lunes, 30 de marzo de 2009

PESQUERIAS COMERCIALES: MEDIO • AMBIENTE Y SANIDAD PUBLICA

Capturas accesorias y descartes
La captura de especies no deseadas —denominada captura accesoria (o en algunos casos mortandad accesoria)—constituye uno de los principales impactos medioambientales de la industria pesquera marina mundial. Las capturas accesorias, la mayoría de las cuales se “descarta” y arroja de vuelta al mar, incluyen:
• especies comercializables que son demasiado pequeñ as o cuyo desembarque esta prohibido;
• especies no comercializables;
• especies comerciales que no corresponden a la especie específica de la pesquería,
• especies no relacionadas con la pesquería, como aves, tortugas
y mamíferos marinos.


En un importante estudio realizado por la FAO (Alverson y cols. 1994) se estima, de forma provisional y conservadora, que cada añ o las operaciones de pesca comercial ocasionan la captura y descarte de 27 millones de toneladas de pescado y vida invertebrada (es decir, excluidos mamíferos, aves y tortugas marinos) - muchos de ellos muertos o a punto de morir. Esto equivale a má s de una tercera parte del peso de todos los desembarques notificados de las pesquerías comerciales de todo el mundo, calculados en unos 77 millones de toneladas.
Aparte de las cuestiones é ticas relacionadas con este derroche existe una gran preocupació n pú blica por las repercusiones medioambientales de la mortalidad causada por el descarte, como una posible pé rdida de la biodiversidad y la reducció n de las poblaciones de peces. Es posible que hasta 200.000 mamíferos marinos mueran anualmente en los aparejos de pesca (Alverson y cols. 1994). La pesca con red de enmalle representa probablemente la más grave amenaza para muchas poblaciones de marsopas; al menos una especie (la yaquita del Golfo de California) y varias poblaciones de marsopas costeras está n a punto de extinguirse por este tipo de pesca. La captura no intencional
y la mortalidad de las tortugas marinas, en particular la provocada por los camaroneros y algunos palangreros, constituye un importante factor que pone continuamente en peligro diversas poblaciones en todos los océanos del mundo (Dayton y cols. 1995). Tambié n un gran nú mero de aves marinas mueren en algunas pesquerías; los palangreros matan anualmente decenas de miles de albatros y están considerados la mayor amenaza para la supervivencia de muchas especies y poblaciones de albatros (Gales 1993).
La cuestión de las capturas accesorias es un factor importante en la negativa opinión que tiene el pú blico de la pesca comercial marina. Para remediarlo, se han realizado amplias investigaciones en los últimos años con el fin de mejorar la selectividad de las artes y mé todos de pesca. De hecho, la FAO (1995) estima que podría lograrse una reducción del 60 % de los descartes para el añ o 2000 si los gobiernos y la industria realizaran un esfuerzo concertado.

