceite vegetal.
La mecanización del trabajo forestal aumenta rápidamente. Las motores y los sistemas hidráulicos de las máquinas utilizadas en las operaciones de saca consumen grandes cantidades de gasóleo, lubricantes y aceites hidráulicos. Durante las actividades de mantenimiento y reparación, las manos de los operarios de las máquinas están expuestas a lubricantes, aceites hidráulicos y gasóleos, que pueden causar dermatitis irritantes. Los aceites minerales con hidrocarburos de cadena corta (C14–C21) son los más irritantes. Para evitar la irritación, es preciso proteger la piel del contacto con el aceite por medio de guantes protectores y una buena higiene personal.

miércoles, 23 de marzo de 2011

Carga de trabajo mental y estrés (II)

Es bastante normal que el operario sea también el propietario de la máquina y que trabaje en calidad de pequeño contratista, lo que añade tensión a la situación, como lo hace el alto riesgo económico que ello implica, pues suele traducirse en un prés- tamo de hasta 1 millón de dólares en el contexto de un mercado muy volátil y competitivo. Las semanas laborales suelen ser de más de 60 horas en este grupo. Los estudios realizados con estos contratistas demuestran que la capacidad de soportar el estrés es un factor importante (Lidén 1995). En uno de los estudios reali- zados por Lidén en Suecia, hasta el 54 % de los contratistas mecanizados estaban pensando dejar el trabajo: primero, porque interfería en exceso en su vida familiar; segundo, por razones de salud; tercero, porque suponía demasiado trabajo; y, cuarto, porque no era rentable. Los investigadores y los propios contratistas consideran la flexibilidad ante el estrés un requisito esencial para que éstos puedan mantenerse en el negocio sin desarrollar graves problemas de salud.
Si el proceso de selección funciona, el grupo puede presentar pocos problemas de salud mental (Kanninen 1986). Sin embargo, en muchas situaciones —y no sólo en los países escan- dinavos— la falta de alternativas obliga a los contratistas a permanecer en este sector, donde están expuestos a mayores riesgos para su salud y seguridad que las personas cuyo perfil personal se corresponde más con el que requiere el trabajo. Con buenas cabinas y mejoras adicionales de diseño, sobre todo de los mandos, y adoptando medidas como tomarse breves descansos regulares y realizar ejercicios físicos, es posible reducir los problemas citados en cierto grado. La teoría de los modelos internos podría utilizarse para mejorar la formación y mejorar la disposición y capacidad del operario-contratista para afrontar las cada vez mayores exigencias del manejo de la máquina. Ello contribuiría a reducir el nivel de “estrés de fondo”. Probablemente lo más difícil sea poner en práctica nuevas formas de organización del trabajo en equipo que comporten diversidad de tareas y rotación del trabajo, pero también es posible que sea la estrategia más eficaz.

martes, 22 de marzo de 2011

Carga de trabajo mental y estrés (I)