domingo, 29 de marzo de 2009

AFECCIONES MUSCULOSQUELETICAS: • PESCA Y PROCESAMIENTO DE PESCADO

El té rmino afecciones musculosqueléticas se utiliza para una serie de síntomas y enfermedades de los mú sculos, tendones y/o articulaciones. A menudo, esas afecciones pueden no ser específicas y tener una duración variable. Los principales factores de riesgo de las afecciones musculosquelé ticas relacionadas con el trabajo son el levantamiento de grandes pesos, posturas forzadas al trabajar, tareas repetitivas, estrés psicológico y una organización inadecuada del trabajo (véase la Figura 66.9).
En 1985, la Organizació n Mundial de la Salud (OMS 1994) realizó la siguiente declaració n: “Las enfermedades relacionadas con el trabajo son de cará cter multifactorial cuando el entorno de trabajo y la realizació n del mismo contribuyen a ellas de forma significativa, pero como uno de los varios factores que causan la enfermedad” (OMS 1985). Sin embargo, no existen criterios aceptados internacionalmente sobre las causas de las afecciones musculosquelé ticas relacionadas con el trabajo. Aparecen tanto en los países en desarrollo como en los desarrollados. No han desaparecido a pesar del desarrollo de nuevas tecnologías que permiten que má quinas y ordenadores se hagan cargo de lo que anteriormente era trabajo manual
(Kolare 1993).
El trabajo a bordo de buques es exigente tanto física como mentalmente. La mayoría de los factores de riesgo bien cono- cidos de las afecciones musculosquelé ticas suelen darse en la situació n y organizació n del trabajo de los pescadores.
Por tradición, la mayoría de los trabajadores de la pesca han sido hombres. Los estudios suecos sobre pescadores muestran que son frecuentes los síntomas del sistema musculosquelé tico y que siguen un patrón lógico dependiendo del tipo de tareas que se realicen a bordo. Un 74 % de los pescadores habían experimentado síntomas del sistema musculosquelético durante los 12 meses anteriores. Un importante nú mero de pescadores consideraban que el movimiento del buque representaba una gran tensión, no só lo para el sistema musculosquelé tico, sino para el individuo en su conjunto. (Tö rner y cols. 1988).
No se han publicado muchos estudios sobre las afecciones musculosquelé ticas entre los trabajadores del procesamiento de pescado. Hay una larga tradició n de predominio femenino en el corte y recorte de filetes en la industria de procesamiento de pescado. Los resultados de estudios islandeses, suecos y taiwa- neses demuestran que las trabajadoras de la industria de proce- samiento de pescado presentaban un mayor nú mero de síntomas en el cuello o los hombros que las mujeres con trabajos má s variados (Ó lafsdó ttir y Rafnsson 1997; Ohlsson y cols. 1994; Chiang y cols. 1993). Se considera que estos síntomas tienen una relació n causal con la realizació n de tareas altamente repetitivas en un ciclo inferior a 30 segundos. El desempeñ o de tareas muy repetitivas sin posibilidad de rotar entre diferentes puestos repre- senta un factor de alto riesgo. Chiang y sus colaboradores (1993) estudiaron a los trabajadores de la industria de procesamiento de pescado (hombres y mujeres) y descubrieron un predominio de síntomas en las extremidades superiores entre las personas cuyo trabajo requería una gran repetició n o movimientos violentos en comparació n con trabajadores de las mismas fá bricas que desempeñ aban tareas de poca repetición y movimientos con poca fuerza.
Como se ha dicho, las afecciones musculosquelé ticas no han desaparecido a pesar del desarrollo de nuevas tecnologías. La línea de flujo es un ejemplo de nueva té cnica introducida en la grandes buques-fábrica. Consiste en un sistema de cintas transportadoras que transportan el pescado a travé s de maquinas descabezadoras y fileteadoras hasta los trabajadores que cogen cada filete y lo recortan con un cuchillo. Otras cintas transportan el pescado a la estació n de embalaje, despué s de lo cual se congela el pescado. La línea de flujo ha modificado el predo- minio de los síntomas musculosquelé ticos entre las trabajadoras de las plantas de producció n de filetes de pescado. Desde la introducció n de la línea de flujo, han aumentado los síntomas en las extremidades superiores al tiempo que disminuían los rela- tivos a las extremidades inferiores (Ó lafsdó ttir y Rafnsson 1997). Para desarrollar una estrategia de prevención es muy importante comprender las causas, mecanismos, prognosis y prevención de las afecciones musculosquelé ticas (Kolare y cols. 1993). Estas afecciones no pueden prevenirse ú nicamente con la intro- ducció n de nuevas tecnologías. Hay que tomar en consideració n todo el entorno de trabajo, incluida la organización del mismo.


sábado, 28 de marzo de 2009

Cáncer de estómago

Numerosos estudios han descubierto un alto riesgo de cáncer de estómago entre los pescadores. Los estudios suecos consideran que el riesgo de cá ncer de estó mago se debe a un elevado consumo de pez graso contaminado con compuestos de organoclorina (Svenson y cols. 1995). Actualmente, se desconoce el papel que desempeñ an los factores dieté ticos, profesionales y de estilo de vida en la relación entre cá ncer de estó mago y pesca.

viernes, 27 de marzo de 2009

Una web sobre Ergonomia

Aca les paso el link de un excelente web sobre ERGONOMIA donde podran enterarse de todo lo referentes a este tema la direccion es:

http://algodeergonomia.blogspot.com/

Visitenlos y cuentennos que les parecio nuestra recomendacion iremos mostrando una serie de webs los siguientes dias para que peudan saber las de Seguridad Industrial.

jueves, 26 de marzo de 2009

Siembra y crecimiento

En la siembra y cuidado de los cultivos es esencial asegurar que los aperos de siembra o de arado se mueven en línea recta y que los tractores siguen las rodadas o el centro de la hilera.
En general, estas actividades obligan al conductor a trabajar en posiciones poco confortables e implican una considerable tensió n nerviosa y emocional debido a la visibilidad restringida en el á rea de trabajo, lo que da lugar a una rá pida fatiga.
La disposició n de las má quinas sembradoras y su preparació n para el uso, así como la necesidad de trabajo manual auxiliar, especialmente la manipulación de los materiales, pueden implicar cargas físicas considerables.
La amplia distribución geográ fica de las variedades de cereales implica una gran diversidad de condiciones meteorológicas durante la siembra. La siembra de cereales de invierno puede hacerse, por ejemplo, cuando la temperatura exterior varía de 3-10 C a 30–35 C. Los cereales de primavera se siem- bran cuando la temperatura exterior varía de 0 C a 15–20 C.
Las temperaturas en las cabinas del tractor sin aire acondicionado pueden ser muy altas en las regiones en las que el clima es suave y cá lido.
En las zonas templadas, las condiciones microclimá ticas de las cabinas son en general favorables durante la siembra de cultivos como la remolacha, el maíz o el girasol. El cultivo se realiza cuando la temperatura exterior es alta y la radiación solar intensa. La temperatura en las cabinas sin aire acondicionado puede llegar a 40 C e incluso má s. Los conductores pueden trabajar en condiciones poco confortables durante un 40 al 70 % del tiempo de funcionamiento.
En las operaciones de preparació n del suelo se remueve é ste considerablemente, lo que provoca la formación de polvo. Las concentraciones má ximas de polvo en el aire de la zona de respiración no deben exceder de 10 a 20 mg/m3. El polvo es inorgá nico en un 90 %, y contiene una gran cantidad de sílice libre. Los niveles de ruido y vibración en la cabina del conductor son algo menores que los existentes durante el cultivo.
Durante la siembra y el cultivo, los trabajadores pueden estar expuestos a abonos, fertilizantes químicos y plaguicidas. Cuando no se siguen las normas de seguridad para manipular estos materiales, o si las má quinas no funcionan adecuadamente, la concentración de los materiales peligrosos en la zona de respiració n puede sobrepasar los valores permisibles.