El estrés puede definirse como la presión psicológica sobre un individuo creada por la percepción de una inadaptación entre la capacidad de dicho individuo y las exigencias que percibe en el trabajo. Entre los factores estresantes normales en la industria forestal cabe citar el trabajo a gran velocidad; el trabajo repetitivo y aburrido; el calor; la falta o el exceso de trabajo en plantillas descompensadas; trabajadores jóvenes o viejos que intentan obtener suficientes ingresos con bajos precios de remuneración a destajo; el aislamiento de los compañeros de trabajo, la familia y los amigos; y la falta de intimidad en los campamentos. También cabe citar un bajo estatus social general de los trabajadores fores- tales y los conflictos entre estos y la población local o los grupos ecologistas. Mirándolo bien, la transformación del trabajo forestal que aumentó drásticamente la productividad también aumentó los niveles de estrés y redujo el bienestar general en el trabajo forestal (véase la Figura 68.16).
Dos tipos de trabajadores son propensos en especial al estrés: los operarios de cosechadoras y los contratistas. El operario de una sofisticada cosechadora está en una situación de estrés múltiple, debido a los cortos ciclos de trabajo, a la cantidad de información que tiene que absorber y al gran número de deci- siones rápidas que debe tomar. Las cosechadoras son bastante más exigentes que las máquinas más tradicionales, como los arrastradores, las cargadoras y los recogedores. Además de manejar la máquina, el operario suele ser también responsable de su mantenimiento, de la planificación y del diseño de la pista de arrastre, así como del tronzado, de la cubicación y de otros aspectos de calidad que controla de cerca la empresa y que tienen una repercusión directa sobre la remuneración. Un ejemplo claro son los clareos, ya que el operario trabaja normal- mente solo y toma decisiones que son irreversibles. En un estudio de clareos con cosechadoras, Gellerstedt (1993) analizó la carga mental y llegó a la conclusión de que la capacidad mental del operario es el factor limitador de la productividad. Los operarios que no podían afrontar dicha carga eran incapaces de realizar suficientes micropausas durante los ciclos de trabajo y, como consecuencia, desarrollaban problemas en cuello y hombros. La percepción de cuál es la más compleja de estas tareas y decisiones varía considerablemente, en función de factores como los antecedentes, la experiencia laboral previa y la formación (Juntunen 1993, 1995).


lunes, 21 de marzo de 2011

INDUSTRIA DE LA REMOLACHA AZUCARERA

Elaboración
El proceso de fabricación del azúcar de remolacha comprende numerosos pasos, que se han perfeccionado de forma continua a lo largo de más de un siglo de historia de esta industria. Las instalaciones productivas se han modernizado y se ha adoptado la tecnología y las medidas de seguridad actuales. Los trabajadores están capacitados para utilizar equipos modernos y sofisticados.
El contenido de azúcar de las remolachas oscila entre un 15 y un 18 %. Inicialmente, se limpian en un lavadero. Después, se cortan en las rebanadoras y las piezas obtenidas se transportan, pasando por una cuba de escaldar, a un difusor, donde la mayor parte del azúcar contenido en las remolachas se extrae en agua caliente. Las rebanadas desazucaradas, denominadas “pulpas”, se prensan de forma mecánica y se secan, principalmente mediante calor. Contienen numerosos nutrientes y se utilizan en la alimentación animal.
El jugo en bruto obtenido en el difusor, además de azúcar, contiene impurezas que se precipitan (mediante la adición de cal y dióxido de carbono) y se filtran. De este modo el jugo se diluye, y presenta un contenido de azúcar del 12 al 14 %. Este jugo claro se concentra en evaporadores hasta obtener de un 65
a un 70 % de sustancia seca. El jugo espeso resultante se calienta en un recipiente al vacío a una temperatura de unos 70 °C, hasta que se forman cristales. Esta masa cocida se descarga en los mezcladores y se separa el líquido que rodea a los cristales. El jarabe separado de este modo sigue conteniendo azúcar que puede cristalizar. El proceso de desazucarado continúa hasta que deja de resultar económico. El jarabe extraído tras la última cristalización se denomina melaza.
Después del secado y el enfriamiento, el azúcar se almacena en silos, donde puede conservarse indefinidamente si se acondiciona el aire de forma adecuada y se controla la humedad.
La melaza contiene en torno al 60 % de azúcar y, junto con las impurezas carentes de azúcar, constituye un alimento valioso para el ganado y un medio idóneo para el cultivo de numerosos microorganismos. Parte de la melaza se añade a las pulpas de las que se ha extraído el azúcar antes de que se sequen y se emplea como alimento animal. La melaza se utiliza asimismo en la producción de levadura y alcohol.
Con la ayuda de otros microorganismos, pueden fabricarse otros productos como el ácido láctico, una materia prima importante para las industrias alimentarias y farmacéutica, o el ácido cítrico, requerido en el sector alimentario en grandes cantidades. Además, la melaza se aplica en la producción de antibióticos como la penicilina y la estreptomicina, así como del glutamato sódico.