miércoles, 25 de marzo de 2009

Cultivo de la tierra

El cultivo de la tierra (arado, grada, binado, grada de disco, etc. es importante y constituye la etapa preliminar de la producció n de la cosecha que requiere un trabajo má s intenso. Estas operaciones suponen el 30 % de los trabajos de plantación y cultivo.
Por lo general, el arado del suelo genera polvo. La naturaleza de éste es variable, y depende de las condiciones meteoroló gicas, la estación, el tipo de trabajo, el tipo de suelo, etc. La concentración de polvo en la cabina del tractor puede variar de algunos mg/m3 a centenares de mg/m3, en función sobre todo del cierre de la cabina. En un 60 a un 65 % de los casos se supera el nivel de polvo total permisible; los niveles permisibles de polvo respirable (menor o igual a 5 micras) se sobrepasan durante el 60 al 80 % del tiempo (vé ase la Figura 64.11). El contenido de sílice del polvo varía del 0,5 al 20 % (Kundiev 1983).
El cultivo implica la realización de operaciones que consumen energía, especialmente durante el arado, y requiere una movilización considerable de los recursos de energía de las má quinas, generá ndose niveles considerables de ruido en el lugar donde se sienta el conductor. Estos niveles de ruido llegan a 86 a 90 dBA e incluso má s, creando un riesgo considerable de trastornos auditivos.
Por lo general, los niveles de vibració n del cuerpo entero en el asiento del conductor pueden ser muy altos, sobrepasando los niveles establecidos por la Organización Internacional de Normalizació n (ISO 1985) para los límites de rendimiento disminuido por la fatiga y frecuentemente para el límite de exposición.
El suelo se prepara sobre todo a principios de la primavera y en otoñ o, de forma que el microclima de las cabinas en zonas templadas en las máquinas sin aire acondicionado no supone un problema para la salud, a excepción de los días calurosos.

martes, 24 de marzo de 2009

OPERACIONES DE PLANTACION Y CULTIVO

La agricultura moderna se basa en equipos muy eficientes, especialmente tractores y má quinas potentes y de gran velocidad. Los tractores con accesorios montados y arrastrados permiten la mecanizació n de muchas operaciones agrícolas.
El uso de los tractores permite a los agricultores llevar a cabo las principales operaciones de labranza y de cuidado de las plantas en un tiempo ó ptimo sin un trabajo manual importante. El aumento continuo del tamañ o de las explotaciones, la extensión de las fincas y la intensificación de la rotación de los cultivos favorecen asimismo una agricultura má s eficiente. Son dos los factores que obstaculizan la generalización del uso de má quinas de alta velocidad: los mé todos agrícolas existentes, basados sobre todo en aperos y herramientas pasivas, y las dificultades para asegurar una condiciones seguras de trabajo para el operador de los tractores de alta velocidad.
Mediante métodos mecanizados se pueden realizar aproximadamente el 70 % de las operaciones de plantación y desarrollo. También se emplean en todas las etapas de cultivo y recolecció n. No obstante, cada etapa requiere su propia maquinaria, herramientas y condiciones medioambientales, y esta variabilidad de la producción y factores medioambientales influye en el conductor del tractor.

viernes, 13 de marzo de 2009

MANIPULACION DE LA MADERA

La madera llega a la fá brica de pasta en forma de troncos en bruto o como astillas de una planta de cortado de tablones. En ocasiones, la propia fá brica dispone de serrerías que producen tanto tablones comercializables como materia para la fá brica de pulpa. No obstante, la actividad de la serrería se estudia con detalle en el capítulo Industria de la madera. Aquí se examinan aquellos elementos de la preparació n de la madera que son específicos de una fá brica de pasta de papel.
En la zona de preparación de la madera se llevan a cabo varias tareas bá sicas: recepció n y cubicaje de la madera al ritmo requerido por la factoría; preparació n de la madera para que responda a las especificaciones de aprovisionamiento por especies, limpieza y dimensiones de la fá brica; y recogida de todos los materiales desechados en las operaciones anteriores y envío para su eliminació n final. La madera se transforma en astillas o troncos adecuados para la transformació n en pasta medianteb una serie de pasos, entre los que figuran el descortezado, el aserrado, el astillado y el tamizado.
Los troncos se descortezan porque la corteza contiene poca fibra, presenta un alto contenido de sustancias extractivas, es oscura y con frecuencia acarrea grandes cantidades de tierra. El descortezado se puede realizar hidrá ulicamente, mediante chorros de agua a alta presió n, o mecá nicamente, rozando los troncos unos con otros o con herramientas metá licas de corte. Las descortezadoras hidráulicas se pueden utilizar en zonas costeras; sin embargo, las aguas residuales producidas no son fá ciles de tratar y contribuyen a la contaminación del agua.
Los troncos descortezados pueden serrarse en segmentos pequeñ os (1 a 6 metros) para la obtenció n de pasta mecá nica a la piedra, o astillarse para los mé todos de refinado mecá nico químico de obtenció n de pasta. Las astilladoras producen astillas de una amplia gama de tamañ os, pero la preparación de la pasta requiere que é stas sean de dimensiones muy específicas para asegurar un flujo constante a travé s de los refinadores y un nivel de reacción uniforme en los digestores. En consecuencia, las astillas se hacen pasar por una serie de cribas cuya misió n consiste en clasificarlas por longitud y grosor. Las astillas demasiado grandes se vuelven a pasar por la astilladora, y las menores se utilizan como residuos combustibles o se vuelven a introducir en el flujo de astillas.
Los requisitos de un proceso concreto de obtenció n de pasta y las condiciones de las astillas determinará n la duració n de las astillas almacenadas (Figura 72.6; nó tense los diferentes tipos de astillas disponibles para la preparació n de pasta). Dependiendo del suministro de fibra y de la demanda de la fá brica, é sta puede mantener una reserva de astillas sin tamizar para un período de 2 a 6 semanas, normalmente apiladas al aire libre. Las astillas se pueden degradar como consecuencia de reacciones de autooxidació n y de hidró lisis, o de la acció n de los hongos sobre los componentes de la madera. Para evitar la contaminació n, los almacenamientos a corto plazo (de horas a días) se realizan en silos o arcones. Las astillas destinadas a pasta al sulfito se almacenan al aire libre durante varios meses para permitir la evaporación de los productos extractivos que pueden crear problemas en las operaciones subsiguientes. Las astillas utilizadas en fá bricas de celulosa al sulfato (papel kraft), donde la trementina y el aceite resinoso se recuperan como productos comerciales, se envían directamente a la producción de pasta.


miércoles, 11 de marzo de 2009

FUENTES DE FIBRA PARA LA FABRICACION DE PASTA Y DE PAPEL

La estructura bá sica de la pasta y el papel es un entramado de fibras de celulosa (un polisacárido con 600 a 1.000 unidades de sacarosa) unidas mediante enlaces de hidró geno. Una vez sepa radas del resto de componentes no celuló sicos, mediante el proceso de elaboració n de la pasta de papel, estas fibras tienen alta resistencia a la tracción, absorben los aditivos empleados para transformar la pasta en papel y cartón, y son flexibles, químicamente estables y blancas. Esos componentes no celulósicos son, en el caso de la madera, principalmente hemicelulosas (con 15 a 90 unidades iguales de sacarosa), ligninas (altamente polimerizadas y complejas, fundamentalmente monó meros de fenil-propano; actú an como aglutinante de las fibras), extractos (grasas, ceras, alcoholes, fenoles, á cidos aromá ticos, aceites esenciales, oleorresinas, esteroles, alcaloides y pigmentos colorantes), y minerales y otros compuestos inorgá nicos. En la Tabla 72.2 se muestra có mo varía la proporció n relativa de estos componentes segú n la fuente de la fibra. La principal fuente de fibra para la fabricación de pasta y de papel es la madera de coníferas y de especies arbó reas de hoja caduca. Fuentes secundarias son la paja de trigo, el centeno y el arroz; cañ as, como el bagazo; los tallos leñ osos del bambú , lino y cá ñ amo, y fibras de semillas, hojas y cortezas, como las del algodó n, el abacá y el henequé n o sisal. La mayor parte de la pasta se hace de fibra virgen, aunque la producció n de papel reciclado es cada vez mayor, habiendo pasado del 20 % en 1970 al 33 % en 1991. La producció n a partir de la madera supuso un 88 % de la producció n mundial de pasta en 1994 (176 millones de toneladas, Figura 72.5); en consecuencia, la descripción de los procesos de elaboració n de la pasta y del papel del siguiente artículo se centra en la producción basada en la madera. Los principios bá sicos se aplican tambié n a otras fibras.


martes, 10 de marzo de 2009

CUESTIONES AMBIENTALES • Y DE SALUD PUBLICA: Aprovechamiento y eliminación de residuos de la madera