domingo, 20 de marzo de 2011

Panaderia Riesgos para la salud

Los trabajadores de las panadería suelen utilizar ropas ligeras y sudar con profusión; se ven expuestos a corriente y a variaciones acusadas de la temperatura ambiente al pasar, por ejemplo, de la tarea de carga del horno al trabajo de refrigeración. El polvo de harina en suspensión en el aire puede causar rinitis, dolencias de garganta, asma bronquial (“asma del panadero”) y enfermedades oculares, mientras que el polvo de azúcar puede provocar caries dental. El polvo de vegetales en suspensión en el aire debe controlarse mediante una ventilación adecuada. La dermatitis alérgica puede darse en personas con una predisposición especial. Los riesgos para la salud mencionados y la elevada incidencia de tuberculosis pulmonar entre los trabajadores de panadería ponen de relieve la necesidad de una supervisión médica y de la realización de exploraciones periódicas y frecuentes; además, una higiene personal estricta es esencial en interés de los trabajadores y de la población en general.

sábado, 19 de marzo de 2011

Panaderia Accidentes

La utilización generalizada de cuchillos y agujas en las panaderías artesanales conlleva un riesgo de cortes y heridas por punción y de posterior infección; los objetos pesados y romos como pesas y bandejas pueden causar lesiones por aplastamiento si caen sobre los pies de los trabajadores.
Los hornos generan varios riesgos. Dependiendo del combustible utilizado, se corre el peligro de incendio y explosión. El retorno de la llama, el vapor, las cenizas, los productos horneados o los equipos no aislados pueden provocar quema- duras y escaldaduras. Los equipos de lucha contra incendios mal ajustados o que carecen de la potencia suficiente, así como las chimeneas defectuosas, pueden dar lugar a la acumulación de vapores o gases de combustible no consumido, o de productos de la combustión, como el monóxido de carbono, que pueden causar intoxicación o asfixia. Los equipos y las instalaciones eléctricas deficientes, sobre todo portátiles, pueden generar descargas eléctricas. El serrado y el corte de madera para los hornos alimentados por leña puede provocar cortes y abrasiones.
La harina se entrega en sacos con un peso de hasta 100 kg y, con frecuencia, éstos deben ser izados y transportados por trabajadores a lo largo de pasillos tortuosos (escaleras y cuestas empinadas) a las salas de almacenamiento. Existe el peligro de caída durante el transporte de cargas pesadas y estas arduas operaciones de manipulación pueden provocar dolores de espalda y lesiones de los discos intervertebrales. Los riesgos pueden evitarse mediante: la disposición de vías de acceso a las instalaciones adecuadas; la estipulación de un peso máximo de los sacos de harina, la utilización de equipos de manipulación mecánica de un tipo apropiado para su empleo en pequeñas empresas y a un precio asequible para la mayoría de los trabajadores artesanos; y la generalización en el uso del transporte de harina a granel que, sin embargo, sólo es conveniente cuando la facturación del productor es de una magnitud suficiente.
El polvo de harina constituye otro factor de riesgo de incendio y explosión, y deben tomarse las precauciones pertinentes al respecto, incluida la dotación de sistemas supresores de explo- siones e incendios.
En las panaderías mecanizadas, la masa en un estado activo de fermentación puede emitir cantidades peligrosas de dióxido de carbono; por tanto, debe garantizarse una ventila- ción exhaustiva en espacios restringidos siempre que exista la probabilidad de acumulación de gas (canales de evacuación de la masa, etc.) Los trabajadores deben recibir formación sobre los procedimientos convenientes en espacios limitados.
En la fabricación de pan se utiliza una amplia gama de máquinas, sobre todo en las panaderías industriales. La mecani- zación puede tener como consecuencia el acaecimiento de acci- dentes graves. La moderna maquinaria de panadería suele venir equipada con dispositivos de protección incorporados cuya correcta operación depende a menudo del funcionamiento de interruptores eléctricos de seguridad y de bloqueos positivos. Los dispositivos y conductos de alimentación presentan riesgos espe- ciales que pueden eliminarse mediante la ampliación de la longitud de las aperturas de alimentación por encima de la longitud del brazo, con el fin de evitar que el trabajador pueda alcanzar los componentes móviles; en ocasiones, se utilizan puertas dobles de bisagra o aletas giratorias como dispositivos de alimentación para el mismo fin. Los salientes de las amasadoras pueden protegerse mediante mecanismos de defensa fijos o automáticos. Pueden utilizarse diversos protectores (cubiertas, enrejados, etc.) en las mezcladoras de la masa para prevenir el acceso a la zona, permitiendo simultáneamente la introducción de material adicional y la limpieza de la cubeta. Cada vez se utilizan más máquinas diseñadas para cortar el pan en rebanadas y envolver los productos, que constan de hojas de sierra alternativa o cuchillas rotatorias. Todos los componentes móviles deben aislarse completamente y debe disponerse de cubiertas de bloqueo cuando sea necesario el acceso. Debe formularse un programa de procedimientos de bloqueo y de carteles de advertencia respecto al mantenimiento y la reparación de la maquinaria.