Entre los subproductos de la industria maderera que pueden provocar problemas ambientales cabe citar las emisiones aéreas, los efluentes líquidos y los residuos sólidos. La mayoría de estos problemas se derivan de los residuos resultantes: astillas o serrín de las operaciones de transformación, corteza de las operaciones de descortezado y residuos de troncos en las vías fluviales de almacenamiento de troncos.
El serrín y otros productos pulverulentos del proceso plantean un peligro de incendio y explosión en los talleres. Para mini- mizar este peligro, el polvo puede eliminarse por medios manuales o, preferiblemente, recolectarse por medio de sistemas de ventilación por aspiración localizada y recogerse en filtros de mangas o ciclones. Los residuos de la madera de mayor tamaño revisten la forma de astillas. La mayor parte del serrín y de las astillas se utilizan precisamente en otros productos de madera (p. ej. tableros de partículas, pasta de madera y papel): cada vez es más normal este tipo de aprovechamiento a medida que aumentan los costes de eliminación de los residuos y aumenta la integración vertical de las compañías forestales. Sin embargo, el polvo fino y la corteza, por ejemplo, no son tan fácilmente apro- vechables, por lo que es preciso buscar otros medios de eliminación.
La corteza representa a veces una buena parte del volumen del árbol, especialmente en regiones donde los troncos cortados son de pequeño diámetro. La corteza y el serrín fino y, en algunas operaciones, todos los residuos de la madera, incluidas las astillas, pueden quemarse (véase la Figura 71.6). Las opera- ciones tradicionales con técnicas ineficaces (p. ej. hornos con forma de colmena) producen diversos productos orgánicos derivados de una combustión incompleta. La contaminación del aire por partículas, que pueden producir “niebla”, es una queja común en las proximidades de estos quemadores. En las serre- rías donde se utilizan clorofenoles, también existe preocupación por la producción de dioxina y furano. Algunas serrerías modernas utilizan calderas cerradas de temperatura controlada para producir vapor para secaderos o electricidad para la fábrica
o para otros usuarios. Otras venden sus residuos a fábricas de pasta de papel y papel, donde se quema para satisfacer sus grandes necesidades de energía (véase el capítulo Industria del papel y pasta de papel). Las calderas y otros quemadores suelen cumplir las normas de control de emisiones de partículas utili- zando sistemas tales como precipitadores electrostáticos o depu- radores húmedos. Para minimizar la quema de residuos de la madera, pueden encontrarse otros usos para la corteza y el serrín fino, como el compost o el pajuzo en paisajismo, agricul- tura, reforestación y repoblación de vegetación en minas a cielo abierto, o el empleo como modificante de productos comer- ciales. Además, el uso de sierras de corte fino en el taller puede suponer una reducción drástica de la producción de serrín.
En ocasiones, la corteza, los troncos y otros residuos de madera se hunden en las áreas acuáticas de almacenamiento de troncos, recubriendo el fondo y matando a los microorga- nismos bentónicos. Para minimizar este problema, los troncos en remojo se atan juntos y se deshacen los atados en tierra, donde los residuos pueden recogerse fácilmente. Incluso con esta modificación, es preciso dragar los residuos hundidos periódicamente. Los troncos recuperados pueden utilizarse para madera, pero los demás desechos han de eliminarse. En la industria se ha utilizado tanto el vertido en tierra como en aguas profundas. Los efluentes del descortezado hidráulico pueden dar lugar a problemas similares; de ahí la tendencia al empleo de sistemas mecánicos.
Las pilas de astillas pueden crear problemas de escorrentías debidas a la lluvia, ya que la lixiviación de la madera incluye ácidos de las resinas, ácidos grasos y productos fenólicos que son muy tóxicos para los peces. El enterramiento de los desechos de la madera también produce lixiviación, que requiere medidas de mitigación para proteger las aguas subterráneas y superficiales.

domingo, 8 de marzo de 2009

Cáncer

El trabajo en las industrias madereras puede comportar la exposición a cancerígenos conocidos y sospechosos. El polvo de madera, el elemento más presente en las industrias madereras, se ha clasificado como cancerígeno para los humanos (Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer (IARC): Grupo 1). Se han observado riesgos relativos muy altos de cáncer sinonasal, especialmente de adenocarcinoma sinonasal, entre los trabajadores expuestos a altos niveles de polvo de maderas duras, como el haya, el roble y la caoba, en la industria del mueble. Las pruebas relativas al polvo de maderas blandas son menos conclu- yentes y se han observado riesgos relativos menores. Existen pruebas de un riesgo excesivo entre los trabajadores de las serre- rías e industrias relacionadas, sobre la base de un reanálisis conjunto de los datos originales de 12 estudios de casos-control de cáncer sinonasal (IARC, 1995). El cáncer sinonasal es relativa- mente raro en casi todas las regiones del mundo, con una tasa bruta de incidencia anual de aproximadamente 1 caso por cada 100.000 personas. Se considera que el 10 % de todos los cánceres sinonasales son adenocarcinomas. Aunque se han observado asociaciones entre el polvo de madera y otros cánceres más comunes en algunos estudios, los resultados han sido mucho menos sólidos que en lo que se refiere al cáncer sinonasal.