viernes, 18 de marzo de 2011

Panaderia Instalaciones

Las instalaciones suelen ser anticuadas, se encuentran en mal estado y plantean problemas de salud y seguridad considerables. La situación es especialmente grave en los locales alquilados, cuando ni el arrendatario ni el arrendador pueden permitirse el coste de la renovación. Las superficies del suelo pueden estar resbaladizas cuando están húmedas, aunque son razonablemente seguras en estado seco. Deben emplearse superficies antideslizantes siempre que sea posible. La higiene general se resiente debido a las deficiencias de los servicios sanitarios, el aumento de los riesgos de intoxicación, explosión e incendio y la dificultad de modernizar los equipos pesados de las fábricas de pan debido a las condiciones de arrendamiento. Las instalaciones de tamaño reducido no pueden dividirse adecuadamente; en consecuencia, los pasillos y las vías de paso se bloquean o se cubren de desechos, la disposición espacial de los equipos es inadecuada, la manipulación resulta difícil y el peligro de resbalones y caídas, choques con la maquinaria, quemaduras y lesiones debidas al agotamiento aumenta. Cuando las instalaciones se sitúan en dos o más pisos, existe el peligro de caída desde altura. Las ubicadas en sótanos suelen carecer de salidas de emergencia, tienen escaleras de acceso estrechas, en espiral o demasiado empinadas y están equi-adas con una iluminación artificial deficiente. Su ventilación suele ser inadecuada y, en consecuencia, los niveles de temperatura y humedad son excesivos; la utilización de simples ventiladores de techo a la altura de la calle contribuye a la contaminación de la atmósfera de la panadería por el polvo del exterior y los gases de escape de los vehículos.