El formaldehído, un elemento al que se ven muy expuestos los trabajadores de las fábricas de contrachapado, tableros de partículas y demás, se ha clasificado como probable cancerígeno para el ser humano (IARC: Grupo 2A). Se ha demostrado que produce cáncer en animales y se han observado cifras de cáncer nasofaríngeo y sinonasal superiores a lo normal en algunos estudios en seres humanos, aunque sin resultados concluyentes. Se sabe que los plaguicidas a base de pentacloro- fenol y tetraclorofenol, hasta hace poco muy utilizados en las industrias madereras, están contaminados por furanos y dioxinas. El pentaclorofenol y la 2,3,7,8-tetraclorodibenzo-pa- ra-dioxina han sido clasificados como posibles cancerígenos para el ser humano (IARC: Grupo 2B). Algunos estudios han hallado una relación entre los clorofenoles y el riesgo de linfoma, no Hodgkin, y de sarcoma de los tejidos blandos. Los resultados relativos al linfoma no Hodgkin han sido más consistentes, sólidos que los relativos al sarcoma de los tejidos blandos. Entre otras posibles exposiciones a elementos cancerígenos para algunos trabajadores de las industrias madereras cabe citar el amianto (IARC: Grupo 1), que se utiliza como aislante en hornos y tuberías de vapor, los humos de escape de los motores diesel (IARC: Grupo 2A) utilizados en equipos móviles, y la creosota (IARC: Grupo 2A), que se utiliza como conservante de la madera en traviesas de vías férreas y postes telefónicos.
Se han realizado relativamente pocos estudios de cáncer entre trabajadores específicamente empleados en serrerías, fábricas de contrachapado o fábricas de tableros. El mayor de ellos fue un estudio sobre un grupo humano de más de 26.000 trabajadores de serrerías canadienses realizado por Hertzman y colegas
(1997) para examinar el riesgo de cáncer asociado con la exposi- ción a plaguicidas a base de clorofenol. Se observó un aumento del doble de cáncer sinonasal y un aumento menor de linfoma no Hodgkin. El aumento de linfoma no Hodgkin pareció estar asociado con la exposición a los clorofenatos. Los demás estudios realizados han sido de mucha menor envergadura. Jäppinen, Pukkala y Tola (1989) estudiaron a 1.223 trabajadores de serre- rías finlandesas y observaron aumento de cánceres cutáneos, bucales y faríngeos, y de linfomas y leucemias.
Blair, Stewart y Hoover (1990) y Robinson y colegas (1986) estudiaron respectivamente a 2.309 y 2.283 trabajadores de fábricas de contrachapado estadounidenses. En un análisis conjunto de los datos de los dos grupos humanos, se observaron aumentos de cáncer nasofaríngeo, mieloma múltiple, enfer- medad de Hodgkin y linfoma no Hodgkin. Los resultados no aclaran si tales aumentos pueden deberse a la exposición a riesgos profesionales ni, de ser así, a cuáles. Los estudios de menor envergadura han carecido de capacidad para examinar el riesgo de cánceres raros y muchos de los excesos observados se basaron en cifras muy pequeñas. Por ejemplo, no se observaron cánceres sinonasales, pero sólo se esperaba un 0,3 en el estudio de serrerías más pequeño, y 0,3 y 0,1 en los estudios de las fábricas de contrachapado.

sábado, 7 de marzo de 2009

Enfermedades no malignas

Los trabajadores de serrerías e industrias relacionadas están expuestos a diversos riesgos para el sistema respiratorio, causados por el polvo de madera, los componentes volátiles de la madera, los mohos y bacterias en suspensión y el formaldehído. Varios estudios han examinado la salud respiratoria entre los trabajadores de serrerías y fábricas de contrachapado, tableros de partículas y tableros de hebras. El interés de los estudios en las serrerías se ha centrado generalmente en el polvo, mientras que los estudios de las fábricas de contrachapado y tableros de partículas se han centrado principalmente en la exposición al formaldehído.
La exposición laboral al serrín se ha relacionado con una gran variedad de efectos para el sistema respiratorio superior e inferior. Debido al tamaño de las partículas generadas por las opera- ciones de las industrias madereras, la nariz es el destino natural de los efectos de la exposición al polvo de madera. Se han documentado muy diversos efectos en los senos nasales, como rinitis, sinusitis, obstrucción nasal, hipersecreción nasal y eliminación mucociliar deficiente. La exposición al polvo de madera se ha relacionado también con efectos para el tracto respiratorio infe- rior como el asma, la bronquitis crónica y la obstrucción respira- toria crónica. Las especies de coníferas y frondosas, maderas duras y blandas, procedentes de climas tropicales y templados se han asociado a efectos tanto para el tracto respiratorio superior como para el inferior. Por ejemplo, se ha asociado el asma, como enfermedad profesional, a la exposición al polvo de arce afri- cano, roble gateado africano, fresno, sequoia californiana, cedro del Líbano, nogal centroamericano, cedro blanco oriental, ébano, iroko, caoba, roble, ramin y cedro rojo occidental, entre otras especies.
La madera se compone principalmente de celulosa, poliosas y lignina, pero también contiene diversos compuestos orgánicos biológicamente activos, como monoterpenos, tropolones, ácidos resínicos (diterpenos), ácidos grasos, fenoles, taninos, flavonoides, quinonas, lígnanos y estilbenos. Como se ha demostrado que los efectos para la salud varían según la especie de árbol, se sospecha que puedan deberse a estos productos químicos naturales, conocidos como extractivos, que también varían según la especie. En algunos casos, se han identificado extractivos específicos como la causa de los efectos para la salud asociados a la exposición a la madera. Por ejemplo, el ácido plicático, que aparece naturalmente en el cedro rojo occidental y en el cedro blanco oriental, produce asma y otros efectos alergé- nicos en los humanos. Mientras que los extractivos de mayor peso molecular permanecen en el polvo durante las operaciones de transformación de la madera, otros, los extractivos más ligeros, tales como los monoterpenos, se volatilizan fácilmente durante las operaciones de secado en cámara, aserrado y retes- tado. Los monoterpenos (como el -pineno, el -pineno, el 3-careno y el limoneno) son componentes importantes de la resina de muchas coníferas comunes y están relacionados con la irritación de boca y garganta, la disnea y la afectación de la función pulmonar.
Los mohos que se desarrollan en la madera son otro riesgo natural con posibles efectos perjudiciales. La exposición a ellos parece ser común entre los trabajadores de serrerías ubicadas en regiones de clima suficientemente húmedo y cálido para su desa- rrollo. Entre los trabajadores de las serrerías de los países escan- dinavos, Reino Unido y Norteamérica se han registrado casos de alveolitis alérgica extrínseca, también conocida como neumonitis por hipersensibilidad (Halpin y cols. 1994). Un efecto mucho más común, aunque menos grave de la exposición a mohos, es la fiebre por inhalación, también conocida como síndrome tóxico del polvo orgánico, caracterizada por crisis agudas de fiebre, malestar, dolores musculares y tos. Se ha calculado que la prevalencia de la fiebre por inhalación entre los desramadores suecos oscila entre un 5 y un 20 %, aunque es probable que estos porcentajes sean mucho menores en la actua- lidad, debido a la introducción de medidas preventivas.
La exposición a los productos químicos utilizados como adhe- sivos en la industria maderera puede tener asimismo efectos en el sistema respiratorio. El formaldehído es un irritante y puede provocar inflamación de nariz y garganta. Se han observado efectos agudos en los pulmones y se sospechan efectos crónicos. También se ha documentado que esta exposición provoca asma y bronquitis crónica.
Los efectos irritantes o alergénicos del polvo de madera, el formaldehído y otros materiales no se limitan al sistema respira- torio. Por ejemplo, los estudios que comunican síntomas nasales suelen indicar una mayor incidencia de irritación ocular. Se ha demostrado la relación de las dermatitis con el polvo de más de 100 especies diferentes de árboles, algunas de ellas especies comunes de maderas duras, maderas blandas y especies tropicales. El formaldehído es además un irritante cutáneo y puede provocar dermatitis alérgica por contacto. También se ha demostrado que algunos fungicidas antimanchas utilizados en la madera de maderas blandas provocan irritación ocular y cutánea.
Los trabajadores de las serrerías y otras industrias madereras tienen un alto riesgo de pérdida auditiva por ruido. Por ejemplo, en un reciente estudio realizado en una serrería de Estados Unidos, el 72,5 % de los trabajadores presentaban algún grado de deterioro auditivo a una o más frecuencias en las pruebas audiométricas (Tharr, 1991). Las personas que trabajan en las proximidades de sierras y otras máquinas de transformación de la madera suelen verse expuestas a niveles superiores a 90 o 95 dBA. A pesar de este riesgo perfectamente conocido, los intentos de reducir los niveles de ruido son relativamente escasos (con la excepción de los encerramientos de las cepilladoras) y continúan produciéndose nuevos casos de pérdida auditiva inducida por ruido.

viernes, 6 de marzo de 2009

Procesos de gestión

La gestión del estiércol implica su recogida, una o más operaciones de transferencia, almacenamiento y/o tratamiento opcional y, finalmente, su utilización. La humedad que contiene el estiércol, según se recoge en la Tabla 70.13 determina su consistencia. Los excrementos de diferentes consistencias requieren distintas técnicas de tratamiento y por eso pueden constituir diferentes peligros para la salud y para la seguridad (USDA 1992). El reducido volumen de estiércol sólido o de escasa humedad suele permitir tratarlo con escasos gastos en equipo y menores necesidades energéticas, pero no es fácil automatizar los sistemas de procesamiento. La recogida, transferencia y tratamiento opcional de los excrementos líquidos son más fáciles de automatizar y requieren menos atención diaria. La exigencia de almacenar el estiércol es cada vez mayor, al ir aumentando la variabilidad estacional de las cosechas locales; el método de almacenamiento debe adaptarse para estar a la altura del ritmo al que se produce y al calendario de utilización a la vez que se preserva el medio ambiente, sobre todo en lo referente a vertidos de agua. Las posibilidades de utilización son como nutrientes para plantas, protección de plantas, alimento para animales, mullidos o como fuente de producción de energía.