jueves, 17 de marzo de 2011

Recolección

En los cultivos de arroz y de cereal, la recolección requiere del 8 al 10 % de las personas-hora utilizadas en la producción del cultivo. A pesar de la rápida mecanización en este ámbito, en los pró ximos años continuará la gran dependencia de los mé todos manuales (vé ase la Figura 64.18). En la recolección manual se utilizan herramientas manuales (hoz, guadañ a, etc.). La guadañ a se utiliza habitualmente en muchas partes del mundo debido a que cubre un á rea amplia. No obstante, requiere más energía que la hoz.
La popularidad de la hoz se debe a la simplicidad de su construcció n y manejo. Se trata de una hoja curva, con filo liso o dentado, unido a un mango de madera. El diseñ o varía de una regió n a otra, de forma que la carga cardiorrespiratoria es diferente segú n el tipo hoz. El rendimiento varía de 110 a 165 m2/hora, valores que corresponden a 90 y
60 personas-hora por hectá rea de tierra. Las posturas incómodas durante este trabajo pueden provocar complicaciones clínicas a largo plazo relacionadas con la espalda y las articulaciones de las extremidades. La recolecció n en posició n incli- nada tiene la ventaja de la movilidad tanto en regadío como en terreno de secano, y es aproximadamente un 16 % má s rá pida que en posició n agachada; no obstante, Los accidentes, laceraciones y heridas incisas durante la recolección son comunes en arrozales, trigales y campos de cañ a de azú car. Las herramientas manuales está n diseñ adas principalmente para personas diestras, pero a menudo son utili- zadas por personas zurdas, que no son conscientes de las posi- bles repercusiones sobre su seguridad. Los factores importantes del diseñ o de una hoz son la geometría de la hoja, su dentado, la forma y el tamañ o del mango. Sobre la base de un estudio ergonómico, las dimensiones sugeridas para el diseñ o de una hoz son: peso, 200 g; longitud total, 33 cm; longitud del mango, 11 cm; diá metro del mango, 3 cm; radio de la curvatura de la hoja, 15 cm; concavidad de la hoja, 5 cm. Para una hoz dentada: paso dental, 0,2 cm; á ngulo dental, 60, y relación de la longitud de la superficie cortante con la longitud de la cuerda, 1,2. Debido a que los trabajadores realizan estas actividades en condiciones climá ticas extremas, los aspectos de salud y seguridad son muy importantes en los cultivos tropicales. Durante las largas horas de trabajo se acumula una gran carga respiratoria. Las condiciones climá ticas extremas y las alteraciones por calor añ aden tensió n y disminuyen la capacidad de trabajo.

miércoles, 16 de marzo de 2011

Escarda y labores de entretenimiento

Las plantas y malezas indeseables provocan pé rdidas al disminuir los rendimientos y la calidad de las cosechas, albergando plagas vegetales y aumentando el coste del regadío. La reducción del rendimiento varía del 10 al 60 % en funció n del crecimiento y del tipo de malezas. En la eliminación de malezas durante la estación de cultivo se gasta aproximadamente un 15 % del trabajo humano. Una gran parte de la mano de obra dedicada a la escarda está formada por mujeres. En una situació n típica, un trabajador emplea cerca de 190 a 220 horas escardando una hectá rea de tierra con la azada. Tambié n se utilizan layas para la escarda y las labores de entretenimiento.
De los distintos mé todos (mecá nicos, químicos, biológicos, de cultivo), la escarda mecá nica, bien arrancando la maleza a mano o con herramientas manuales como la azada y desherbadores sencillos, es ú til tanto en tierras de regadío como de secano (Nag y Dutt 1979; Gite y Yadav 1990). En terrenos de secano, los trabajadores se agachan sobre el suelo con una o las dos piernas flexionadas por la rodilla y eliminan la maleza con una hoz o una azadilla. En tierras de regadío, adoptan una postura inclinada e inmó vil para retirar las malezas manualmente o con la ayuda de desherbadoras.
La demanda fisioló gica para el uso de desherbadoras (por ejemplo, pala y rastrillo, dedo de proyección, desherbadoras de doble barrido) es relativamente mayor que en la escarda manual. No obstante, la eficacia del trabajo en términos de área cubierta es significativamente mayor. La demanda de energía en los trabajos de escarda manual supone só lo un 27 % de la capacidad de trabajo de una persona, mientras que con las distintas desherbadoras la demanda de energía llega hasta el 56 %. No obstante, el esfuerzo es relativamente menor en el caso de desherbadoras de rueda de tipo azada, con las que son necesarias unas 110 a 140 personas-hora para cubrir una hectá rea. Una desherbadora de este tipo consta de una o dos ruedas, una pala, un bastidor y un mango. Se requiere una fuerza (empuje/tracció n) de aproximadamente 5 a 20 kilogramos de fuerza (1 kgf = 9,81 Newtons), con una frecuencia de aproximadamente 20 a 40 golpes por minuto. No obstante, es necesario normalizar las especificaciones té cnicas de las desherbadoras de rueda de tipo azada para un mejor funcionamiento.

martes, 15 de marzo de 2011

Las bombas de vaivén

Las bombas de vaivén (bombas manuales de tipo pistó n-cilindro) se manejan bien manualmente en modo de vaivé n o mediante pedales en modo rotativo.

lunes, 14 de marzo de 2011

El elevador hidráulico compensado

El elevador hidrá ulico compensado consta de un recipiente unido al extremo de un elevador horizontal apoyado sobre un poste vertical. El trabajador ejerce fuerza sobre el contrapeso para hacer funcionar el dispositivo.

jueves, 3 de marzo de 2011

Importancia económica de este sector

La industria de aparatos y equipos elé ctricos beneficia a unos países má s que otros: es importante desde el punto de vista econó mico para los países donde se obtienen las materias primas y para aquellos en los que se montan y/o fabrican los productos finales. Estas dos operaciones tienen lugar en países muy diferentes.
Las materias primas no son infinitas. Los equipos desechados deben reutilizarse siempre que sea posible. Ahora bien, los costes que ocasiona la recuperació n de la piezas reutilizables de los equipos desechados pueden resultar prohibitivos.

miércoles, 2 de marzo de 2011

Características de los trabajadores

La cualificació n y los conocimientos prá cticos que poseen quienes trabajan en este sector en la actualidad son diferentes de los que poseían los trabajadores hace añ os. Los equipos utilizados en la producció n y fabricació n de baterías, pilas, cables, lá mparas y aparatos electrodomé sticos está n muy automatizados.
En muchos casos, pues, estos trabajadores requieren formación especializada para poder realizar su labor. El trabajo en equipo es un factor importante en este sector, ya que muchas operaciones responden a un sistema de producción en cadena, donde el trabajo de cada persona depende del trabajo de las demás.
Cada vez son má s los procesos de fabricació n de aparatos consiguiente, es necesario que el trabajador esté familiarizado con las té cnicas informá ticas, lo cual tal vez no plantee problema alguno a los má s jóvenes, pero es posible que los de má s edad no hayan trabajado nunca con ordenadores y requieran un reciclaje.

martes, 1 de marzo de 2011

Evolución de la industria

El innovador descubrimiento de la inducció n electromagné tica contribuyó al desarrollo de la vasta industria elé ctrica actual. El descubrimiento del efecto electroquímico dio lugar al desarrollo de las baterías como fuentes portá tiles de alimentació n de equipos elé ctricos utilizando sistemas de corriente continua. Cuando se inventaron aparatos que recibían la alimentación eléctrica de una red, se hizo necesario un sistema de transmisió n y distribució n de electricidad, lo que dio lugar a la introducció n de los conductores elé ctricos flexibles (cables).
Las primeras formas de iluminació n artificial (es decir, la iluminació n de gas y de arco con electrodos de carbono) fueron sustituidas por la lá mpara de filamento (en la lá mpara exhibida en Inglaterra por Joseph Swan en enero de 1879, el filamento era de carbono). La lá mpara de filamento había de disfrutar de un monopolio sin precedentes en aplicaciones domé sticas, comerciales e industriales hasta el estallido de la Segunda Guerra Mundial, momento en el que se introdujo la lá mpara fluorescente. Con posterioridad se han desarrollado otras formas de iluminación por descarga (basadas todas ellas en el paso de una corriente elé ctrica a travé s de un gas o un vapor), con muy diversas aplicaciones comerciales e industriales.
El abanico de aparatos elé ctricos que se desarrollan en muchos campos (p. ej., en aplicaciones audiovisuales, de calefacción, cocina y refrigeració n) aumenta de manera constante. Basta citar como ejemplo la introducció n de la televisió n por saté lite y el horno de microondas.
Aunque la disponibilidad y accesibilidad de las materias primas ha tenido un efecto importante en la evolució n de las industrias, la ubicació n de é stas no ha estado necesariamente determinada por la situació n de aqué llas. Las materias primas suelen ser transformadas por terceros antes de su utilizació n en el montaje de aparatos y equipos elé ctricos.