jueves, 5 de marzo de 2009

GESTION DEL ESTIERCOL Y DE LOS EXCREMENTOS

La importancia de la gestión de desechos ha ido creciendo a la vez que lo ha hecho la intensidad de la producción agrícola en las explotaciones. Los desechos de la producción ganadera están dominados por el estiércol, pero también se incluyen en este concepto las camas y mullidos, los alimentos y el agua no utilizados, y la tierra negra. En la Tabla 70.13 aparece una relación de características relevantes del estiércol; también se incluyen los desechos humanos para poder establecer una comparación, y porque en una explotación también resulta necesario tratarlos. El elevado contenido orgánico del estiércol proporciona un excelente medio de cultivo para las bacterias. La actividad metabólica de las bacterias consumirá el oxígeno y mantendrá los excrementos almacenados como estiércol en estado anaerobio. La acti- vidad metabólica anaerobia puede producir ciertos productos intermediarios gaseosos bien conocidos, como el dióxido de carbono, el metano, el ácido sulfhídrico y el amoníaco

miércoles, 4 de marzo de 2009

Peligros y precauciones: Alergias a los animales

Todos los animales tienen antígenos no humanos y que por eso pueden funcionar como alergenos potenciales. Además, el ganado suele albergar ácaros. Como hay muchas posibles alergias a animales, el reconocimiento de un alergeno específico exige una cuidadosa y exhaustiva historia de la enfermedad y de la ocupación. Incluso disponiendo de esos datos puede ser difícil reconocer un alergeno específico.
La expresión clínica de las alergias a los animales puede representar un cuadro de tipo anafiláctico, con urticaria, hinchazón, secreción nasal y asma. En algunos pacientes, los únicos síntomas son secreción nasal y picores.
El control de la exposición a alergias por animales es una tarea ingente. La mejora de las prácticas de cría de animales domésticos y la introducción de cambios en los sistemas de ventilación de las instalaciones para el ganado pueden reducir la posibilidad de que quien maneja el ganado se vea expuesto. Sin embargo, acaso haya poco más que hacer que la desensibilización para impedir que se formen alergenos específicos. En general sólo resulta posible desensibilizar a un trabajador cuando el alergeno específico ha quedado adecuadamente caracterizado.

martes, 3 de marzo de 2009

Peligros, efectos y medidas preventivas

Los estudios dedicados a la seguridad y la salud de los plantadores silvícolas son escasos en todo el mundo. La plantación de árboles a escala industrial, aunque aparentemente bucólica, es fatigosa y peligrosa. Un estudio pionero en este campo, realizado por Smith (1987) en la Columbia Británica, reveló que el 90 % de los 65 plantadores entrevistados habían sufrido una enfermedad, lesión o accidente durante toda una vida de trabajo en planta- ciones silvícolas. En un estudio similar realizado por el IRSST (Instituto para la Seguridad y la Salud en el Trabajo) de Quebec (Giguère y cols. 1991, 1993), 24 de cada 48 plantadores silvícolas declararon haber sufrido una lesión relacionada con su trabajo a lo largo de su vida profesional en este campo. En Canadá, 15 plantadores silvícolas fallecieron entre 1987 y 1991 por las siguientes causas relacionadas con su trabajo: accidentes de tráfico (7), animales salvajes (3), rayos (2), incidentes durante el alojamiento (incendio, asfixia: 2) e insolación (1).
Aunque escasas y realizadas con un pequeño número de trabajadores, las pocas investigaciones de indicadores fisiológicos de esfuerzo físico (frecuencia cardíaca, parámetros de hematoLogía sanguínea, elevada actividad de enzimas séricas) conclu- yeron todas ellas que la plantación de árboles es una ocupación muy fatigosa tanto en términos de esfuerzo cardiovascular como musculosquelético (Trites, Robinson y Banister 1993; Robinson Trites y Banister 1993; Giguère y cols. 1991; Smith 1987). Banister, Robinson y Trites (1990) definieron el “agotamiento del plantador”, un síndrome derivado de una deficiencia hema- tológica y caracterizado por la presencia de somnolencia, debilidad y mareos, parecido al “síndrome de agotamiento suprarrenal” o “anemia deportiva” que desarrollan los atletas en sus entrenamientos. (Para conocer datos sobre cargas de trabajo en Chile, véase Apud y Valdés 1995; en Pakistán, véase Saarilahti y Asghar 1994).

lunes, 2 de marzo de 2009

Ciclo de plantación: Paso a la siguiente microestación.

El plantador pasa a la siguiente microestación, generalmente a 1,8 m de distancia. Los planta- dores experimentados suelen calcular esta distancia a ojo. En este momento, el plantador debe identificar los peligros del camino, pensar la forma de rodearlos o determinar otra estra- tegia evasiva. En la Figura 68.12, el plantador que se ve en primer término está a punto de introducir el plantón en el hoyo. El plantador que se ve en segundo término está a punto de realizar un hoyo con una herramienta de plantación de mango recto. Ambos transportan los plantones en envases sujetos a un arnés. Los plantones y los equipos pueden pesar hasta 16,8 kg
(véase la Tabla 68.4). Obsérvese también que los plantadores van totalmente cubiertos por ropas que les protegen contra los insectos y el sol.

domingo, 1 de marzo de 2009

Ciclo de plantación: Compactación de la tierra

Alrededor del plantón recién colocado se compacta la tierra para afirmarlo en el hoyo y eliminar el aire, que podría secar las raíces. Aunque es recomendable piso- tear la tierra, suele ser más habitual dar un fuerte golpe con el pie o talón.